Cada junio por iniciativa de la Asociación Americana de Fertilidad se celebra a nivel mundial el Mes del Cuidado de la Fertilidad. En esta nota, te contamos de qué se trata y los puntos a tener en cuenta si estás buscando un hijo y de momento no estás concibiendo.
Por: Luis Rios
El objetivo de esta conmemoración es llamar la atención sobre los problemas de fertilidad que se presentan cada vez con más frecuencia en la población, identificar el momento indicado para consultar a un especialista e informar acerca de las distintas maneras de cuidar la fertilidad. También es un periodo donde especialistas y pacientes se unen para derribar mitos.
El doctor, Gustavo Manavella, especialista en medicina reproductiva, ejerce la profesional hace más de 35 años, primeramente se enfocó en la obstetricia y la ginecología general, luego se dedicó en particular a la medicina reproductiva, y de eso ya hacen 15 años.
“Hay despojarse de los prejuicios y tabúes que están muy arraigados en nuestra sociedad porque está como mal visto, pero nosotros tratamos de hacer vida y ayudar a las parejas y no al revés”, manifestó en conversación con la VOS.
La infertilidad en la pareja se define, según las sociedades internacionales y la Organización Mundial de la Salud como la imposibilidad que tiene una pareja de no poder embarazarse en 12 meses de relaciones sexuales no protegidas. Afecta hoy en día a entre un 15% y un 17% de las parejas en edad reproductiva. Es decir, aproximadamente 1 de cada 6 parejas tiene problemas para concebir de manera natural.
“Si una pareja a lo largo de un año intenta quedar embarazada y no lo logra, ahí se considera que va a tener un problema con la fertilidad. Se cree que el 15% de las parejas a nivel mundial, tendrá problemas de fertilidad. Se estima que el 85% va a concebir en un año, a eso le llamamos la tasa de fecundabilidad de la raza humana. Ese porcentaje es la probabilidad que tiene la pareja de embarazar en un ciclo”, detalló.
¿Por qué se produce la infertilidad en una pareja?
Hay causas masculinas, femeninas, mixtas y una cuarta causa es cuando no se detecta exactamente porqué se produce. Lo que antes se denominaba la esterilidad sin causa aparente y ahora se habla de la sub-fertilidad de origen desconocido, según el médico.
Se considera que el 35% de los casos es por causa masculina. Allí hay varios factores que hacen que la calidad espermática se vea disminuida. “Más todavía en estos tiempos donde hay muchas influencias ambientales que hacen que en algunos componentes (conocidos como disruptores endocrinos) se produzca un fallo de producción y calidad espermática. Aparte de los hábitos de vida que han cambiado mucho. Por ejemplo: el tabaco y alcohol son factores que producen un fallo a nivel producción, calidad y cantidad de gametos”, puntualizó.
Otros 35% de casos se deben a causas femeninas. En ese sentido, la más frecuente suele ser la infertilidad de causa ovulatoria porque hay una alta prevalencia de Síndrome De Ovario Poliquistico (SOP) en nuestra población. Es una afección en la cual una mujer tiene niveles muy elevados de hormonas (andrógenos). Se pueden presentar varios problemas como resultado de este aumento en las hormonas, incluyendo: irregularidades menstruales y por supuesto, la infertilidad.
“En Paraguay también hay una alta tasa de diabetes. Esta es una patología médica muy frecuente y se relaciona un poco con el SOP por la utilización de la insulina que produce un fallo a nivel ovulatorio y esto puede llevar a la infertilidad”, agregó.
Luego están las causas de las trompas: cuando estas tienen un problema inflamatorio o de obstrucción que hacen que la mujer no pueda embarazarse por eso.
Finalmente, un 15% de los casos es de causa mixta, es decir, que ambos integrantes de la pareja tengan algún problema que –sumados- impidan el embarazo y otro 15% que se le atribuye a un origen desconocido.
¿Qué podemos hacer cuando pasa esto?
Lo ideal es realizar un programa diagnóstico de infertilidad que es bastante esquematizado para poder llegar a la causa del problema. “Acá en la clínica (Neolife, en donde es vicedirector) somos fieles a este sistema ya que nos va permitir llegar a un diagnostico efectivo y constituir un tratamiento adecuado”, sostuvo.
El tratamiento puede dividir en dos niveles:
· Tratamiento de baja complejidad: relaciones programadas o la fecundación intrauterina.
· Tratamiento de alta complejidad: la fecundación in vitro y/o una cirugía reproductiva que es para corregir algún problema que estén presentando el varón o la mujer y que esté imposibilitando el embarazo.
