No solo enriquecen numerosas recetas, también son una gran fuente de antioxidantes, vitaminas y minerales que proporcionan beneficios a la salud. Te contamos todas sus bondades.
El tomate es originario del continente americano y en Europa, en sus inicios fue utilizada como planta ornamental y no fue hasta finales del siglo XVIII cuando se cultivó para su consumo.
Técnicamente es una fruta porque produce semillas y se desarrolla a partir del ovario de una planta con flores, pero cuando se trata de nutrición, se clasifica como verdura. Eso se debe en parte a su bajo contenido de carbohidratos y azúcar.
Los tomates son ricos en antioxidantes, vitaminas y minerales, por eso están estrechamente relacionados con una variedad de beneficios para la salud. Por ejemplo, un solo tomate puede aportar alrededor del 40% del mínimo diario recomendado de vitamina C.
Además, los tomates aportan vitamina A que apoya la inmunidad, visión y salud de la piel, vitamina K que es buena para los huesos y potasio, un nutriente clave para la función cardíaca, las contracciones musculares y el mantenimiento de una presión arterial y un equilibrio de líquidos saludables.
1. Protege la salud del corazón: contienen un antioxidante llamado licopeno que ayuda a proteger las células del daño. Los niveles más altos de licopeno en la sangre están relacionados con tasas de mortalidad más bajas para las personas con síndrome metabólico, un conjunto de factores de riesgo que aumentan las posibilidades de desarrollar enfermedades cardíacas, diabetes y accidentes cerebrovasculares .
2. Mejora la visión: el licopeno también es bueno para los ojos, y no es el único nutriente protector del ojo en los tomates, además posee luteína y betacaroteno. Según la investigación, esos nutrientes respaldan la visión y protegen contra las afecciones oculares, incluidas las cataratas y la degeneración macular.
3. Mejora la salud digestiva: el líquido y la fibra de los tomates son saludables para el sistema digestivo, además previene contra el estreñimiento y la diarrea. De la misma manera, ayuda a eliminar de una forma muy eficaz las toxinas del cuerpo.
4. Controla la diabetes: son un alimento protector para las personas con diabetes tipo 2. En un estudio, los pacientes con dicha enfermedad que consumieron tomates cocidos durante 30 días experimentaron una disminución en la peroxidación lipídica, una reacción en cadena en la que sustancias llamadas radicales libres atacan la grasa y provocan daños, lo que aumenta el riesgo de enfermedades del corazón.
5. Proteger la salud de la piel: un estudio de 2011 encontró que la combinación de pasta de tomate y aceite de oliva protege contra el daño solar y aumenta la producción de procolágeno, una molécula que le da a la piel su estructura y la mantiene firme y joven.