A partir del jueves 04 de febrero, Fundación Texo inaugurará un nuevo gabinete en homenaje al artista Bernardo Krasniansky, cuyas obras son parte fundamental de la Colección Nasta. El nuevo espacio estará habilitado en la sede de la Fundación Texo (Paraguarí 852, e/ Manuel Domínguez y F. R. Moreno) en el horario de 16 a 20 horas.
En dicho espacio se podrán observar varios conjuntos de sus dibujos, pinturas, series de fotocopias y objetos del artista. “Como coleccionista, siempre he enfrentado a cualquier obra desde la emoción y no desde la racionalidad de un crítico de arte, y siempre me pregunto si Lito tiene una estrategia que inspira su trabajo, o cómo le surgen las impresiones mentales que repentinamente se traducen en una obra artística determinada”, expresa José Daniel Nasta, presidente de la Fundación Texo.
Por su parte, el director artístico de la fundación, Fredi Casco, destacó que Krasniansky no es solo un referente del arte contemporáneo en Paraguay, sino también a nivel regional y especialmente en el Brasil, donde reside desde el año 1970 dedicándose a la producción artística y al diseño”.
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Hello Kitty cumplió 50 años fascinando a fans en todo el mundo
Hello Kitty, el personaje adorable y enigmático que adorna casi cualquier cosa, desde bolsos hasta ollas arroceras, cumplió 50 años el viernes pasado y sigue generando millones de dólares para sus creadores japoneses. El sencillo diseño del personaje (que no es un gato, sino una niña de Londres según Sanrio, la empresa creadora) tiene potencial de seguir generando dinero en los años venideros, según los expertos.
Una mujer del estado de California tiene tantos productos de Hello Kitty que su esposo le construyó un cobertizo de color rosa para guardarlos. Adentro hay miles de juguetes y otros artículos con la figura de Kitty y su vistoso lazo rojo, incluyendo hileras de gafas de sol y una silla giratoria. “A la gente de mi edad, sabes, nos dicen: ‘Hello Kitty es para niños pequeños’, y yo me río de eso”, comentó Helen, de Riverside, California. Dice tener “50 y tantos” años de edad.
Helen, cuyo vehículo está también decorado con Hello Kitty, dirige el club de fans del sur de California “Hello Kitty SoCal Babes”. Está obsesionada con el personaje desde que apareció en Estados Unidos en los años 1970. Su vasta colección de peluches Hello Kitty le “dan calor” y pasa horas con ellos, afirma. “Sanan algo en mi niña interior”, asegura.
Hello Kitty comenzó como una ilustración en una carterita de vinilo. Desde entonces, ha aparecido en decenas de miles de productos -oficiales y no oficiales- incluyendo colaboraciones con Adidas, Balenciaga y otras grandes marcas. El fenómeno no da visos de parar, con una película de Warner Bros en proyecto y un nuevo parque temático de Hello Kitty que abrirá el próximo año en la isla tropical china de Hainan. El precio de las acciones de Sanrio se han multiplicado por siete, elevando su capitalización de mercado a más de un billón de yenes (6.800 millones de dólares) desde que su joven director ejecutivo, Tomokuni Tsuji, reemplazó a su abuelo en 2020.
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Sin narrativa
“Sería absurdamente cínico decir que no necesitamos estas cosas suaves, peludas y rosadas”, declaró a AFP Christine R. Yano, de la Universidad de Hawái. De hecho, “dada la naturaleza tensa de nuestras vidas contemporáneas, tal vez las necesitemos más que nunca”, afirmó Yano, autora del libro sobre Hello Kitty “Globalización Rosa”.
“Este fenómeno no ha muerto ni va a morir, al menos a corto plazo”, agregó. A diferencia de otros productos culturales japoneses, como Pokémon o Dragon Ball, la narrativa es mínima alrededor del personaje, cuyo nombre completo es Kitty White.
Algunas feministas afirman que la falta de boca de Hello Kitty es un símbolo de desempoderamiento, pero Yuko Akiyama, jefe mundial de manejo de marca de Sanrio, asegura que esa característica hace que el personaje pueda “reflejar” diferentes emociones. “Si usted está triste, Hello Kitty le conforta. Si está feliz, Hello Kitty comparte su alegría”, comentó Akiyama.
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Kawaii
Entre las celebridades aficionadas a Hello Kitty figuran Lady Gaga, Nicki Minaj y Katy Perry, y hasta el rey Carlos III le deseó feliz cumpleaños este año. En la cuenta de TikTok de Hello Kitty -cuya biografía la identifica como “directora ejecutiva de lo superadorable”- hay memes sarcásticos e imágenes del “Día de Hello Kitty” en partidos de béisbol de Estados Unidos que deleitan a sus 3,5 millones de seguidores.
