El uso de la cama solar es motivo de preocupación para los dermatólogos, quienes consideran que su uso debería estar bien establecido a través de reglamentaciones o leyes, hasta ahora inexistentes en nuestro país.
El Dr. Arnaldo Aldama, jefe de la Cátedra y Servicio de Dermatología de la Facultad de Ciencias Médicas de la UNA, dice que es importante tener conocimientos sobre la dosificación de los rayos ultravioletas, del tipo de rayos que se emiten a los pacientes, el tipo de piel y las posibles enfermedades no compatibles por su uso.
“El uso de las camas o duchas solares no es recomendable porque causan muchas consecuencias a mediano y largo plazo. Cuando uno nace, la piel tiene como una especie de capital (digamos) que se va gastando a medida que transcurren los años y que uno va perdiendo ante la exposición al sol”, sostiene el médico.
El docente dice que los riesgos del uso de las camas solares y los efectos colaterales, si se utilizan de forma imprudente, pueden ser funestos. Se habla de dos campos específicamente: el fotoenvejecimiento y la carcinogénesis. “Las camas solares están en manos de personas no preparadas para evaluar los factores, de ahí la importancia de la regulación”, afirma.
El especialista hace énfasis en que la principal causa de envejecimiento de la piel no son precisamente los años, sino los rayos solares. En el caso de las camas solares, la persona recibe irradiaciones en una posición firme en forma muy superlativa.
“El otro gran problema es la carcinogénesis a mediano y largo plazo, tiene la posibilidad de originar cáncer de piel, por lo tanto es importante educar a la población al respecto, ya que tienen que conocer los riesgos del uso de la cama solar”, explicó.
También es importante saber que hay algunas personas que no deberían acudir a los centros que ofrecen camas solares, como aquellos con enfermedad inmunológica, lupus eritematosas, personas que consumen medicamentos fotosensibilizantes, como tratamiento del acné, etc.
En ese sentido, la dermatóloga Romi Giardina indicó que en la actualidad existen opciones de bronceados, como el soplete y el uso de cremas autobronceadoras. “Estas opciones son como un maquillaje de la piel, que en ocasiones podrían desencadenar en alergias para algunas personas, por eso es importante antes de someterse a bronceados artificiales realizarse pruebas de alteración para evitar reacciones cutáneas”, destaca.
Sobre la ducha solar, la especialista asegura que tiene potencial de desencadenar en carcinogénesis.
El Dr. Aldama afirma que debería haber reglamentación para que se utilicen de forma consciente y responsable recursos como bronceados artificiales, y sobre todo camas o ducha solares. “Todos deberían tener conocimiento sobre a qué se están exponiendo”, puntualiza.