A partir del jueves 04 de febrero, Fundación Texo inaugurará un nuevo gabinete en homenaje al artista Bernardo Krasniansky, cuyas obras son parte fundamental de la Colección Nasta. El nuevo espacio estará habilitado en la sede de la Fundación Texo (Paraguarí 852, e/ Manuel Domínguez y F. R. Moreno) en el horario de 16 a 20 horas.
En dicho espacio se podrán observar varios conjuntos de sus dibujos, pinturas, series de fotocopias y objetos del artista. “Como coleccionista, siempre he enfrentado a cualquier obra desde la emoción y no desde la racionalidad de un crítico de arte, y siempre me pregunto si Lito tiene una estrategia que inspira su trabajo, o cómo le surgen las impresiones mentales que repentinamente se traducen en una obra artística determinada”, expresa José Daniel Nasta, presidente de la Fundación Texo.
Por su parte, el director artístico de la fundación, Fredi Casco, destacó que Krasniansky no es solo un referente del arte contemporáneo en Paraguay, sino también a nivel regional y especialmente en el Brasil, donde reside desde el año 1970 dedicándose a la producción artística y al diseño”.
Para reservar visita presencial, ingresar a este enlace.
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Alejandra Mastro expone “El paisaje es el del yo”
- Fotos: Cristóbal Núñez
La artista visual argentina Alejandra Mastro, quien reside actualmente en Guatemala, se encuentra en Asunción, donde vivió por muchos años, con motivo de la exposición de sus creaciones más recientes.
Denominada “El paisaje es el del yo”, la colección de obras es un proyecto colaborativo entre la artista y K/Espacio de Arte y Naturaleza, la galería de Fernando Moure, quien hace precisamente de curador de la interesante exhibición artística que estará abierta a la visita del público hasta el próximo jueves 14 de noviembre. El local está ubicado en Santa Rosa 586 casi avenida España.
Antes, el martes 12 de noviembre, a las 19:30, habrá una última visita guiada, una excepcional ocasión para hacer un recorrido detallado y minucioso por la colección de Mastro, que reúne un centenar de piezas realizadas recientemente y comentadas por la propia artista y el curador.
“Esta exposición fue gestada a lo largo de dos años de proceso conceptual y formal. Las imágenes fotográficas que la conforman han sido tomadas en espacios naturales de Alemania, Guatemala y la Patagonia, y producidas todas en 2024″, explica Moure.
“El punto crucial de esta investigación visual plantea una tendencia óptica a percibir otras formas asentadas en el follaje, el suelo y el aire, así como vincular aspectos entre naturaleza y sociedad”, añade.
En dicha ocasión también se realizará el finissage, o fin de la exposición, culminando así las cinco semanas de permanencia de la muestra en K/Espacio de Arte y Naturaleza con diversas actividades.
Durante este tiempo, Alejandra Mastro ha recibido la visita y el acompañamiento de importantes figuras de las artes visuales de nuestro medio, referentes de la cultura y la sociedad asuncena que no se perdieron la oportunidad para apreciar las últimas creaciones de la destacada artista argentina.
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Virgen de los Milagros: una mística historia inspiró las esculturas gigantes de Ricardo Núñez
Por Valentina Jara.
Tres esculturas gigantes de la Virgen de los Milagros de Caacupé acompañarán este año la peregrinación del 8 de diciembre. Una imagen de 12 metros estará en la rotonda de la Villa Serrana, cuya habilitación está prevista el 28 de noviembre; otra de 10 metros se apreciará en el Tupãsy Ykua, y la de 8 metros irá a Tobatí. Son creaciones del artista cordillerano Ricardo Núñez, quien compartió con el diario La Nación/Nación Media sobre la experiencia mística que influyó en este proceso creativo, así como su sueño de crear un futuro ícono de 50 metros para honrar la veneración mariana.
“Estuve en la compañía Rosado de Tobatí un tiempo trabajando y los vecinos comentaban que siempre había avistamientos de una Virgen o novia. Con el señor para el que trabajaba estuvimos hablando y le queríamos hacer un panteoncito o un lugar de oratoria, algo chiquitito”, comentó el artista a LN sobre sus intenciones de plasmar la leyenda del pueblo en una escultura.
