El cronotipo es la predisposición natural de cada persona respecto a los momentos del día en los que prefiere dormir o tiende a experimentar picos de energía y ser más productivo.

Los especialistas explican que estos se dividen en tres: el matutino, el intermedio y el nocturno.

Las personas con el cronotipo matutino, a quienes también se las llama “alondras”, se caracterizan por ser madrugadores y se sienten más activos en la primera parte del día. Generalmente, necesitan dormir entre las 10 de la noche y las 6 de la mañana. La mayoría de la población está en este grupo, según el Instituto Internacional de la Melatonina (IiMEL).

El 50% de la población restante pertenece al cronotipo intermedio, conocidos como “colibríes”, esto quiere decir que su melatonina, hormona encargada de inducir al sueño, se libera con mayor frecuencia a las tres de la mañana, por lo que el descanso suele ocurrir entre las 12 de la noche y las ocho de la mañana.

Por último, las personas del cronotipo nocturno, a quienes se las llama “búhos”, se despiertan más tarde y son noctámbulos, es decir desarrollan más actividades durante la tarde y la noche.

La variante del cronotipo depende de cada persona según la edad, el sexo, los factores ambientales e incluso la genética. Es muy importante saber en qué momento del día estamos más predispuestos para nuestras actividades, ya que así somos más eficientes y evitamos problemas de salud.