El momento de mayor controversia para aquellos que desean adelgazar es la cena, ya que existen numerosos debates sobre los alimentos prohibidos o permitidos, incluso una de las dudas es si cenar fruta por la noche engorda.
Por: Olga Peralta. Nutricionista y antropometrista certificada.
Las frutas son los primeros alimentos sólidos en ser incorporados y casi todas tienen un agradable sabor dulce pero con diferentes colores y formas.
Poseen un alto aporte nutricional, especialmente en micronutrientes, tanto en vitaminas como minerales, fibras y otros componentes conocidos como fitoquímicos que ayudan a disminuir el riesgo de contraer ciertas enfermedades.
Incluir frutas en la alimentación cotidiana es totalmente recomendable, sin embargo, existen algunas “leyendas urbanas” que pretenden quitarles su natural nobleza y volverlas villanas, por es necesario dar respuesta a la siguiente interrogante: ¿engordan o adelgazan?
Ningún alimento engorda o adelgaza de por sí, lo que nos hace subir o bajar de peso es más bien la manera en que consumimos dicho alimento.
Las frutas pueden ser una opción de cena
El ser humano es omnívoro y como tal puede adaptarse a comer casi cualquier alimento en horarios acordes a sus necesidades energéticas. Las frutas pueden ser una opción de cena, pero idealmente debieran estar mezcladas con otros alimentos que les permitan cubrir las necesidades del consumidor.
Si bien es cierto que las frutas son alimentos ricos en vitaminas, minerales, agua, fibra y otros, necesitan ser complementadas con otros alimentos para lograr un plato nutricionalmente beneficioso en ese horario.
Comer frutas no nos hará aumentar de peso, toda vez que la cantidad que consumamos sea adecuada, y con esto me refiero tanto a su contenido calórico y nutricional y, por supuesto, a las necesidades energéticas y nutricionales de quien las consuma.
También debemos tener en cuenta que no todas las frutas son iguales en sus aportes, por lo que para poder incorporarlas adecuadamente, lo ideal será que un profesional de la nutrición ayude a hacerlo en base a nuestras preferencias y necesidades nutricionales.
Hay frutas más calóricas que otras, algunas con altos contenidos de grasa, otras en azúcares, y así, son variadas no solo en sus colores sino también en sus aportes. Y ya que mencionamos la nobleza de la fruta, debemos saber que no es ideal cenar solo estos alimentos todos los días, pero sí podríamos hacerlo de manera casual.
¿Por qué no todos los días?
Si solo cenamos frutas, nos privamos de ciertos tipos de nutrientes que a su vez nos impulsan a recibir efectos poco favorables para la salud en el mediano y largo plazo. Al consumirlas solas, se digieren rápidamente y por ende tenemos hambre más en menor tiempo.
Las frutas tienen un contenido muy alto de agua, por lo que hidrata al organismo, mejora el proceso de la digestión, y considerando que la mayor parte de ellas tiene un relativo bajo aporte calórico, su consumo puede colaborar para el descenso de peso, siempre y cuando sus calorías sean consideradas dentro del aporte energético que necesita el paciente.
Varios estudios han demostrado que consumir frutas, por su contenido en antioxidantes, ayudan a combatir el envejecimiento celular y por ende nos hace sentir y lucir más jóvenes por más tiempo. Por eso, es esencial incorporar frutas a la dieta de todos, quizás no solas, pero sí como parte de un menú que ayude a completar las necesidades del paciente.
Entonces, no solo es recomendable sino también imprescindible. Podemos incluir en nuestro plan alimenticio como postres o como una colación.
La Organización Mundial de la Salud con base a estudios científicos, recomienda consumir aproximadamente 400 gramos de frutas y verduras durante el día, dentro de los cuales podemos distribuir una fruta como parte del desayuno, otra como media mañana y otra como postre del almuerzo o cena.
Las ensaladas verdes no tienen aportes calóricos relevantes, por lo que no necesitamos obsesionarnos y pensar que porque ya consumimos 200 gramos de ensalada verde, no podremos incluir otras verduras frutas en la alimentación diaria.