Muchas personas predicen que se avecina una tormenta cuando empiezan a sentir dolores de articulación, y lo que parece una simple creencia popular en realidad tiene sus razones científicas.
Durante años hemos escuchado principalmente a los adultos mayores decir que va a llover debido a las molestias que sienten en sus huesos, un gran acierto que despertó la curiosidad de la ciencia y reveló las causas.
De acuerdo a los estudios desarrollados, estos dolores se producen tras un aumento en el nivel de humedad, variaciones bruscas en la presión atmosférica y la mayor concentración de iones positivos en la atmósfera que se generan antes de una tormenta.
Los niveles de presión y humedad que se presentan en la atmósfera son los que intensifican las dolencias de articulación porque en cada terminación de nuestros huesos hay barorreceptores que reaccionan a ciertas variaciones.
Los barorreceptores detectan los cambios bruscos de la presión arterial, es decir, que cuando baja la presión atmosférica, aumenta un líquido articular denominado sinovial que provoca las molestias en nuestras articulaciones.
Un estudio realizado por la Facultad de Ciencias Médicas de la Universidad Nacional de Asunción indicó que solo un 39% de la población padece dolores previo a un cambio meteorológico, y que en un 21% de estos, el dolor se localiza en la rodilla, siendo los hombres más susceptibles a padecer estas dolencias.
El dolor articular afecta más a las personas con alguna patología articular, como la artrosis, y a todas aquellas que han sufrido algún tipo de lesión.
¿Cómo evitar los dolores de articulación?
El reumatólogo español Luis Coronel recomienda realizar actividades físicas porque los movimientos de forma coordinada fortalecen los músculos a cualquier edad, y estos son el refuerzo y la protección que adquieren nuestras articulaciones.
Además aconseja mejorar la alimentación para prevenir la artrosis y los dolores derivados. “Si bien no hay alimentos que hayan demostrado una relación directa con la protección del cartílago, las dietas ricas en proteína y bajas en grasas saturadas ayudan a mantener el cartílago y a evitar la pérdida de masa muscular asociada a la edad”, señala.
Por último, menciona que existen medidas farmacológicas avanzadas que pueden ayudar a reducir el dolor, pero que en este caso debe ser indicado por el médico especialista. “Lo único que sí estaría indicado, en caso de que ya estuviéramos sufriendo los dolores, es el tratamiento sintomático con analgésicos y antiinflamatorios”, concluye.