El streaming domina nuestras vidas desde hace un buen tiempo, permitiéndonos estar cerca de las plataformas digitales que están a un paso más de lo que sucede en la vida real. Por ejemplo: Twitch.
Por: Micaela Cattáneo
Diez años atrás nadie se hubiese imaginado que el streaming dominaría nuestras vidas. Mucho menos que llegaría un virus a modificar temporalmente la forma de relacionarnos y comunicarnos con los demás, así como de habitar nuestros hogares.
El streaming, aquella tecnología que nos permite ver contenido multimedia en vivo o grabado en plataformas digitales a través de una conexión a Internet y en tiempo real, está presente entre nosotros desde hace algunos años, pero no fue sino hasta el año pasado, con el confinamiento obligatorio, que todos empezamos a descubrirlo en todas sus formas y presentaciones.
A lo que me refiero es que plataformas o redes sociales que generalmente se movían con un nicho, en el último año recibieron más visitas de las acostumbradas, creciendo a pasos agigantados, popularizándose gracias a su contenido diverso, entretenido y novedoso.
Fue el caso de Twitch, que se convirtió en la plataforma de live streaming más grande del mundo. ¿Qué quiere decir esto? Que es la red social de transmisiones en vivo que más visitas recibe a nivel global en este momento.
Pero es mucho más que eso, porque como bien lo describen en su web: “es el lugar donde millones de personas se reúnen en directo a diario para charlar, interactuar y crear juntos su propio entretenimiento”.
Nacida en 2011 como un subproducto de la plataforma Justin.tv, Twitch se especializó en el streaming de videojuegos desde sus inicios. Pero su crecimiento exponencial frente a su mayor competencia, YouTube, amplió su oferta de contenidos a otros segmentos como música, estilo de vida, deporte, etc.
Si bien se mantuvo en esa línea de ofrecer diversidad de contenido, tiene un destaque importante en el tema de los deportes electrónicos. Y de la mano de un gigante tecnológico como Amazon, que compró la plataforma en 2014, popularizó grandes experiencias para los usuarios, entre ellas las competiciones de eSports, las conversaciones con los streamers más famosos, etc.
Me detengo en esta última parte porque, sí, muchos usuarios que comparten contenido en la plataforma, hoy, son figuras reconocidas de Internet. Es el caso de Ibai Llanos, un streamer español de 26 años que tiene casi 7 millones de seguidores en su canal de Twitch, donde además de comentar partidas de juegos importantes, hace entrevistas a celebridades actuales y con mucho humor de por medio.
En esencia, Twitch no va con rodeos y ofrece de todo un poco a través de una dinámica tan simple como entretenida: permite a los usuarios realizar y ver transmisiones en directo a la par que interactúan con el resto de la audiencia por chat.
Con una audiencia diaria de más de 17 millones de personas, en su mayoría centennials y millennials, Twitch se abre camino en Internet y se posiciona cada vez más como una plataforma masiva que construye su propia cultura: la que siempre está por venir.