El clima, la contaminación, beber poca agua, el maquillaje o incluso un gesto como morder suavemente los labios puede hacer que esta zona se seque y posteriormente se agriete. La piel de la boca es muy delicada y necesita de ciertos cuidados puntuales.

Los labios, al igual que otras zonas del cuerpo, necesitan de un cuidado especial que se debe incluir en la rutina diaria. La piel de la boca es fina y no tiene glándulas sudoríparas ni sebáceas, por eso se puede secar mucho más rápido que la piel de la cara, por ejemplo, porque no tiene lípidos protectores que mantengan la humedad. Cuando eso sucede se siente los labios tensos y otras molestias que hace que la persona, sin darse cuenta, se pase la lengua alrededor y empeore los síntomas.

En principio hay que mantener una alimentación equilibrada, rica en vitaminas y minerales, y consumir suficiente agua en el día, esto mantiene al cuerpo saludable y hace que la piel tenga un buen aspecto. Es importante evitar lamer o morder los labios, porque la saliva reseca la piel de esta zona. Si se siente piel sobresaliente, es importante no estirar o morder porque se puede producir una herida más grande y dolorosa.

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Hábitos

- Protector solar: esta zona siempre está expuesta a los rayos solares y sin protección se promueve el envejecimiento prematuro. Por otro lado, las pantallas de celular, computadora y TV emiten rayos UV que también dañan la piel, por lo que conviene aplicar siempre fotoprotector. Actualmente ya podemos encontrar bálsamos y labiales que cuentan con protector solar en su fórmula.

- Exfoliar: la piel necesita de exfoliación para remover las células muertas y que la dermis se regenere correctamente; los excedentes de piel que sobresalen son por no realizar este paso que se debe cumplir cada 15 días. Podes colocar un algodón humedecido con agua tibia durante unos minutos, luego mezclar miel y azúcar hasta formar una pasta y masajea los labios con suavidad. Enjuaga y posteriormente hidrátalos con un bálsamo.

- Hidratación: se puede usar vaselina tradicional, manteca de cacao, aceite de coco, oliva, almendras, entre otros. Hay bálsamos nutritivos que incluyen en su fórmula manteca de karité, vitamina A y E, óleo de aguacate y cera de abeja, que son muy beneficiosos.

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De la mano de Far­macenter se rea­lizó el lanzamiento de los labiales que acaparan las pasarelas: los SuperStay Vinyl Ink de Maybelline NY. Se trata de un labial que deja un efecto vinilo inconfundi­ble y un color maravilloso con un acabado elegante y lleno de glamour.

El evento contó con la pre­sencia de celebridades locales, directivos de la cadena de farmacias, espe­cialistas, clientes y maqui­lladores, que experimenta­ron con la innovadora tinta líquida de acabado vinilo.

El SuperStay Vinyl Ink de Maybelline NY viste los labios con un color súper pigmentado y un acabado brillante que aguanta todo. Además, su fórmula es vegana, es resistente al agua, no se borra ni se transfiere.

Y, lo mejor, es que cuenta con un aplicador preciso que facilita la aplicación. En una sola pasada los labios quedan perfectos sin necesidad de retoques, incluso después de comer.

El producto pertenece a la familia de los míticos SuperStay, el pintalabios permanente más vendido de Amazon. Su precio tam­bién lo hace único, ya que en Farmacenter se accede a él a tan solo G. 85.000.

Entre los tonos, el más ven­dido es el Red-Hot, un rojo clásico y elegante que favo­rece muchísimo a todos los tipos de piel, iluminando la cara al instante. ¿Y vos, ya tenés el tuyo?

• POR MIGUEL ÁNGEL VELÁZQUEZ
• Dr. Mime

Arrancar mi columna semanal con una letra de Maná y Shakira no es común pero tampoco casualidad. Digamos que me viene como anillo al dedo porque hoy la columna habla de eso, de la men­tira. Según expertos, la mentira cumple una función adaptativa, es decir, que tiene impor­tancia para el desarrollo de las personas. No es de extrañar que, estudios mediante, hoy sepamos que todas las personas del mundo (si, todas, incluso el Papa o tu abuelita santa) expresamos de una a dos mentiras cada día. Algunos científicos consideran que ha sido la evolución la que a través del engaño incons­ciente ha permitido al individuo sobrevivir. Citan como ejemplo el caso de los chimpan­cés, que ocultan objetos, se muestran amables y engañan a sus cuidadores o a otros chimpan­cés con el objetivo de lograr supervivencia, sexo e, incluso, diversión.

Ahora... ¿el cerebro miente para sobrevivir o es algo innato, tanto que no podríamos con­siderarla como algo malo? Si vemos lo que sucede en el neocórtex, la parte más desa­rrollada del cerebro humano, la que nos da el razonamiento, la moral, la enseñanza, el con­cepto de leyes... bah, lo que nos hace humanos, evolucionó a la velocidad de un bólido, siendo capaz de controlar a las porciones emocio­nal (el cerebro límbico) y, en cierta medida, a la instintiva (el cerebro reptiliano). Igual­mente, razona, interpreta, descifra, asocia ideas, crea hipótesis de acción, genera pen­samientos, crea soluciones y, dentro de esa vorágine de acciones, se convierte en el arma más potente de la mentira: la genera, la crea, la mantiene y la perfecciona. Cuando la per­sona miente hay un aumento en la actividad cortical de los lóbulos frontal y temporal y del sistema límbico.

