El ácido hialurónico es una sustancia natural de nuestro organismo que con el paso del tiempo se va perdiendo. A partir de los 35 años en adelante, esta sustancia - que forma parte del colágeno de nuestra piel - ya no se produce orgánicamente como antes, por lo que se empiezan a notar cambios de firmeza y volumen en la dermis.
¿Por qué el ácido hialurónico es milagroso? Porque permite mantener la piel hidratada, ya que un gramo de este componente puede contener hasta seis litros de agua. Asimismo, rejuvenece la piel, evitando que aparezcan las arrugas o se acentúen las líneas de expresión.
Su aplicación puede darse a través de muchos tratamientos: cremas antiage, sérums, inyectables o cirugías. En todas sus formas, aporta muchísimos beneficios: previene los signos de la edad, mantiene la piel sana y flexible; conserva la humedad en los ojos; da volumen a los labios; fortalece las encías; cuida la salud capilar; protege los huesos y los mantiene fortalecidos, y ayuda a disminuir dolores en las articulaciones.
Este “santo remedio” es clave para el funcionamiento del organismo, sin embargo, pese a que existen muchos estudios que comprueban su efectividad, es importante consultar a un médico antes de empezar a usarlo.