Pese al estatus que le dan sus dos estrellas Michelin, la chef Vicky Lau de Hong Kong dice que la batalla por alcanzar la igualdad de género en el mundo de la cocina profesional, dominada por hombres, está lejos de ser ganada. Pero algunas pequeñas victorias le dan esperanza.
En la competitiva arena de la alta cocina de Hong Kong, pocos han tenido un ascenso tan brillante como Lau, que en poco más de una década pasó de abrir un pequeño café a dirigir uno de los restaurantes más celebrados de la ciudad.
Hace unos meses, su restaurante Tate Dining Room fue galardonado con dos estrellas Michelin, un hito para las chef asiáticas, a menudo menospreciadas. “Yo no entré a la industria porque quería estos reconocimientos, pero con el tiempo, sí se convirtieron en una meta”, dice Lau, de 40, quien a diferencia de muchos de sus colegas le da importancia a este premio.
“Creo que este reconocimiento sí dice algo porque impulsa a mucha gente en nuestra industria a seguir adelante”, responde, sobre la importancia del doble Michelin para las mujeres.
Lau es una exdiseñadora gráfica que nunca pensó mucho en ser chef, pero la vida la llevó a cambiar de carrera y día a día demuestra lo bien que le fue en esa decisión. Después de su formación por la academia culinaria Cordon Bleu de Bangkok, una vez dentro del oficio, vio cómo los hombres dominaban todo, especialmente cuando se trataba de ascender en una empresa o ser propietario de un negocio.
Al comenzar a llamar la atención con sus platillos, al inicio le cansaba ser consultada sobre su género, el ejemplo que estaba dando y el modelo a seguir en que se había convertido. Pero con el tiempo comenzó a aceptar la realidad de que su éxito podría servir para motivar a otras. “De hecho se convirtió en una de mis motivaciones para ir a trabajar”, señala.
En una industria dominada por los hombres y en la que se espera que las mujeres “se comporten como hombres”, Lau lucha por todo lo contrario: su cocina es femenina en más del 50% y las chefs con hijos son consideradas como algo positivo y no como un dolor de cabeza.
Fuente: AFP.