En esta foto histórica capturada en el centro de Londres, está el joven Ned Parfett cerca de las oficinas de la compañía naviera White Star Line sosteniendo un cartel con el titular que paralizaba al mundo ese día, 16 de abril de 1912: “Se pierden muchas vidas en el desastre del Titanic”.
La triste noticia llegaba 24 horas después del hundimiento del trasatlántico, ocurrido en la madrugada del 15 de abril de 1912. Ya en la mañana de ese día, muchos periódicos anunciaban que el barco había chocado contra un iceberg pero que pese a la catástrofe, todos los pasajeros estaban a salvo.
Periódicos importantes como el Daily Mail de Londres y el New York Evening Sun habían puesto en sus portadas titulares como “Titanic hundido, pero no hay pérdidas de vida humana” o “Todos los pasajeros del Titanic rescatados después de la colisión” a raíz de una confusión en el traspaso de la información entre un barco y otro.
La oficina de la White Star Line recibió la confirmación del naufragio recién a las 18:00, por lo que unas horas después las redacciones recibían la aclaración de que habían sobrevivido sólo 700 personas. La magnitud del desastre llegaba a los lectores a la mañana siguiente, e imágenes como las del joven Ned Parfett vendiendo los ejemplares del 16 de abril de 1912 demuestran el impacto o la reacción que generó la noticia en la calle.
En su edición de ese día, el New York Times publicaba una lista inicial de los sobrevivientes, la cual había sido transmitida por el RMS Olympic, un barco similar al Titanic que pertenecía a la misma compañía naviera.
Nadie podía creerlo, pero el que hasta entonces era el barco de pasajeros más grande y majestuoso jamás construido había sumergido en aguas profundas, dejando un saldo de 1.500 muertos, tras chocar con un iceberg en el Atlántico Norte.
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¿Por qué nunca encontraron los restos de la mayoría de fallecidos del Titanic?
Uno de los investigadores de siniestros de barcos en aguas marinas encontró los restos del Titanic y dio a conocer un dato que refuerza una principal teoría sobre lo que verdaderamente ocurrió con las víctimas mortales de la tragedia en el año 1912.
Según la publicación de El Cronista, uno de los medios económicos de Argentina más valorado, Robert Ballard, explorador de aguas profundas y quien descubrió los restos del barco por primera vez en 1985, explicó que por debajo de cierta profundidad, el agua disuelve los restos óseos.
En la actualidad, hay varias teorías sobre las causas del hundimiento que hasta hoy día se busca descifrar con la capacidad tecnológica y científica. El Titanic zarpó de Southampton, Inglaterra, con dirección a Nueva York, Estados Unidos, un 10 de abril de 1912, apenas 4 días después, la noche del 14 de abril empezó a hundirse al chocar con un iceberg y porque había fuego en una de las calderas, según una de las teorías. En la ocasión, el accidentado viaje de turismo costó la vida de 1.517 personas.
Al punto de chocar con el iceberg, llevaba una velocidad de ¡43 km, por hora! Aquello sucedió a las 23:40 en las Costas de Terranova en el Océano Atlántico, hundiéndose a las 2:20 de la mañana del 15 de abril y causaría un gran impacto psicológico hasta donde llegaron las noticias del naufragio. El naufragio del Titanic hace 112 años continúa siendo tema de conversación.
Iceberg
La investigación de este especialista esbozó el motivo por el que nunca se encontraron la mayoría de los cuerpos de las víctimas de aquel suceso. Sin embargo, tras la colisión del navío con un inmenso iceberg en el Océano Atlántico y pese a los distintos operativos de búsqueda, nunca se lograron encontrar los restos de la mayoría de los pasajeros y tripulantes que perdieron la vida, según el medio argentino.
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La historia rescata que se concretó la recuperación de 160 cadáveres identificados y no identificados de las víctimas del naufragio. Los fallecidos fueron trasladados hasta la ciudad canadiense de Halifax para su entierro en diferentes cementerios o entregados a sus familiares.
El medio publica que los rastros de los otros 1.388 muertos desaparecieron en el mar. A lo largo de los años se plantearon distintas teorías sobre qué pudo haber pasado con ellos.
Una de ellas indicaba que los cuerpos, que flotaron durante varias horas gracias a los chalecos salvavidas, fueron arrastrados mar adentro durante una gran tormenta y quedaron dispersos en un área de 50 millas de ancho, lejos de la estructura y de la zona en la que siempre se llevaron a cabo las exploraciones.