Pero, ojo, no nos sale gratis. La mentira se puede manifestar fisiológicamente por aumento de la presión arterial, la frecuen­cia cardiaca y respiratoria y la sudoración de la piel. Este incremento de la actividad cere­bral es, a la vez, un estímulo para desplegar más interconexiones neuronales que contri­buyen a expandir la inteligencia. Cuando se miente interesadamente, la amígdala produce una sensación negativa que limita el grado de las mentiras. No obstante, esta respuesta se reduce a medida que se continúa mintiendo, aumentando la escala de los engaños; esto con­duce a una espiral desde los pequeños actos de falta de sinceridad hasta una vida llena de ilusiones y autoengaños. Lo que todavía no se sabe es si esta respuesta de la amígdala es innata o nace del aprendizaje como una adap­tación del organismo humano. Perdón por darle tantas vueltas, pero lo digo ahora sin tanta rimbombancia: la mentira nos hace más creativos. OJO: creativos no significa inteli­gentes. Ya se los explico.

En el cerebro humano (así como en el de otros animales como los primates), existen unas células de las cuales hablé en alguna entrega de esta columna: las neuronas espejo. Estas son fundamentales para las acciones de imi­tación y para las interacciones con los demás, incluso fundamentales para el desarrollo del lenguaje. Gracias a ellas el cerebro entiende lo que ve y lo que ve determina lo que siente y es posible que la imitación funcione en ambos sentidos, positivamente (lo que considera­mos cierto o bueno) o negativamente (recu­rriendo a la mentira), es decir, más de acuerdo a lo que haga la sociedad que a lo que ella diga. Es por eso que, en esta época de campañas políticas donde se miente descaradamente dañando sin ningún sonrojo a otras perso­nas, los frontales de muchos paraguayos (no de bien, dicho sea de paso) estarán activando sus redes de la mentira con una asombrosa rapidez. Ya lo dice la misma música de Sha­kira y Maná: “hay doctrinas y oradores que gobiernan sin piedad, hay mentiras en los diarios, en las redes, en la radio”... y así nos va.

Si bien les dije que mentir nos hace más crea­tivos, también la mentira sistemática reduce nuestra capacidad cognitiva, simplemente porque acarrea consecuencias emocionales como el rechazo o el descreimiento que des­gastan el sentimiento de las personas, cau­sando estrés. Y ya me leyeron innumerables veces diciéndoles que el estrés es el peor ene­migo del cerebro.

Cuando nos mienten, no tenemos que quedar­nos solo con lo superficial sino que hay que acu­dir a la esencia: ¿cuál es la causa por la que nos mienten? O sea, hay que mirar el porqué está ocurriendo esto. Si mentimos lo hacemos fun­damentalmente por evitar un castigo o para aprovechar una oportunidad. Pero detrás de esto está la ética personal de cada uno. Aun­que eso ya es “harina de otro costado” como dijo alguna vez un “gran pensador” autóctono. Está demostrado que los individuos que más mienten son los narcisistas, aquellos que tie­nen altos rasgos de psicopatía, los deshones­tos y los egoístas que solo buscan su propio beneficio. Cuando sus mentiras son frecuen­tes los tornan inseguros y con altos niveles de ansiedad. Cualquier parecido con la realidad que vivimos a diario leyendo algunos diarios, viendo algunos canales, escuchando algunas radios o hartándonos del parafraseo de algu­nos políticos, no es culpa de esta columna. Simplemente, estamos DE LA CABEZA. Y espero que se nos pase el 1 de mayo. Nos lee­mos en siete días.

Como los labios van perdiendo volumen e hidratación, se recomienda el ácido hialurónico, pero no es la única solución existente. Hay remedios caseros que actúan como rejuvenecedores de labios y ayudan a mejorar su apariencia.

Tanto la edad como la falta de vitaminas, deshidratación, reacciones alérgicas o ciertas enfermedades pueden provocar lo que se denomina “código de barra labial”, un término que se refiere a las arrugas perpendiculares en los labios.

Y es que a medida que cumplimos años, la piel pierde firmeza y los rasgos faciales definición, además aparecen cada vez más arrugas. Los especialistas confirman que a partir del los 50 años el código de barras se hace más visible porque la piel se afina debido al fotoenvejecimiento de la exposición solar.

Además, se produce un atrofia del músculo del labio que hace que este se afine y se vea menos jugoso y grueso. También se produce una atrofia del maxilar superior óseo que empieza a tener cambios asociados a los hormonales, relacionados con falta de calcio.

Los labios en ese estado no solo nos hacen sentir incómodas, pueden llegar a provocar dolor. Por eso, es bueno conocer algunos ingredientes que tenemos habitualmente en casa y que pueden contribuir a aliviarlos.

Estas son algunos remedios caseros que actúan como rejuvenecedores de labios:

Aceite de oliva. Solo necesitas mojar un algodón con aceite de oliva y aplicarlo en los labios, ya que tiene propiedades que sirven para hidratar.

Miel. Con una cuchara de cera virgen de abejas y una cucharadita de aceite de almendras se puede preparar una mezcla hidratante y antiséptica.

Leche. La leche fría también sirve para reducir la inflamación y el enrojecimiento, reduciendo los efectos del frío o el sol en los labios. También se puede usar el yogur natural.

Papa. Basta con pelar una papa, partirla en pequeños cubos y cocinarla con un poco de agua. Después, se mezcla con una cucharada de aceite de almendras o de oliva y con otra cucharada de leche. El resultado es una especie de puré que, aplicándola en los labios, sirve para humectar y cicatrizar heridas producidas por la sequedad.

Manteca de karité. Media cucharada de esta mantequilla y otra media cucharada de pulpa de aguacate también crean un remedio casero.

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