Al salir de la ducha, la toalla que usamos para secarnos también se moja. Y aunque la colguemos para reutilizarla una vez seca, esto no asegura que esté limpia.
Y es que todo este proceso ha generado la aparición de gérmenes, que pueden provocar problemas de salud si no las lavamos a tiempo. ¿Cada cuánto, entonces, hay que llevarlas al lavarropas? En una entrevista para CNN, el profesor de microbiología médica de la Universidad de Westminster en Reino Unido, Manal Mohammed, declaró que hay que limpiarlas “por lo menos una vez a la semana”.
Una de las características que determinan el crecimiento de hongos y bacterias en las toallas es el olor extraño que empiezan a manifestar conforme pasan los días. Cada vez que utilizamos una toalla, transferimos los gérmenes del cuerpo a la misma, por eso recomiendan lavarse las manos con agua y jabón durante 20 segundos.
Los expertos recomiendan no compartir las toallas con nadie, en lo posible tampoco las de manos o de rostro, ya que a través de ellas también se pueden propagar las bacterias que causan el acné e incluso la conjuntivitis.
Para asegurar la completa eliminación de gérmenes lo ideal es lavar las toallas en agua caliente.
El secado también es importante
Así como el lavado es importante para mantener una toalla limpia, también lo es el secado adecuado después de su uso. Cuando las toallas se secan a medias o de forma incompleta se abren las posibilidades para el crecimiento de bacterias.
“Las toallas húmedas y usadas en los baños húmedos estimulan el crecimiento microbiano. Aunque la mayoría de estos gérmenes a menudo son inofensivos, algunos de ellos pueden causar infecciones y problemas de salud, especialmente en personas con heridas en la piel y personas inmunodeprimidas”, concluyó el especialista.