La idea que tejer es una práctica exclusiva para mayores quedó atrás desde que se comprobó sus múltiples beneficios en la salud. Esta actividad se denomina lanaterapia y es recomendada para sobrellevar el ritmo ajetreado del día a día.
Es una actividad terapéutica que se basa en el ancestral acto de tejer, sin embargo, en los últimos tiempos se convirtió en un fenómeno social debido a todos los beneficios que otorga.
Esta terapia es de lo más sencilla y económica, además permite la participación de todos aquellos que se sientan motivados por practicarla sin importar edad o género. Tejer dejó de ser moda y se transformó en un estilo de vida que apuesta por un mayor control del tiempo en un mundo dominado por la rapidez y los avances tecnológicos.
Dentro de los beneficios de tejer están las cualidades terapéuticas que favorecen la recuperación física, principalmente de quienes tienen alteraciones en la motricidad fina y también previene la artritis. A su vez, tiene un impacto positivo en la salud mental que reduce el estrés y la ansiedad, incluso evita la depresión.
Para tejer necesitamos ovillos de lana y palillos, estos dos elementos para algunos son un auténtico placer y privilegio. Otro punto positivo de esta actividad es que se puede realizar en cualquier lugar y en todas las épocas del año.
Más razones para practicar lanaterapia
Esta actividad terapéutica reduce las hormonas del estrés y la presión sanguínea, mientras que aumenta el nivel de endorfinas y de dopamina, un neurotransmisor que libera el cerebro cuando realizamos una actividad agradable.
Tejer fomenta la coordinación y agilidad mental al tener que ir cruzando un hilo tras otro mientras pensamos en cómo continuar para conseguir la forma deseada. Además, según se va avanzando, se van aprendiendo técnicas más difíciles y utilizando otros tipos de hilos, lo que nos obliga a ser aún más coordinados, no solo con las manos, sino también con todos nuestros sentidos para no equivocarnos.
En el caso de las enfermedades reumáticas, como puede ser la artritis reumatoide o la artrosis, cuando afecta en las manos, esta actividad puede ayudar a los que la padecen evitar la rigidez, la falta de movilidad, la inflamación y el dolor que provocan, ya que el constante movimiento de las manos ayuda a ralentizar la degeneración asociada a estas enfermedades.