Sin embargo, aún no sabía que estaba a un paso de vivir la experiencia que lo inspiraría a desarrollar su gran proyecto: “Un día fui de pesca a Arroyos y Esteros y, al pasar por Tobatí, vi esa imagen cerca del arroyo, y parecía traer algo como una cantarilla o cántaro en sus manos. No me asusté, al día siguiente fui junto al señor y le dije que había que hacer algo”.
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El artista expresó que, luego del encuentro, se dispuso a hacer una escultura de lo que observó en el terreno donde estaba trabajando. “Es un lugar donde siempre hay turistas, fui y busqué una piedra para colocar la imagen arriba de ella. Empezamos la construcción y, desde hacer el rostro, fue impactante. Fue mi primera escultura y se hizo conocida gracias al renombre de mis anteriores trabajos”, comentó a La Nación.
Ricardo Núñez, destacado pintor y artista plástico que reside en la compañía Hugua Guazú, de la localidad de Caraguatay (Cordillera), se encuentra trabajando en diferentes proyectos de esculturas. Su obra está caracterizada por la apreciación a la cultura y las raíces nacionales, aunque estas creaciones gigantes, junto con el arte, suponen un acto de servicio y adoración a la Virgen de Caacupé.
“Un milagro vuelto realidad”
Luego de cumplir con una creación en honor a la visión que había vivido en Tobatí, esa obra empujó su visibilidad y le abrió las puertas para el proyecto de las vírgenes gigantes: “Era una escultura chiquita nomás, pero le quitaron una foto y llegó a manos de las autoridades locales, no sé cómo. En un evento, el gobernador (de Cordillera) se me acercó, me preguntó si era el famoso artista plástico y luego me comentó que quería realizar un proyecto conmigo para Caacupé”, relató Núñez sobre su primera conversación con el gobernador Denis Lichi, quien lo impulsó a materializar su gran obra.
Además, Núñez afirmó que siempre quiso hacer una imagen de la Virgen de Caacupé, por lo que enseguida comentó a Lichi su idea, quien la aprobó de inmediato para luego pasar a la fase de trabajo. Actualmente, por pedido de las autoridades del departamento de Cordillera y la Diócesis de Caacupé, él y su equipo se encuentran realizando varias esculturas de la Virgen a ser instaladas en los alrededores del departamento.
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La figura, a ser inaugurada el 28 de noviembre, ha sido hecha enteramente de cemento, lo que según sus colegas artistas representaría un desafío. Sorprendentemente, para Núñez no representó un problema y, en sus palabras, es “un milagro vuelto realidad”. El escultor destacó la participación de sus compañeros de trabajo: “Parece mentira, justo me tocó el mejor pintor, el mejor arquitecto, los mejores en todo”. También resaltó y valoró el impacto que generó su arte, que fue una revolución a lo largo del país, brindándole aún más oportunidades.
Por último, reveló que tiene como objetivo retratar el rostro de la virgen mariana más grande del mundo, superando la imagen construida en Catamarca (Argentina), y aseguró que el Paraguay tiene mucho para mostrar y dar a través del arte, la fe y la cultura religiosa. El monumento a la Virgen del Valle, de 52,42 metros de altura (equivalente a un edificio de más de 10 pisos), fue inaugurado el 2 de setiembre pasado, en cercanías de la localidad turística de El Rodeo.
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Hello Kitty cumplió 50 años fascinando a fans en todo el mundo
Hello Kitty, el personaje adorable y enigmático que adorna casi cualquier cosa, desde bolsos hasta ollas arroceras, cumplió 50 años el viernes pasado y sigue generando millones de dólares para sus creadores japoneses. El sencillo diseño del personaje (que no es un gato, sino una niña de Londres según Sanrio, la empresa creadora) tiene potencial de seguir generando dinero en los años venideros, según los expertos.
Una mujer del estado de California tiene tantos productos de Hello Kitty que su esposo le construyó un cobertizo de color rosa para guardarlos. Adentro hay miles de juguetes y otros artículos con la figura de Kitty y su vistoso lazo rojo, incluyendo hileras de gafas de sol y una silla giratoria. “A la gente de mi edad, sabes, nos dicen: ‘Hello Kitty es para niños pequeños’, y yo me río de eso”, comentó Helen, de Riverside, California. Dice tener “50 y tantos” años de edad.
