La amigdalitis ocurre cuando las dos masas de tejido ubicadas después de la garganta y al lado de la faringe, más conocidas como amígdalas, se inflaman a raíz de la infección de un virus o una bacteria. La función de ambas es defender al organismo de los gérmenes, por lo que son consideradas la primera línea de defensa que tiene nuestro sistema inmunológico.
Uno de los síntomas más comunes de la enfermedad es el dolor de garganta, pero no como los que se sienten cuando uno está engripado o con la voz ronca. Este dolor de garganta, además de hacerse visible a través de las amígdalas rojas e inflamadas, incluso a veces con pus, provoca una dificultad para tragar todo tipo de alimentos.
A estos síntomas pueden sumarse otros que, si no son tratados con tiempo, pueden empeorar, entre ellos aparecen el mal aliento, la fiebre, la tos o el dolor de cabeza. Es importante acudir a un médico para detectar cuál es la causa de la infección y así determinar cuál es el mejor medicamento para curarla.
Así como con el coronavirus, el Ministerio de Salud Pública y Bienestar Social (MSPyBS) recomienda tomar ciertos métodos de higiene como medidas de prevención ante la enfermedad, entre los cuales citan: el lavado frecuente de manos, especialmente después de ingerir alimentos y de ir al baño; asimimo, evitar compartir alimentos, vasos, botellas y/o utensilios; también reemplazar el cepillo de dientes luego de la confirmación de la enfermedad y estornudar y/o toser en un pañuelito en la parte interna del codo y posteriormente lavarse las manos.
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Sintomatología
- Por Eduardo “Pipó” Dios
- Columnista
Tanto en el diagnóstico, como a la hora de analizar el resultado del tratamiento posteriormente indicado, un médico se fija generalmente en los síntomas. Si los síntomas sobre los cuales diagnosticamos el problema o enfermedad disminuyen, entendemos que el tratamiento indicado es correcto y el paciente va por buen camino.
Aplicando esta analogía a la situación del país, un país, dicho sea de paso, sobrediagnosticado, podríamos poner muchos ejemplos para concluir que el tratamiento, en este caso, las medidas que va tomando el Gobierno puntualmente en cada cuestión pendiente, es el adecuado y el paciente tiene un buen pronóstico.
Vayamos por parte, si definimos que hay puntos claves que piden una respuesta urgente para la ciudadanía, veremos que el Gobierno nacional, en estos nueve meses en funciones ha desplegado estrategias e inclusive ya ha puesto en funcionamiento algunos mecanismos, en tan escaso tiempo para responder a estas cuestiones.
Empecemos hablando de la seguridad, mero interna, se ha triplicado la cantidad de agentes del Grupo Lince, por ende, la capacidad de respuesta ante el crimen y la violencia callejera ha sido reforzada de manera drástica, generando ya una mejora de las condiciones en los puntos considerados críticos o al menos más críticos que otros.
También la fuerte presencia y la efectiva acción de la Senad y el protagonismo que ha recuperado, luego de cinco años bochornosos, en que se convirtió al país en el paraíso de los grandes narcotraficantes y se envenenó a la juventud con el aumento exponencial del microtráfico.
No podemos dejar de lado los operativos en las cárceles donde reinaban los narcos, y hoy, luego de audaces operativos se ha retomado el control de las mismas, cosa que en otros tiempos parecía imposible, ya que los ministros de Justicia parecían asalariados al servicio de las mafias carcelarias.
Si hablamos de educación, también un tema urgente y prioritario, se ha dado un paso gigante con el ambicioso plan Hambre Cero, pese a la campaña mediática interesada alentada por políticos y empreSAURIOS acostumbrados a lucrar con el hambre de los niños más necesitados del país, y apoyados por nefastas ONGs y sus lobbys que ven amenazadas sus fuentes de inmorales ingresos. Contra la mentira y la manipulación, el Gobierno supo mantenerse firme. No olvidemos también que fue clave la difícil decisión de optar por un técnico muy respetado, pero sin trayectoria política, para un cargo tan apetecido por muchos y que fue otra apuesta fuerte y valiente del presidente y su equipo.
En salud, además de solucionar el grave problema de las gigantescas deudas atrasadas con los proveedores, que ahogaban el sistema público, están en marcha tres grandes hospitales y se tienen programados en breve cinco más, en puntos claves del país, de modo de que el acceso a la salud pública tanto preventiva como paliativa y también casos complejos, puedan estar cerca de todos los ciudadanos no importa cuan lejos estén de la capital del país. El saneamiento del IPS es también una prioridad que se demuestra, tanto en las autoridades encargadas por el Gobierno para su manejo como en el constante monitoreo del propio Ejecutivo de la situación.
