No hay nada más placentero que sentarse al sol a disfrutar de unas jugosas mandarinas. Además de ser dulce y refrescante, este cítrico posee múltiples bondades para nuestro cuerpo, pero lo que pocos saben es que beber infusiones de su cáscara también es beneficioso para la salud.
De por sí, los gajos de este cítrico están cargados de vitamina A, C, B1, B2, potasio, calcio, fósforo, magnesio y poderosos antioxidantes que previenen el deterioro de las células de nuestro organismo. Los especialistas afirman que una dieta rica en antioxidantes reduce la inflamación, refuerza el sistema inmune y previene el envejecimiento prematuro.
Además de todas estas bondades, la mandarina también es buena para la piel, ayuda a sintetizar el colágeno y contribuye al buen funcionamiento de los huesos, tejidos, músculos, articulaciones y tejidos conectivos.
Lo normal al momento de consumirla es tirar su cáscara, pero esta parte también puede ser muy bien aprovechada. Ya sea preparando una infusión que se puede beber caliente o fría, o rayando su corteza para incorporarla a algunas preparaciones, cuenta con múltiples bondades para nuestro cuerpo.
Un vaso de infusión de cáscara de mandarina
Este previene la diabetes, la ateroesclerosis y las afecciones cardíacas, según explica Science Daily, también podría tener igual o mejores resultados que algunos medicamentos indicados para regular el colesterol en sangre, explica un artículo de American Chemical Society.
Por otro lado, regula los problemas digestivos y gastrointestinales ya que aumenta la sensación de saciedad y mejora el sistema inmune, esta bondad se debe a que contiene pectina, una fibra soluble con grandes propiedades para la salud.
Los cítricos son altamente alcalinos que pueden ayudar a desintoxicar el organismo, por lo que su infusión es muy buena para depurar el cuerpo, además de favorecer la absorción de nutrientes, la digestión y combatir la retención de líquidos.