“La obra está inspirada en el acto de entrega que hicieron las mujeres durante la Guerra de la Triple Alianza, donde usaron sus joyas como una ofrenda de amor a la patria”, declaró el artista plástico Koki Ruiz sobre el mural que se exhibe en el museo del Banco Central del Paraguay.
La obra enaltece nuestra colección histórica sobre el valor de la mujer paraguaya. “Esta obra magnífica que recibimos es la representación de un momento clave. Un 24 de febrero de 1867, las mujeres deciden donar sus joyas para ayudar a enfrentar los gastos que demandaba la guerra”, expresó Víctor Fernández, curador del museo del BCP.
Ruiz reveló que durante tres meses su equipo estuvo trabajando permanentemente por el mural. “El material es tierra que se amasa sobre el soporte de madera y los pliegos se forman a medida que ocurre el secado. Ahí van surgiendo las obras”, comenta el artista sobre el proceso.
La exposición en homenaje a la donación de joyas y enseres de las mujeres paraguayas durante la Guerra contra la Triple Alianza se realiza de forma permanente en el Museo de Numismática y de joyas del Banco Central del Paraguay (Federación Rusa y Cabo 1° Marecos), de lunes a viernes, de 08:00 a 15:00.
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Tañarandy vive una Semana Santa de fe, devoción y arte en su primer año sin Koki Ruiz
Miles de personas llegaron a Tañarandy para vivir una emotiva Semana Santa, la primera sin el artista Koki Ruiz. Desde temprano, varios fieles de todas las edades, algunos con bastones o en silla de ruedas, se congregaron para acompañar la procesión. Al atardecer, el camino iluminado por cándiles guio a la Virgen Dolorosa hacia la barraca, mientras los estacioneros entonaban cantos.
En la barraca, se representaron cuadros bíblicos, destacándose La última cena, donde participaron las hijas de Koki y sus colaboradores. También se exhibieron imágenes históricas como Chiquitunga y San Ignacio. La comunidad honró a Ruiz, cuyo espíritu artístico y religioso permaneció vivo en cada detalle.
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Vestir a la Virgen
María Gloria Acosta, encargada del vestuario de la Virgen por más de 12 años, relató cómo esta tradición creció desde una sencilla reunión familiar hasta convertirse en un evento nacional. La imagen, vestida de luto con telas bordadas y flores traídas desde Asunción, llevaba consigo el recuerdo de Rosa Pérez de Ruiz, madre de Koki.
Música y homenaje
Los estacioneros de Capiatá rindieron tributo a Koki con la canción titulada “Pejúke la gentekuéra”, compuesta especialmente en agradecimiento a él. El grupo, emocionado, interpretó la música frente a su lápida.
Devoción que inspira
Josefa Lorenza Krujowski, de 87 años, viajó en silla de ruedas desde Asunción para recorrer casi un kilómetro en la procesión. Su familia, con raíces polacas, reiteró su compromiso espiritual, convirtiendo la jornada en un acto de fe y resistencia.
De esta manera, Tañarandy se consagró nuevamente como epicentro de la Semana Santa paraguaya, fusionando arte, religión y memoria en un tributo inolvidable a Koki Ruiz.
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Con su madre en silla de ruedas, renuevan sus votos espirituales en Tañarandy
Por sexto año consecutivo, una familia con raíces polacas y paraguayas renueva su compromiso espiritual en Semana Santa, honrando la memoria de Koki Ruiz y acompañando a Josefa Lorenza Krujowski, una mujer de 87 años que, a pesar de las dificultades y estar en silla de ruedas, no pierde la devoción por esta tradición en Tañarandy.
Graciela Ruiz Díaz viaja desde Asunción hasta el departamento de Misiones con su madre en silla de ruedas para acompañar a la Virgen Dolorosa, casi un kilómetro por los senderos de la localidad. “Venimos para aislarno del ruido, concentrarnos en lo espiritual y ofrecer nuestros sacrificios”, explicó.
Para la familia, esta experiencia no solo es un acto de fe, sino también una promesa: “Es por mis hijos, por mi familia y por la conversión de todos”, relató doña Graciela. Este año la ausencia de Koki Ruiz, el artista cuyo arte se inmortalizó en este evento, les dejó un sabor amargo. “Siempre fue alegre, nos reconocía y hablaba con nosotros. Extrañamos su presencia”, mencionó.