Helen, cuyo vehículo está también decorado con Hello Kitty, dirige el club de fans del sur de California “Hello Kitty SoCal Babes”. Está obsesionada con el personaje desde que apareció en Estados Unidos en los años 1970. Su vasta colección de peluches Hello Kitty le “dan calor” y pasa horas con ellos, afirma. “Sanan algo en mi niña interior”, asegura.
Hello Kitty comenzó como una ilustración en una carterita de vinilo. Desde entonces, ha aparecido en decenas de miles de productos -oficiales y no oficiales- incluyendo colaboraciones con Adidas, Balenciaga y otras grandes marcas. El fenómeno no da visos de parar, con una película de Warner Bros en proyecto y un nuevo parque temático de Hello Kitty que abrirá el próximo año en la isla tropical china de Hainan. El precio de las acciones de Sanrio se han multiplicado por siete, elevando su capitalización de mercado a más de un billón de yenes (6.800 millones de dólares) desde que su joven director ejecutivo, Tomokuni Tsuji, reemplazó a su abuelo en 2020.
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Sin narrativa
“Sería absurdamente cínico decir que no necesitamos estas cosas suaves, peludas y rosadas”, declaró a AFP Christine R. Yano, de la Universidad de Hawái. De hecho, “dada la naturaleza tensa de nuestras vidas contemporáneas, tal vez las necesitemos más que nunca”, afirmó Yano, autora del libro sobre Hello Kitty “Globalización Rosa”.
“Este fenómeno no ha muerto ni va a morir, al menos a corto plazo”, agregó. A diferencia de otros productos culturales japoneses, como Pokémon o Dragon Ball, la narrativa es mínima alrededor del personaje, cuyo nombre completo es Kitty White.
Algunas feministas afirman que la falta de boca de Hello Kitty es un símbolo de desempoderamiento, pero Yuko Akiyama, jefe mundial de manejo de marca de Sanrio, asegura que esa característica hace que el personaje pueda “reflejar” diferentes emociones. “Si usted está triste, Hello Kitty le conforta. Si está feliz, Hello Kitty comparte su alegría”, comentó Akiyama.
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Kawaii
Entre las celebridades aficionadas a Hello Kitty figuran Lady Gaga, Nicki Minaj y Katy Perry, y hasta el rey Carlos III le deseó feliz cumpleaños este año. En la cuenta de TikTok de Hello Kitty -cuya biografía la identifica como “directora ejecutiva de lo superadorable”- hay memes sarcásticos e imágenes del “Día de Hello Kitty” en partidos de béisbol de Estados Unidos que deleitan a sus 3,5 millones de seguidores.
Hello Kitty es el símbolo del “kawaii” japonés, un adjetivo que significa “tierno” o “bonito”y se ha convertido en una herramienta del ‘soft-power’ nipón, siendo la mascota de una campaña que promueve la etiqueta turística en Tokio. En el parque temático Sanrio Puroland se desplegaron carteles conmemorativos del 50º aniversario. Hasta allí viajó la empresaria Kim Lu, de Manila, para pasar unas vacaciones con su sobrina de cuatro años.
“Esto era realmente nuestra prioridad aquí en Tokio”, afirmó. “Honestamente no sabemos” cuál es el secreto del éxito de Hello Kitty, admitió Lu, de 36 años. “Creo que es el encanto del ‘kawaii’”. Sanrio tiene los derechos de autor de cientos de otros personajes populares, y Hello Kitty representa el 30 % de sus beneficios, mientras que hace una década representaba el 75 %.
Pero Hello Kitty es el favorito de Rio Ueno, una mujer de 23 años que tomó un bus nocturno desde la región norteña de Niigata para visitar el parque con una amiga. “He tenido cosas de Kitty desde niña”, contó Ueno, vestida con un suéter Hello Kitty, una bolsa y un peluche del personaje. “Es alguien que siempre está cerca de mí y quiero que siga siendo así”.
Fuente: AFP.