Mitos y prejuicios
La presencia de un hijo en la vida de las personas constituye un elemento de suma importancia, principalmente por los múltiples significados sociales y culturales que esta representa. Sin embargo, el embarazo o la presencia misma de los hijos no es algo que ocurre siempre de manera simple y predecible.
“La incertidumbre que generalmente tiene la pareja que llega a consulta es ‘¿por qué no nos embarazamos?’ Y esa famosa comparación de que fulanito se embaraza y menganito se embaraza y nosotros no”, comentó.
A esto se le suman cuestiones sociológicas, particularmente en Paraguay, son las formaciones religiosas, estigma social, entre otros temas a la hora de animarse a consultar con un especialista sobre la situación. “Es un tema complejo por nuestra formación particular en Paraguay en donde nos inculcan cierto tipo de cosas y de esa forma nos hacemos. Nos adoctrinan en cierta forma y es cierto que en sociedades conservadoras es un problema no tener un hijo, entonces uno como médico se pone como desafío el poder ayudar a esa pareja para que lo logren”, analizó.
Cuidar de nuestra fertilidad es uno de los mayores desafíos de la vida moderna. Entre títulos universitarios, viajes y objetivos laborales, cada vez más jóvenes ponen en espera su sueño de formar una familia o directamente no lo quieren, pero “cuando una pareja quiere tener un hijo se olvida que son de tal o cual movimiento. Hacen el tratamiento que sea necesario, independientemente de su formación”, resumió.
Acompañamiento y responsabilidad médica
En los últimos tiempos y sobre todo a través de redes hubo varias denuncias referentes a violencia obstétrica, especialidad muy relacionada a la medicina reproductiva. Esto se manifiesta mediante prácticas, conductas, acciones y omisiones, que el personal de salud ejerce de manera directa e indirecta, en el ámbito público y privado, sobre el cuerpo y los procesos reproductivos de las mujeres. Entonces, ¿cómo debería hacer el acompañamiento de los médicos con sus pacientes?
“Nuestra gran preocupación siempre fue tratar de instruir y de informar al ginecólogo general. Entonces hay que formarlo para que no haga perder tiempo a esa pareja porque andan con tratamientos o diagnósticos que no son efectivos y no saben cuándo es el momento para derivar a ese paciente a un especialista en medicina reproductiva”, destacó.
“Cuando llegan a nosotros, tratamos de orientarles desde el vamos en lo que tienen que hacer. Yo les digo siempre: ‘Paren la pelota. Vamos a hacer un diagnóstico, vamos a darle todo el acompañamiento que ustedes necesitan y una vez que tengamos un diagnóstico, les vamos a dar una propuesta y la decisión sobre si hacer el tratamiento, es absolutamente de ustedes’”, subrayó.
Para él, es necesario un apoyo emocional para que sepan dónde están parados y a qué se enfrentan. Trata de que esa pareja tome su decisión en la medida de sus posibilidades y sobre todo que sea muy claro.
El apoyo en pareja
Cuando una pareja recibe la noticia de que es infértil, tal situación por lo general crea ansiedad, estrés, depresión, culpa y soledad. Si bien, el tratamiento para lograr un embarazo es llevado a cabo por médicos profesionales, una persona no solo necesita eso. Cada uno necesita saber que su pareja está a su lado en esos momentos.
Las estadísticas indican que un 65% de las parejas que abandonan un tratamiento de reproducción asistida lo hacen por cansancio psicológico.
La pareja puede ayudar a que se tengan menos sentimientos negativos porque a veces el proceso dura años y ese paso del tiempo va deteriorando y gastando una relación debido a que existen culpas, reproches, negaciones, gastos de dinero, donde la pareja tiene que priorizar ciertas cosas y sacrificar otras.
“Lo hemos visto en parejas que han venido y luego de un tiempo volvieron con otra pareja. Es frecuente, por eso siempre les digo: ‘No vayan a dejar de buscar ayuda en el caso de que lo necesiten’. Yo en particular les trato de dar esa contención. Tienen línea abierta conmigo, pero hay ciertos tips que las psicólogas manejan mejor para llevar más livianamente todo el proceso”, resaltó.
Gustavo Manavella aconseja que no tengan miedo de consultar a un especialista si es que ya pasaron los 12 meses de intentar buscar el embarazo y no lo lograron. No se debe perder tiempo porque ese tiempo invertido significa que puede existir algún problema o tal vez no.