Almendras, nueces, avellanas, pistachos, etc., todos estos frutos secos son alimentos que aportan mucha energía y son ricos en grasas saludables y proteínas.
Ideales para revitalizar el organismo, se recomienda consumirlos de forma moderada, ya que por cada 100 gramos, aportan entre 100 a 180 calorías.
Los frutos secos son una fuente importante de minerales, aportan magnesio, fósforo, potasio, calcio, hierro, zinc y selenio. Además, realizan un gran aporte vitamínico, teniendo a las vitaminas B1, B3 y E como pioneras.
Asimismo, son buenos para la salud del corazón gracias a su contenido en grasas saludables, como el omega 6 y el omega 3, esencial para el funcionamiento del organismo.
Su proteína vegetal lo convierte en el alimento ideal para el consumo post-entrenamiento. De la misma forma, su fibra ayuda a controlar el apetito y regular el tránsito intestinal.
Los frutos secos, además de reducir los problemas cardiovasculares y el colesterol, ayudan a perder peso, fortalecen los huesos y músculos, aportan nutrientes para la piel y el cabello, favorecen al sistema nervioso y la memoria, y son una importante fuente de energía para el cuerpo.
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