Cada refrán que utilizamos en nuestro lenguaje cotidiano, tiene una historia detrás. Y el dicho “la verdad de la milanesa’, que sirve para desmentir o hacer una aclaración de forma contundente, no es la excepción. Curiosamente, el origen de esta frase tiene que ver con la incógnita que genera o más bien con el debate que despierta el origen de la milanesa.

Es decir, el dicho “la verdad de la milanesa” surge porque justamente no hay una verdad absoluta sobre su creación. No hay un registro histórico sobre algún evento extraordinario que explique los inicios de este plato, sin embargo, en un texto del siglo XVIII, concretamente del escritor y periodista italiano Pietro Verri, se habla de unos pergaminos de la Edad Media que contenían descripciones de comidas que incluían carne con pan, aunque no se aclara si era pan rallado o de otro tipo.

La puja por su origen se plantea entre Milán y Viena. Muchos dicen que el primer antecedente de la milanesa sería la cotoletta alla milanese, que en realidad es una costilla empanada, y otros, le otorgan esa responsabilidad al escalope vienés, un plato de la cocina austriaca a base de una carne empanada y frita.

Aunque hasta el día de hoy el debate no se ha resuelto, principalmente por la falta de datos históricos, la milanesa ha alcanzado una gran popularidad en Latinoamérica, principalmente en el Río de la Plata. “La milanesa presente en el Río de la Plata es seguramente herencia de los italianos, y muy probablemente, de los lombardos”, indicó a BBC Mundo el periodista gastronómico italiano Pietro Sorba, quien vive en Argentina desde hace 30 años y es autor de 14 libros sobre historia y antropología culinaria.

”Carne frita con pan rallado hay en diferentes regiones de Italia, pero la similitud con la cotoletta alla milanese es llamativa. Así que es bastante probable que la conexión sea esa”, comentó.


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