Otra teoría
Otra teoría explica que los propios animales marinos pudieron haber comido los cadáveres. Más allá de las distintas hipótesis, la opción por la que se inclinan la mayoría de los especialistas apunta a la salinidad corrosiva del agua marina, señala el medio.
“El agua en las profundidades del mar está saturada de carbonato de calcio, lo que compone principalmente los huesos. Barcos como el Titanic o el acorazado Bismarck quedaron por debajo de la profundidad de compensación de carbonato de calcio, por lo que una vez que las criaturas comen la carne de las víctimas atrapadas y exponen los huesos, estos se disuelven”, profundizó Ballard durante una entrevista con la editorial digital británica Ladbible.
Con esta explicación técnica y química, pareciera quedar completo uno de los más grandes misterios, en torno al naufragio que se registró entonces durante la noche del 14 y la madrugada del 15 de abril de 1912. La historia tomó cuerpo en un material audiovisual que llegó a la pantalla grande de la mano del director James Cameron, en la recordada película que protagonizaron Leonardo Di Caprio y Kate Winslet.
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Vendieron el reloj del pasajero más rico del Titanic
Un reloj de oro que perteneció al pasajero más rico del Titanic se vendió este sábado por 1,17 millones de libras esterlinas (1,46 millones de dólares) en una subasta en Reino Unido, informó la casa británica Henry Aldridge & Son. Un comprador estadounidense ganó la puja, pulverizando la estimación previa de entre 100.000 y 150.000 libras (120.000 a 180.000 dólares).
La cantidad alcanzada supera el récord logrado en 2013 para un objeto relacionado con el famoso navío hundido en el norte del Atlántico. La casa de subastas recuerda que ese año se vendió un violín por 1,1 millones de libras. De hecho, el estuche de ese instrumento musical se vendió también este sábado por 360.000 libras (unos 450.000 dólares).
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El reloj, grabado con las iniciales JJA, perteneció al empresario estadounidense John Jacob Astor, que tenía 47 años cuando se hundió el Titanic la madrugada del 15 de abril de 1912. Astor, considerado uno de los hombres más ricos del mundo en aquella época, con una fortuna de 87 millones de dólares, equivalentes a varios miles de millones en la actualidad, falleció en el barco tras ayudar a su esposa, Madeleine, a subir a un bote salvavidas.
El cuerpo de Astor fue encontrado una semana después del desastre, con el reloj de bolsillo de oro de 14 quilates entre sus pertenencias personales. “El reloj fue completamente restaurado tras ser devuelto a la familia del coronel Astor y llevado por su hijo”, afirmó un comunicado de la casa de subastas.
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Fuente: AFP.
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Alistan un crucero cinco veces más grande que el Titanic
Un astillero finlandés está dando los últimos retoques al “Icon of the Seas” (Icono de los Mares), el crucero más grande del mundo, antes de su primer viaje programado para enero de 2024, en pleno repunte del sector tras la pandemia de covid-19. Más parecido a una pequeña ciudad que a un barco, el buque encargado por Royal Caribbean cuenta con múltiples parques acuáticos y más de 20 cubiertas.
Cinco veces más grande que el Titanic, tiene capacidad para casi 10.000 personas. “Este barco es actualmente, que sepamos, el crucero más grande del mundo”, declaró Tim Meyer, director general del astillero Meyer Turku, encargado de su construcción en la costa suroeste de Finlandia.
Mientras que algunos califican la colosal estructura como una “monstruosidad”, citando su enorme huella climática, otros admiran su sofisticada ingeniería y acuden en masa para comprar boletos. Una particularidad del nuevo barco, cuya construcción comenzó en 2021, es su gigantesca cúpula de cristal que cubre la proa. El sector de los cruceros se está recuperando tras el duro golpe de la pandemia de covid-19.
Según la Asociación Internacional de Líneas de Cruceros (Cruise Lines International Association, CLIA) el volumen de pasajeros superará los niveles previos a la pandemia en 2023, hasta los 31,5 millones de pasajeros. “Una vez que se levanten las restricciones y la situación se calme, veremos que el mercado se recuperará con fuerza”, auguró Meyer.
