Diversos testimonios alrededor del mundo han dado cuenta de que el coronavirus, además de reducir el olfato durante el cuadro de la enfermedad, puede provocar una afección en este sentido una vez conseguido el alta.

Esta afección en el olfato recibe el nombre de “parosmia” y consiste en sentir olores rancios en algunas cosas, aun así se traten de aromas agradables para el resto de los mortales, después de haberse contagiado de coronavirus.

Es sabido que, durante la enfermedad, uno de los síntomas es la disminución o pérdida del olfato, también conocida como anosmia, sin embargo, la parosmia es la secuela que queda en algunas personas luego de curarse. La diferencia está en que en esta afección el paciente recupera el olfato, pero los olores que siente son muy distintos a los originales.

Por ejemplo, olores cotidianos de muchos alimentos, como las cebollas, el café, la carne, las frutas, el alcohol, la pasta dental, los productos de limpieza y los perfumes, les resultan repugnantes y le dan ganas de vomitar.

Aunque no se sabe con exactitud por qué queda esta secuela, en la Universidad de Reading, Reino Unido, han intentado encontrar una respuesta a esta condición. La científica especialista en sabor, Jane Parker, comentó a BBC una teoría al respecto: “Las personas que viven con parosmia probablemente solo perciben algunos de los compuestos volátiles que contiene una sustancia. Por ejemplo, el café contiene compuestos de azufre que huelen bien en combinación con todas las demás moléculas que le dan al café su aroma agradable, pero no cuando se huele solo”.

No se han descubierto aún formas de evitar esta secuela, pero lo que sí ha encontrado la investigadora es que estos olores pueden permanecer con los pacientes durante un tiempo inusualmente largo, y que no puede decir con seguridad en cuánto tiempo se irán.

La hipótesis que se maneja es que, después del Covid-19, las fibras nerviosas que transportan las señales de los olores desde la nariz al cerebro están alteradas, por lo que solo resta esperar a que este con el tiempo se ordene y corrija el problema.

Para entender más sobre cómo se manifiesta esta secuela, recomendamos leer este reportaje de The New York Times.

Foto: Pexels.


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