Hello Kitty es el símbolo del “kawaii” japonés, un adjetivo que significa “tierno” o “bonito”y se ha convertido en una herramienta del ‘soft-power’ nipón, siendo la mascota de una campaña que promueve la etiqueta turística en Tokio. En el parque temático Sanrio Puroland se desplegaron carteles conmemorativos del 50º aniversario. Hasta allí viajó la empresaria Kim Lu, de Manila, para pasar unas vacaciones con su sobrina de cuatro años.
“Esto era realmente nuestra prioridad aquí en Tokio”, afirmó. “Honestamente no sabemos” cuál es el secreto del éxito de Hello Kitty, admitió Lu, de 36 años. “Creo que es el encanto del ‘kawaii’”. Sanrio tiene los derechos de autor de cientos de otros personajes populares, y Hello Kitty representa el 30 % de sus beneficios, mientras que hace una década representaba el 75 %.
Pero Hello Kitty es el favorito de Rio Ueno, una mujer de 23 años que tomó un bus nocturno desde la región norteña de Niigata para visitar el parque con una amiga. “He tenido cosas de Kitty desde niña”, contó Ueno, vestida con un suéter Hello Kitty, una bolsa y un peluche del personaje. “Es alguien que siempre está cerca de mí y quiero que siga siendo así”.
Fuente: AFP.
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Un castillo del “Gaudí brasileño” emerge en la segunda mayor favela de Sao Paulo
Una loma de Paraisópolis, la segunda mayor favela de Sao Paulo, es el pedestal de la obra de Estevão Silva da Conceição: un pintoresco castillo de geometría irregular que le ha valido a su creador el apodo del “Gaudí brasileño”. La obra de este antiguo jardinero y albañil, de 67 años, construida a lo largo de cuatro décadas en lo que fue su casa, se alza en medio de una empinada cuadra donde se destaca sin grandes esfuerzos gracias a baldosas coloridas y quebradas, platos de cerámica y piedras marrones instaladas en la fachada.
El “Castelinho”, como lo llaman en la zona, se ha convertido en una atracción turística del empobrecido barrio por su parecido con el Park Güell, una de las creaciones insignia del arquitecto catalán Antoni Gaudí (1852-1926) en Barcelona. Pero este brasileño de bigote canoso y hablar pausado, nacido en Santo Estevão, en Bahia (nordeste), no había oído hablar del genio español cuando puso en marcha su creación. “Hice un trabajo parecido al de Gaudí, sin copiarlo. Hago lo que me sale de la cabeza”, dice a la AFP. “No estudié nada y pude hacer una obra de arte (...) Hoy, me siento un artista”.
La semejanza del “Castelinho” con los diseños de Gaudí fue descubierta por un estudiante a principios de siglo. El cineasta brasileño Sergio Oksman se interesó en la historia y grabó el documental “Gaudí en la favela” (2002), por el cual Silva viajó en 2001 a Barcelona a conocer la obra del célebre artista catalán. Tras la publicación del filme, el castillo se convirtió en un sitio de visita para locales y extranjeros en Paraisópolis, de más de 100.000 habitantes. La entrada cuesta el equivalente a cinco dólares.
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“Me pareció increíble cómo un espacio tan pequeño fue creciendo y creciendo”, opina Celly Monteiro Mendes, una visitante llegada desde Manaos, en la Amazonía brasileña. Desde una sala con aires de cueva, esta pianista de 24 años observa asombrada los detalles que hay en cada rincón de la fortaleza, levantada en un predio de sesenta metros cuadrados y de cuatro pisos, con pasajes casi laberínticos y techos bajos erigidos a partir de conocimientos empíricos.
El “Gaudí brasileño” llegó a Sao Paulo en 1977 en busca de un futuro mejor. Desde entonces trabajó en jardinería, albañilería y vigilancia. En 1985, compró el terreno donde se levanta el castillo, también conocido como la Casa de Piedra, y dio rienda suelta a su imaginación. “Quería tener un jardín, algo diferente. No pensé que se iba a convertir en una obra de arte conocida mundialmente ni parecida a la obra de Gaudí, de lo contrario la habría hecho más alta. La hice para mí, y luego se convirtió en un punto turístico”, explica.
Paisaje desigual
Al principio, plantó un rosal y construyó una estructura de hierro para sostenerlo, la cual sirvió de base para la calahorra, pero las plantas crecían muy rápido y dejaban muchas hojas que recoger. Optó entonces por arrancar el matorral y cubrir el hierro con concreto. Añadió piedras en la superficie, para “refrescar el ambiente”, y un plato roto que tenía a mano. Los objetos quebrados o de segunda se convirtieron en su sello.
Un sinfín de azulejos, conchas, canicas, botellas y monedas dan relieve a las paredes interiores, decoradas con juguetes de plástico, carritos de metal, tazas, bandejas, animales de lata, carcasas de celulares y teléfonos viejos comprados en bazares o regalados por los visitantes. A medida que se trepan escaleras estrechas aparecen plantas y se escuchan pájaros cantando. La vista desde la azotea da cuenta de la desigualdad de Sao Paulo: la favela en primer plano; un poco más lejos, imponentes edificios blancos del barrio acomodado de Morumbi.