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“Más rentables”
Meyer Turku también tiene otros dos buques de tamaño similar en su libro de pedidos. “Los cruceros se han vuelto más grandes en la última década”, explica Alexis Papathanassis, profesor de gestión de cruceros en la Universidad de Ciencias Aplicadas de Bremerhaven, Alemania.
Según él “hay beneficios económicos obvios” para los barcos de gran tamaño, ya que reducen el costo que representa cada pasajero haciendo economías de escala. Con sus siete piscinas, un parque, toboganes de agua, paseos comerciales, pista de patinaje sobre hielo y “más lugares que cualquier otro barco”, el “Icono de los Mares” también ofrece más lugares para gastar dinero a bordo.
Esto “a su vez permite que las compañías de cruceros sean más rentables”, agregó. Esta es una buena noticia para los cruceros, que para sobrevivir al confinamiento casi mundial por el coronavirus tuvieron que endeudarse. El aumento de la talla de los barcos continuará, predice Papathanassis, pero a un ritmo más lento dado el contexto económico. “Cuanto más grandes son los barcos, mayores son los costos de inversión y los conocimientos tecnológicos necesarios. Y los conocimientos tecnológicos no son baratos”, explica.
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“Más grandes que nunca”
Desde el punto de vista climático, algunos argumentan que la eficiencia energética de un barco grande es más importante que la de varios barcos pequeños. Pero esta opinión no es compartida por todos. “Si siguiéramos esta lógica, ciertamente construiríamos cruceros más grandes, pero en menor número”, argumenta Constance Dijkstra, especialista en transporte marítimo de la ONG Transport & Environment (T&E).
“Pero no es lo que sucede. Vemos más y más barcos, y son más grandes que nunca”, dice. Y aunque los barcos modernos están tomando medidas para mitigar las emisiones gracias a la tecnología - el “Icono de los mares” funciona con gas natural licuado (GNL) -, los ecologistas no están convencidos.
El GNL emite menos que los combustibles marinos tradicionales, pero “tiene consecuencias dramáticas en el clima debido a las fugas de metano” que provoca, advierte Dijkstra. El GNL, compuesto esencialmente de metano, es un potente gas de efecto invernadero que puede tener un impacto mucho peor en el clima que el dióxido de carbono. “El problema es que, al usar GNL como combustible marino, fomentamos el desarrollo de la industria del gas”.
Fuente: AFP.
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OceanGate suspendió las expediciones al Titanic
La compañía propietaria del sumergible que implosionó con cinco personas a bordo cerca de los restos del Titanic ha suspendido todas sus actividades, se lee este jueves en la página web de la empresa. OceanGate, radicada en Estados Unidos, informa que “ha suspendido sus exploraciones y operaciones comerciales”.
El “Titán”, un pequeño sumergible de unos 6,5 metros de eslora, se sumergió el 18 de junio para observar los restos del naufragio y debía volver a la superficie siete horas después, pero, cuando aún no habían transcurrido dos horas, se perdió el contacto con la nave. Entonces se puso en marcha una operación de rescate en busca de los pasajeros.
Los equipos descubrieron que la nave había implosionado poco después de sumergirse, lo que causó la muerte en el acto de los cinco ocupantes, entre quienes se hallaba el jefe de OceanGate, Stockton Rush. Los restos, hallados en el lecho marino a casi 4.000 metros de profundidad, serán analizados.
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Canadá y Estados Unidos han abierto varias investigaciones para determinar las causas de la implosión. En cuanto se supo que se había perdido el contacto con el sumergible, las críticas se centraron en OceanGate, sospechosa de negligencia.
En documentos judiciales de 2018, un exdirectivo de la compañía, David Lochridge, afirma que lo despidieron porque había dudado de la seguridad del sumergible. Según Lochridge, el ojo de buey de la nave no estaba concebido para soportar la presión a 4.000 metros de profundidad, lo que ponía en riesgo a los pasajeros.
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William Kohnen, ingeniero a la cabeza de un comité estadounidense sobre sumergibles tripulados, declaró a la BBC que su grupo había expresado preocupación por las condiciones de seguridad del “Titán”.
A finales de junio, el cofundador de OceanGate, Guillermo Söhnlein, declaró que la seguridad era un “elemento clave” de la empresa. Los pasajeros habían pagado 250.000 dólares cada uno por explorar los restos del Titanic, una de las mayores catástrofes marítimas del siglo XX.
Fuente: AFP.