Una de las más grandes figuras del hip hop de finales de los 90 y principios de los 2000 falleció este viernes a los 50 años, tras sufrir un ataque al corazón. Su partida deja de luto a la música y a los miles de fanáticos que lo siguen desde sus inicios.

Su verdadero nombre era Earl Simmons, pero en la música urbana era DMX, el rapero que inspiró a una generación entera. “Fue un artista brillante. Su mensaje de triunfo sobre lucha, su búsqueda de la luz en la oscuridad, de la verdad y la gracia nos acercó a nuestra propia humanidad”, señaló en un comunicado Def Jam Recordings, la firma con la que el artista había publicado muchos de sus álbumes icónicos.

Y es que este rapero, del cual se sabe que tuvo una infancia dura y que tuvo su primer contacto con el hip hop cuando su madre le envió a un colegio de niños problemáticos, fue una de las estrellas más oscuras del género, ya que exponía sus demonios en canciones que tarde o temprano se convertían en himnos contundentes.

Aunque su adolescencia y su adultez, esta última ya con la fama en la mochila, sucedieron entre robos, cárcel y roces con el sistema penal por cargos que incluían posesión de drogas, crueldad con los animales, impago de la manutención de los hijos, entre otras cosas, la estrella nunca dejó de brillar, y éxitos como X Gon’ Give It To Ya y Party Up son un claro ejemplo de ello.

Su historial delictivo tuvo un peso en su nombre, pero sus raps directos y profundos fueron más fuertes y los que dejaron una marca imborrable de su talento en el hip hop de los 90 y 2000. “DMX era nada menos que un gigante. Su leyenda vivirá para siempre”, escribió la compañía.