El tema económico, primero con la decisión histórica de unificar el sistema de recaudación tributario bajo una sola dirección, ha dado resultados sorprendentes en un tercio del tiempo esperado, aun en pleno proceso de implementación, con un aumento impresionante de las recaudaciones, lo que demuestra que la decisión política del presidente ha sido en serio y se ha tomado en serio en toda la estructura. El hecho de contar con un Ministerio de Economía y frente a él una persona con una idoneidad a toda prueba, en sintonía absoluta con la cabeza del Ejecutivo, también hace que los inversionistas vean un panorama previsible y alentador a la hora de planificar sus inversiones en el país. A este ritmo, es probable que el esperado grado de inversión esté a la vuelta de la esquina.
La cereza de la torta quizás sea la exitosa e histórica negociación en Itaipú. El hecho de haber armado un equipo de negociadores de alto nivel, tanto a nivel directivo como a nivel del Consejo de Administración para, con el propio presidente de la República a la cabeza, lograr un acuerdo que dejó boquiabiertos hasta a los propios “detractores profesionales” y a los enemigos a muerte del Gobierno, que operan 24/7 para buscar algún pelo al huevo. Este acuerdo es tan clave que elimina cualquier sombra de duda (si hablamos de dudas honestas y críticas constructivas) sobre la capacidad, la decisión y los recursos genuinos para lograr todas las ambiciosas y tan necesarias metas que se ha puesto este gobierno, y que los que amamos este país, sin importar quién lo gobierne, añoramos poder ver concretadas.
Los síntomas del paciente son los de un paciente bien tratado, por buenos profesionales y con buen pronóstico. A no bajar la guardia, que los virus y bacterias, lamentablemente están siempre al acecho.
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¿Qué es lo que ayuda a la recuperación rápida de dolencias o internaciones?
La compañía de un familiar en periodos de crisis de salud puede ser determinante en el tránsito de la enfermedad y en el resultado del tratamiento, según revelan estudios científicos. La cercanía de la familia de manera constante durante el momento difícil, que puede o no ser física, eleva las defensas y funciona como un contenedor de angustias.
Según un estudio de la pediatra Kelly Fradin, que pertenece a la Universidad de Harvard y fue replicado por la prensa internacional, cuando una dolencia requiere internación o tratamientos prolongados, se expone al paciente a una serie de fantasías y temores que no siempre se relacionan con la realidad, por lo que la contención de la familia es fundamental. Este acompañamiento propone un cierto grado de normalidad, que alivia tensiones y ofrecen sostén y proyección.
Los pacientes con acompañamiento permanente de algún familiar logran reducir los tiempos de internación hasta en un 50%. Además, dependiendo de la dolencia, el sistema inmunológico del enfermo puede incrementarse hasta en un 24%. Los datos reflejan la necesidad humana de las figuras que aportan confianza y seguridad, especialmente en momentos de crisis.
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La enfermedad puede despertar sensaciones de incertidumbre, miedo e inseguridad. Precisamente, es en estos momentos donde más se necesita a los seres queridos para recibir acompañamiento, consuelo, que se generen momentos divertidos o solo alguien con quien conversar.
A la par del dolor físico, tener miedo o sentirse solo puede tener un impacto negativo en la recuperación de una condición de salud. De ahí que, la compañía de un familiar es crucial para enfrentar el tránsito de la enfermedad e impactar positivamente en el resultado del tratamiento.
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Garantizan remedios a los tuberculosos
El Ministerio de Salud Pública garantiza el 100 % de tratamiento, con cobertura de medicamentos para los pacientes con tuberculosis, en un trabajo conjunto con el Instituto de Previsión Social, con un tratamiento que se redujo a 18 meses y un diagnóstico con equipos de alta tecnología.
Durante el acto por el Día Mundial de la Tuberculosis, que se realizó ayer viernes en el Parque de la Salud del IPS, la directora del Programa Nacional de Tuberculosis, Sara Aguirre, señaló que más de 4.000 casos diagnosticados de la enfermedad se registraron en 2023, siendo considerado un año histórico.
Aguirre destacó la mejora de las pruebas de diagnóstico, mediante biología molecular disponible para casos presuntivos de tuberculosis. “Implementamos actividades con dos equipos de tamizaje con el uso de radiografía digital, apoyados con inteligencia artificial. Esto permitió que captemos un mayor número de casos”, explicó.
Por su parte, el viceministro de Vigilancia de la Salud y Rectoría, José Ortellado, destacó la disponibilidad de remedios por parte de Salud Pública, así como la importancia de reducir el tratamiento de la enfermedad a 18 meses.
“El Gobierno nacional y el Ministerio de Salud Pública tienen como objetivo que el medicamento esté disponible para la gente y para todas las personas que sufren tuberculosis, lo estamos cumpliendo. Y esa innovación del tratamiento de reducir a 18 meses es muy importante”, remarcó.
