Se lo considera un “alimento funcional” porque posee importantes propiedades que mejoran la salud, además es fácil de incorporar en nuestros alimentos.
Las semillas de lino fueron cultivadas y consumidas hace miles de años por varias culturas y sus propiedades son conocidas desde la antigüedad. Se destacan por su riqueza en omega 3 y sus variados nutrientes.
Actualmente están comprobadas algunas de sus propiedades, las cuales al lado de su facilidad de uso la convierten en un producto bastante útil en la cocina.
El lino es una planta herbácea denominada linum usitatissimum conocida desde la antigüedad. Su origen está en el Caúcaso y actualmente se cultiva en Europa, América y norte de África.
Es una planta anual lampiña de tallo hueco y en forma cilíndrica que tiene sus semillas muy populares en los platos gastronómicos. Estas son pequeñas, planas, de borde puntiagudo, lustrosas y pueden ser de color marrón o dorado.
Poseen un suave sabor a nuez y también se las denomina comúnmente como linaza. Con ellas se elabora frecuentemente aceite o harina. Ambos productos conservan las principales propiedades de las semillas de lino con las que se preparan.
Propiedades y beneficios
Gracias a su riqueza en omega 3 funciona como un cardioprotector, mejora la función cardíaca y reduce la presión arterial. Además se lo considera un buen antiinflamatorio que a su vez contribuye en la fortaleza del sistema inmune.
Su cantidad de fibra dietética es otro efecto útil de las semillas porque es capaz de absorber una gran cantidad de líquidos, lo cual favorece el tránsito intestinal. Al entrar en contacto con un líquido producen mucílagos, un gel espeso y viscoso que estimula los movimientos del intestino, lo que proporciona un ligero efecto laxante.
Otros beneficios asociados a las semillas de lino derivadas de sus nutrientes son la reducción del llamado colesterol malo (LDL) y de triglicéridos, lo que vuelve a favorecer las actividades cardíacas y cerebrales. También son favorecedores en enfermedades como la diabetes, la obesidad o ciertos tipos de cánceres, como el de próstata o de mama.