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Un castillo del “Gaudí brasileño” emerge en la segunda mayor favela de Sao Paulo
Una loma de Paraisópolis, la segunda mayor favela de Sao Paulo, es el pedestal de la obra de Estevão Silva da Conceição: un pintoresco castillo de geometría irregular que le ha valido a su creador el apodo del “Gaudí brasileño”. La obra de este antiguo jardinero y albañil, de 67 años, construida a lo largo de cuatro décadas en lo que fue su casa, se alza en medio de una empinada cuadra donde se destaca sin grandes esfuerzos gracias a baldosas coloridas y quebradas, platos de cerámica y piedras marrones instaladas en la fachada.
El “Castelinho”, como lo llaman en la zona, se ha convertido en una atracción turística del empobrecido barrio por su parecido con el Park Güell, una de las creaciones insignia del arquitecto catalán Antoni Gaudí (1852-1926) en Barcelona. Pero este brasileño de bigote canoso y hablar pausado, nacido en Santo Estevão, en Bahia (nordeste), no había oído hablar del genio español cuando puso en marcha su creación. “Hice un trabajo parecido al de Gaudí, sin copiarlo. Hago lo que me sale de la cabeza”, dice a la AFP. “No estudié nada y pude hacer una obra de arte (...) Hoy, me siento un artista”.
La semejanza del “Castelinho” con los diseños de Gaudí fue descubierta por un estudiante a principios de siglo. El cineasta brasileño Sergio Oksman se interesó en la historia y grabó el documental “Gaudí en la favela” (2002), por el cual Silva viajó en 2001 a Barcelona a conocer la obra del célebre artista catalán. Tras la publicación del filme, el castillo se convirtió en un sitio de visita para locales y extranjeros en Paraisópolis, de más de 100.000 habitantes. La entrada cuesta el equivalente a cinco dólares.
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“Me pareció increíble cómo un espacio tan pequeño fue creciendo y creciendo”, opina Celly Monteiro Mendes, una visitante llegada desde Manaos, en la Amazonía brasileña. Desde una sala con aires de cueva, esta pianista de 24 años observa asombrada los detalles que hay en cada rincón de la fortaleza, levantada en un predio de sesenta metros cuadrados y de cuatro pisos, con pasajes casi laberínticos y techos bajos erigidos a partir de conocimientos empíricos.
El “Gaudí brasileño” llegó a Sao Paulo en 1977 en busca de un futuro mejor. Desde entonces trabajó en jardinería, albañilería y vigilancia. En 1985, compró el terreno donde se levanta el castillo, también conocido como la Casa de Piedra, y dio rienda suelta a su imaginación. “Quería tener un jardín, algo diferente. No pensé que se iba a convertir en una obra de arte conocida mundialmente ni parecida a la obra de Gaudí, de lo contrario la habría hecho más alta. La hice para mí, y luego se convirtió en un punto turístico”, explica.
Paisaje desigual
Al principio, plantó un rosal y construyó una estructura de hierro para sostenerlo, la cual sirvió de base para la calahorra, pero las plantas crecían muy rápido y dejaban muchas hojas que recoger. Optó entonces por arrancar el matorral y cubrir el hierro con concreto. Añadió piedras en la superficie, para “refrescar el ambiente”, y un plato roto que tenía a mano. Los objetos quebrados o de segunda se convirtieron en su sello.
Un sinfín de azulejos, conchas, canicas, botellas y monedas dan relieve a las paredes interiores, decoradas con juguetes de plástico, carritos de metal, tazas, bandejas, animales de lata, carcasas de celulares y teléfonos viejos comprados en bazares o regalados por los visitantes. A medida que se trepan escaleras estrechas aparecen plantas y se escuchan pájaros cantando. La vista desde la azotea da cuenta de la desigualdad de Sao Paulo: la favela en primer plano; un poco más lejos, imponentes edificios blancos del barrio acomodado de Morumbi.
“Llevo 39 años haciendo esto. He sudado aquí. Así que hay que decir que es el trabajo de mi vida”, afirma Silva, ahora pensionado. “No sé si voy a finalizarlo antes de morir; solo Dios lo sabe”, sostiene antes de explicar que le queda terminar la terraza. De lo contrario, su obra quedará inacabada como la basílica de la Sagrada Familia de Gaudí en Barcelona, en construcción desde hace más de 140 años.
Fuente: AFP.