Es el lugar al que todos deseamos llegar después de una intensa jornada, sin embargo, es al que menos prestamos atención cuando de limpieza se trata. Estos son algunos cuidados básicos para mejorar nuestro descanso en él.
A pesar de que la necesidad de aseo no está a la vista, sí requiere una limpieza profunda al menos cada seis meses debido a que acumulan millones de seres desagradables ocultos en su superficie, por ejemplo: los ácaros, unos pequeñísimos organismos que se alimentan de piel muerta.
Incluso son estos ácaros los que pueden complicar los síntomas de personas que padecen alergia o asma. Se estima que un colchón podría llegar a tener cerca de 1.500 millones de ácaros en su interior que se une al sudor, humedad y otras suciedades.
Si pensamos que con lavar las sábanas de forma periódica ya es suficiente, estamos equivocados. Es fundamental ir más allá y profundizar el aseo ya que mantener el colchón en forma es un paso esencial para la higiene del sueño, facilitándonos dormir mejor, y por ende, a descansar como corresponde.
Al no ser un elemento que simplemente metamos al lavarropas y ya, solemos postergar su aseo y no tomamos en cuenta la importancia de su cuidado. Esta pieza de la cama necesita ser incluida en nuestra rutina de limpieza en cada cambio de estación y un método muy conocido es sacarla a ventilar así como darle vuelta por temporada.
Otras técnicas para limpiar el colchón
Antes de aplicar algunos de estos métodos de limpieza, es importante evaluar su condición. Entonces, si tiene manchas debemos comenzar por quitarlas. Para removerla, necesitamos una mezcla con medio litro de agua helada y tres cucharadas de detergente líquido.
Se disuelven dichos productos hasta generar suficiente espuma, ya que será esta la que vamos a aplicar. Con una esponja esparciremos la espuma sobre la mancha, luego comenzaremos a frotar con movimientos circulares hasta disminuir la intensidad de la suciedad.
Una vez que terminemos de tratar todas las manchas, es momento de desinfectar y eliminar la mayor cantidad de ácaros. Para esto, usaremos bicarbonato de sodio. Debemos esparcir de manera uniforme este polvo y luego rociarlo con vinagre o agua oxigenada con un pulverizador.
Es sumamente necesario dejar que la mezcla actúe durante unos 45 minutos y luego aspiramos todos los restos del producto. Al terminar, lo ideal es dejarlo secando al sol, pero de no ser posible, podemos utilizar un secador de cabello.