“Llevo 39 años haciendo esto. He sudado aquí. Así que hay que decir que es el trabajo de mi vida”, afirma Silva, ahora pensionado. “No sé si voy a finalizarlo antes de morir; solo Dios lo sabe”, sostiene antes de explicar que le queda terminar la terraza. De lo contrario, su obra quedará inacabada como la basílica de la Sagrada Familia de Gaudí en Barcelona, en construcción desde hace más de 140 años.
Fuente: AFP.
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Sigue la muestra de Alejandra Mastro
En K / Espacio de Arte y Naturaleza sigue abierta la exposición “El paisaje es el del yo” con obras recientes de Alejandra Mastro. La artista argentina vuelve al Paraguay luego de dos años, ofreciendo una investigación de interés ambiental al tiempo que explora perfiles emocionales y psicológicos vinculados al paisaje. Componen la muestra las series fotográficas “Amenazas”, “Impacto/Tábula rasa”, “Memoria de ríos rojos”, “Vivo”, “Me entretejo”, “Laberintos blancos”; el videoarte “De piel en piel” y la instalación “Memoria de una bulla loca”.
“Las series emprenden una investigación visual nivelando una identificación entre la naturaleza y la psique humana, estableciendo una firme conexión entre la actividad artística y la creación natural”, explica Fernando Moure, curador de la muestra, que cuenta con la asistencia de Octavio Caballero Yegros. La exposición estará abierta hasta el 10 de noviembre en la galería ubicada en Santa Rosa 586 casi avenida España.
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Eliana Muchachasoy, el arte como territorio de resistencia
Por Carlos Miguel Giménez, carlos.gimenez@nacionmedia.com.
Desde el Valle del Sibundoy en Putumayo (Colombia), perteneciente al pueblo Camëntŝa, llegó el jueves pasado, en su primer viaje a la capital paraguaya, la artista indígena Eliana María Muchachasoy Chindoy como invitada de Oxígeno Feria de Arte, que se desarrolla del 18 al 20 de octubre en el Centro Cultural del Puerto de Asunción, con acceso libre y gratuito.
Muchachasoy es el apellido y, a la vez, el nombre artístico de esta creadora que es presentada por la Embajada de Colombia en Paraguay, que expone dos de sus obras más recientes, “En el nombre de la Tierra” y “Tejido y memoria”, con la técnica de acrílico sobre lienzo. Además, dará una charla sobre “Arte y territorio”, este sábado 19 de octubre, a las 16:00, en el mencionado espacio portuario.
“En el trabajo que he venido desarrollando he resaltado el papel de la mujer indígena en la relación con diferentes espacios, asimismo, el territorio, las plantas medicinales que están presentes en nuestro territorio, y también como llevando el mensaje de la Tierra, el cuidado y la protección de los territorios”, describió la artista colombiana a La Nación/Nación Media, durante el acto de preapertura del jueves último.
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“La memoria de la cultura”
“El arte en mi comunidad siempre ha estado presente a través de los tejidos, el tallado de madera, de diferentes manifestaciones artísticas que hay también dentro de la comunidad, y para mí ha sido la semilla que empezó desde niña a través del tejido con las historias que me contaban mi abuela y mi mamá”, contó sobre su conexión con el arte. “Con el tiempo decidí estudiar artes plásticas, estudié en la Universidad Nacional en la ciudad de Bogotá”.
Con respecto a la charla de mañana, anticipó a LN: “Es para contarles cómo se viene relacionando el arte con el territorio, y a través del arte hemos venido levantando la voz, haciendo el camino de la resistencia, también de las mismas comunidades, y es el aporte que ha permitido también mantener viva la memoria de la cultura”.
Muchachasoy, que acaba de volver de Europa para presentar una exposición en Bruselas (Bélgica), señala que el arte sirve para indicar el plan de vida de las comunidades y problemáticas, y que este tipo de eventos contribuye para aprender y compartir con otros creadores de arte. Refirió que en Colombia hay mujeres indígenas trabajando diferentes técnicas, y se abrieron nuevos espacios para visibilizar su arte.
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“En mi trabajo artístico he querido resaltar y visibilizar también el papel de la mujer dentro de la comunidad, porque también han existido espacios donde el machismo no ha permitido que la mujer sea empoderada, entonces, a través del arte he querido resaltar ese papel y que la mujer sigue empoderándose a través de cada rol que venga desarrollando en su territorio”, remarcó en la conversación con el diario La Nación.
El evento Oxígeno Feria de Arte sigue los días sábado 19 y domingo 20, en horario de 14:00 a 22:00, con entrada libre y gratuita, con la participación de más de 60 artistas en el Centro Cultural del Puerto de Asunción, ubicado en Avenida República y Hernandarias. Se puede ver la agenda completa de actividades ingresando a: https://bit.ly/Programa-Oxigeno-2024.