Masaka Kids Africana es un hogar infantil ubicado en Nyendo, Uganda, que brinda refugio, ropa, educación y atención médica a niños que han quedado huérfanos. A través de la danza y el canto, los ayudan a salir adelante pese al dolor que atravesaron en su pasado.

En este país africano, hay más de 2,4 millones de niños huérfanos, más que en cualquier otro lugar del mundo. Muchos de ellos, han perdido a uno o a ambos padres a causa de los efectos devastadores de las guerras, el hambre y las enfermedades.

Pero Masaka Kids Africana quiere ofrecerles ese hogar que, por las circunstancias de la vida, no pudieron tener, y acompañarlos en su crecimiento, dándoles la educación y las herramientas necesarias para transformar sus realidades por completo.

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En este refugio viven niños que tienen de dos años en adelante, quienes han encontrado en la danza un vehículo para un cambio positivo en sus vidas. “Bailamos por la risa, bailamos por las lágrimas, bailamos por la locura, bailamos por los miedos, bailamos por las esperanzas, bailamos por los gritos. Somos bailarines, creamos sueños”, frase de Albert Einstein que comparten en su web.

Más allá del valor positivo que genera el arte en sus vidas, estos niños de África inspiran al mundo con su alegría y esperanza. Descalzos sobre la tierra y con una sonrisa enorme en sus rostros, sus movimientos de baile recorren internet, conquistando al público de cada rincón del planeta.

Sus coreografías se han hecho virales en YouTube, TikTok y otras redes sociales; de hecho, dos niños del hogar, Namibiru y Kigundu, de siete y ocho años respectivamente, crearon una coreografía para la canción Jerusalema, y bajo el hashtag #JerusalemaChallenge lograron incluso que trabajadores de los hospitales de Occidente la utilicen como una terapia para sus pacientes con Covid-19.

“Quiero ser un maestro”; “quiero ser médico cuando sea mayor”; “Estoy trabajando duro para poder desempeñarme bien en la escuela y viajar por el mundo como embajadora de esperanza para los huérfanos y vulnerables de África”, y “Mi sueño es convertirme en agricultor para poder cultivar suficiente comida para alimentar a todos los niños” son algunos de los sueños que hoy los mantienen en movimiento.

Masaka Kids Africana es una iniciativa creada por Suuna Hassan, un joven de 29 años que dejó su trabajo como electricista para volcarse de lleno al cuidado y la protección de estos niños y niñas desde su propia casa. Desde entonces, han llevado un mensaje de amor y esperanza a través del arte más sanador: el baile.


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