La tuberculosis es una enfermedad respiratoria, infecciosa, contagiosa y afecta principalmente los pulmones y puede atacar otros órganos del cuerpo.
TRABAJO INTEGRADO CON IPS
El viceministro José Ortellado subrayó que existe una “integración con el IPS y con otros entes descentralizados, para enfrentar y tratar de poner fin a esta enfermedad”.
En ese marco, informó que el “Ministerio de Salud Pública tiene proyectado poner a disposición del país y de todos los centros, incluido IPS, los nuevos equipos de alta tecnología, para una radiografía digital con inteligencia artificial, que de 2 queremos elevarlo a 20, uno por cada región; uno por los lugares en los que se deben hacer y conectarlo a un sistema de información a tiempo real”.
“Contamos con una ley de tuberculosis promulgada en el 2021, que fue reglamentada en enero del 2024″, dijo.
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Es hora de sanar la crónica enfermedad de la salud pública en el país
La salud y la educación son dos de los principales aspectos de la realidad que hay que cambiar de manera cualitativa en nuestro país. La salud, porque involucra directamente a la vida y porque sin ella no se puede recibir educación ni existir de manera honorable, es una de las prioridades de mayor trascendencia. Los servicios de salud pública en cualquier sociedad son de vital importancia, pues si no funcionan adecuadamente, se corre el peligro de tener una comunidad enferma y enclenque.
Si bien en los últimos años se ha avanzado en mejorar la atención y el cuidado de la gente, si uno visita hoy los centros asistenciales y escucha el llanto y las quejas de los pacientes y familiares podemos percatarnos que estamos todavía muy lejos del punto óptimo. En cualquier sociedad relativamente equilibrada los centros asistenciales médicos no son la antesala del cementerio a donde van a parar las personas que ingresaron a sus dependencias. Antes bien son el punto donde se construye una vida sana, en que se recuperan los enfermos para volver al trabajo y la vida normal. Y cuanto más apartados estén los centros médicos de brindar la recuperación de la salud de los pacientes, más lejos se está de servir adecuadamente al país y su gente.
Suele ocurrir que cuando uno va a un hospital público a visitar a algún enfermo, generalmente sale también con algún dolor, el que produce en el ánimo de la gente las precariedades materiales y humanas que son muy fuertes en esas instituciones construidas para sanar la enfermedad y calmar el dolor. Son realidades muy dolientes y difíciles de entender, que no tendrían que continuar en esa gravedad. Así como hay que calmar el dolor en los hospitales, es necesario sanar a la salud pública del país.
Es lo que le pasó el lunes último al presidente Santiago Peña cuando fue a visitar el centro asistencial del Estado de mayor envergadura en el país, el Hospital Nacional. En su recorrido por la institución sanitaria no solo observó a los pacientes y a los parientes de los enfermos, sino también las precariedades físicas y las deficiencias de diversa índole.
El mandatario terminó la cita acusando el síndrome del visitante del hospital público paraguayo, el suplicio de ver tantas precariedades como marco de la situación de muchos pacientes en medio de su padecimiento. Como nadie puede ser testigo de tanta aflicción sin sentir pena, reaccionó fuertemente hablando de la necesidad de encarar los problemas de la salud.
“Vinimos esta mañana al Hospital Nacional de Itauguá, el hospital nacional de referencia, el hospital más grande que tiene el Paraguay, un hospital que fue construido hace un poco más de 30 años, y que claramente hoy está sobrepasado por una población que ha crecido, por una complejidad de salud pública que se ha vuelto más difícil”, señaló.
Mencionó que estuvieron recorriendo con las autoridades del ramo y resaltó que está comprometido a cambiar la realidad que encontraron. “Si no podemos cambiar esto, no vamos a poder cambiar nada en el Paraguay”, sentenció.
Prometió que desde el Gobierno se realizarán intervenciones inmediatas para mejorar la atención y el servicio de la salud pública. Incluso hizo la promesa de que se van a encarar todas las acciones para construir un nuevo hospital de referencia. Apuntó que en el sitio hay 60 hectáreas de terreno donde se podrían levantar las nuevas dependencias sanitarias para una mejor atención a los pacientes.
La tarea de construir un Paraguay mejor para los paraguayos no es simple. Porque la realidad que afecta a la sociedad requiere, en primer lugar, asegurar la salud de los que vivimos aquí. Porque por más que crezca la economía y mejoren las finanzas, el bienestar solo se podrá conseguir realizando grandes inversiones sanitarias.
Para esta operación no se necesitará solo dinero, sino la conciencia cabal de la realidad, saber exactamente la dimensión del problema, ver a cuánta gente afecta y en qué medida la está golpeando.
La preocupación del mandatario es legítima y tiene que ser acompañada por las fuerzas vivas. Es urgente y necesario invertir mucho más en la salud pública para que el progreso pueda tener una fuerte repercusión positiva en la vida de la gente.