Josefa, nacida en Polonia, llegó a Paraguay hace 56 años como parte de la ola migratoria posterior a la Segunda Guerra Mundial. Aunque hoy habla poco, su historia sigue viva y el vínculo con Ruiz era especial.
Como cada Semana Santa, la comunidad de Tañarandy se convierte en el corazón espiritual de la Semana Santa paraguaya, y este Viernes Santo no es la excepción. Una gran cantidad de personas ya se han congregado en el lugar para vivir una de las manifestaciones culturales y religiosas más conmovedoras del país.
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Estacioneros de Capiatá rinden homenaje a Koki Ruiz con una canción en Tañarandy
En el marco de la procesión por Semana Santa, los estacioneros de la cuarta compañía de Capiatá llegaron por segundo año consecutivo a Tañarandy, departamento de Misiones, esta vez con un emotivo tributo musical dedicado a Koki Ruiz, el artista que dejó su legado con su arte. Ignacia Benítez, integrante del grupo, compartió los detalles de esta conmovedora iniciativa.
“Pejúke la gentekuéra” se titula la canción, cuya letra expresa gratitud hacia Ruiz por “abrirles las puertas” de Tañarandy el año pasado, permitiéndoles conocerlo en vida, y también reconoce la hospitalidad de su familia. “Es un homenaje desde el corazón”, añadió Benítez.
El grupo, compuesto por 20 personas entre niños, jóvenes y adultos, preparó durante dos meses la música. “Uno de nuestros compañeros compuso la música y hoy pudimos cantarla frente a su lápida y entregarla a sus familiares”, explicó Benítez.
Como cada Semana Santa, la comunidad de Tañarandy se convierte en el corazón espiritual de la Semana Santa paraguaya, y este Viernes Santo no es la excepción. Una gran cantidad de personas ya se han congregado en el lugar para vivir una de las manifestaciones culturales y religiosas más conmovedoras del país.
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Vestir a la Dolorosa: un ritual sagrado que une fe, arte y comunidad en Tañarandy
Cada Viernes Santo, miles de personas se reúnen para la procesión de la Virgen Dolorosa en la localidad de Tañarandy, departamento de Misiones, cuya imagen encarna la fe y la historia de una comunidad unida por el arte y la tradición. María Gloria Acosta, encargada del vestuario de la Virgen, contó cómo desde hace más de 12 años cumple esta noble labor y además cómo una sencilla devoción familiar se convirtió en un evento de talla nacional.
Acosta mencionó que esta tradición comenzó en la barraca de la madre del artista Koki Ruiz, donde un grupo de vecinos se reunía para rezar. “Hacíamos hasta el portón y poco a poco se fueron sumando más personas”, recordó, acotando que con el tiempo se convirtió en una manifestación de fe que hoy “ya acopla a todo el país”.
Preparar a la Virgen es un ritual que comienza días antes. El equipo de la barraca se encarga de cambiar las telas, ajustar los encajes y pintar la carroza. El proceso consiste en un trabajo minucioso que cuida cada detalle.
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Durante todo el año la imagen tiene un vestido blanco; sin embargo, para el Viernes Santo le colocan una vestimenta del tradicional color negro de luto. “Para el Viernes Santo, ella tiene un primer vestido, después otro segundo de encaje, después una capa de pana bordada y después otro encaje bordado, un guipur blanco. Eso es todo lo que lleva”, refirió.
Las flores que adornan a la Virgen guardan un especial significado emocional, ya que son las mismas que prefería la madre del artista, la señora Rosa Pérez de Ruiz, aquella mujer con quien todo comenzó en el patio de la barraca familiar. Cada año, estas flores son traídas desde Asunción; algunas son donadas por devotos, manteniendo viva esa conexión con los orígenes humildes de la tradición.
El corazón de esta tradición late en el arte sacro. Las velas, las flores y hasta los vestidos de la Dolorosa son elaborados de manera artesanal por los mismos vecinos, muchos de ellos formados por Koki Ruiz. “Él dejó un legado de jóvenes que viven del arte”, destacó.
Viernes Santos sin Koki Ruiz
Este Viernes Santo fue especial, no solo por la devoción, sino por la pérdida del artista que se inmortalizó con su arte y se convirtió en la figura central de esta tradición. “Este año nos tocó un poco más pesado, porque esta mañana no vino Koki a traerme; ya vino con el equipo de la barraca, fue un poco diferente. Muy fuerte fue porque cuando me levanté para recibir a la Virgen y a Koki, llegó la Virgen sin Koki, pero en todos los espacios le vemos a él”, dijo.
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