Su sabor y aroma hacen que sea el favorito de muchos, principalmente a primera horas de la mañana, porque funciona como estimulante del sistema nervioso central. Debemos tener en cuenta que en exceso es nocivo para la salud, por eso te contamos algunas opciones sin cafeína.
El café nos hace sentir alertas, enérgicos, alivia la fatiga y quita el sueño, casi como un shock de combustible para el cuerpo. El detalle es que en exceso puede ser perjudicial en nuestro organismo, más aún si alguno tiene problemas de salud.
Por esas razones es importante conocer alternativas que nos ayuden a reducir su consumo o reemplazarlo por bebidas que no tengan cafeína. Por ejemplo, está contraindicado para quienes padecen de insomnio, ansiedad, nerviosismo, hipertensión, problemas del corazón, problemas estomacales y de acidez, entre otros.
Igualmente debemos tener en cuenta que la teína - que es la misma molécula que la cafeína, pero encontrada en diferente planta - también es parte de otras bebidas, tales como el té negro, mate, gaseosas, bebidas energéticas e incluso chocolates.
¿Qué bebidas no tienen cafeína?
A no desesperar, todos necesitamos esa dosis de energía extra durante las mañanas o incluso luego del mediodía. Afortunadamente hay muchas alternativas para reemplazar el café, no será lo mismo en sabor, pero tendrá varios beneficios para nuestra salud.
- Té de menta: refrescante y de sabor intenso, se puede consumir frío o caliente. Combate la halitosis, los trastornos digestivos, dolores de cabeza, mejora las alergias estacionales, y por sobre todo, genera energía y concentración.
- Jengibre: el efecto energizante se debe a que estimula la circulación sanguínea. Es desinflamante, combate los problemas gastrointestinales, está recomendado para tratar gripes y resfríos, también las várices.
- Romero: favorece la concentración, la circulación sanguínea y está indicado para personas convalecientes o que necesiten un golpecito de energía. Es analgésico, antiséptico pulmonar, antirreumático, antidepresivo, bueno para el hígado y el sistema digestivo.
A todo esto podemos sumar un buen desayuno que contenga jugo de remolacha, yogurt con avena, huevos revueltos y un jugo de naranja, lo demás ya depende de tus gustos y preferencias.