Una rutina diaria de cuidado facial contribuye en la salud de la piel y mejora los problemas como el acné, las cicatrices y las manchas oscuras, pero ¿es mejor lavarse con agua fría o caliente?
El primer paso de una rutina de limpieza facial es lavarse la cara solo con agua y la temperatura que elijamos no es un tema menor porque impacta directamente en nuestra piel.
La piel reacciona de formas diferentes dependiendo de la temperatura que utilizamos. El agua caliente deshidrata el rostro y elimina los aceites naturales que la protegen, traduciéndose en sequedad y en una mayor producción de sebo. Sin embargo, en algunos casos puede ser beneficiosa y ayudarnos en nuestra rutina facial.
Por ejemplo, al momento de desmaquillarse el agua caliente podría limpiar mejor la cara y eliminar puntos negros, ya que el vapor permite dilatar los poros obstruidos. Otra sugerencia es utilizarlo antes de eliminar el vello facial, ya que las altas temperaturas permiten abrir los folículos facilitando la extracción del pelo.
De todas formas, debemos tener en cuenta que el agua caliente puede producir eccemas, rojeces o irritación, por lo que es importante evitarla durante nuestros pasos de limpieza, especialmente si somos de piel sensible.
En cuanto al agua fría, esta temperatura es recomendada y cuenta con grandes beneficios: tonifica la piel, estimula la circulación, permite eliminar mejor las toxinas a través de los capilares, previene el acné y otros problemas de la piel, ayuda a dar un efecto reafirmante y reduce la inflamación del rostro.
Además, usar agua fría para limpiarnos el rostro nos regala un aspecto facial más saludable y cuidado.
¿Cuándo lavarse la cara?
Hay que lavar la cara por la mañana y por la noche. Con dos veces al día es más que suficiente porque abusar de la limpieza tampoco es bueno, ya que se podría dañar la barrera protectora de la piel.
Cuando nos lavemos la cara y es con agua fría lo recomendable es dar un poco de tiempo al rostro para que se caliente antes de ir a la cama, ya que puede interferir en el buen descanso.
Cabe aclarar que una rutina de limpieza facial necesita además de otros productos para complementar su efecto y realmente beneficiar a la piel.
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