Foto: Ilustrativa.
El iceberg es gigante, tiene el tamaño de la isla Córcega, y es el resultado del avance del calentamiento climático en la Antártida, el cual podría chocar con la isla Georgia del Sur, en el Atlántico, donde hay un refugio de miles de pingüinos y focas que ya no podrán alimentarse correctamente, según advierten los científicos.
Este rápido desprendimiento de icebergs en la Antártida está desencadenando consecuencias que podrían ser devastadoras para la abundante fauna de esta isla del sur, que es administrada por Reino Unido pero cuya soberanía reclama Argentina.
El iceberg tiene 160 kilómetros de largo y 48 de ancho, se lo denomina A68 y se desprendió en julio de 2017 de la plataforma glaciar Larsen C, pegada a la Península Antártica. Es probable que en 20 o 30 días, debido a la velocidad con la que deriva, alcance las aguas poco profundas alrededor de las islas. La probabilidad de una colisión es de 50/50.
La comunidad está formada por pingüinos dorados, pingüinos barbijos y pingüinos papúa, además de focas, albatroces errantes y aulladores. Si el iceberg se acerca a la isla, afectaría la capacidad de los animales para alimentar a sus crías, amenazando su supervivencia, pero también la de los bebés foca. Otra probabilidad es que el cambie el ecosistema de los fondos marinos, lo que podría tardar décadas o siglos en restablecerse.
Fuente: AFP.
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Se inmovilizó el mayor iceberg del mundo
- París, Francia. AFP.
El iceberg más grande del mundo parece haberse inmovilizado a más de 70 km de la Isla Georgia del Sur, un refugio vital para la fauna, anunció el martes el grupo de investigadores a cargo de su vigilancia. El bloque de hielo, identificado como A23a, con una superficie de aproximadamente 3.300 kilómetros cuadrados y un peso cercano a los 1.000 millones de toneladas, se desplazaba hacia el norte de la Antártida, impulsado desde diciembre por poderosas corrientes oceánicas.
Esta situación generó temores de que pudiera encallar en aguas poco profundas cercanas, lo que podría perturbar la alimentación de los polluelos de pingüinos y lobos marinos. Sin embargo, desde el 1 de marzo, el iceberg permanece bloqueado a 73 kilómetros de la isla, según un comunicado del British Antarctic Survey.
“Si el iceberg permanece varado no afectará significativamente la fauna local”, anticipó el oceanógrafo Andrew Meijers, encargado de la vigilancia satelital de A23a. “En las últimas décadas los numerosos icebergs que seguían esta ruta a través del océano Austral se rompieron, se dispersaron y terminaron derritiéndose rápidamente”, explicó.
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Por el momento es imposible decir si el iceberg está atascado de forma definitiva o si retomará su deriva. “Será interesante ver qué sucede”, declaró Meijers. A23a es el iceberg más grande y antiguo del mundo. Se desprendió de la plataforma de hielo antártica en 1986.
Permaneció atascado durante más de 30 años antes de liberarse finalmente en 2020, y su lento viaje hacia el norte se retrasó debido a las fuerzas oceánicas que lo hacían girar sobre sí mismo. Las primeras imágenes satelitales mostraron que se desplazaba como un solo bloque. Pero en enero se desprendió un trozo de 19 km.
¿Ventaja potencial?
La principal preocupación era que el iceberg pudiera encallar demasiado cerca de Georgia del Sur, lo que podría haber obligado a pingüinos y lobos marinos a recorrer distancias mayores para sortear el enorme bloque de hielo y llegar a sus zonas de alimentación. Pero si A23a permanece donde está actualmente podría ser una ventaja para los animales.
“Los nutrientes levantados por el encallamiento [del tempano] y su deshielo podrían aumentar la disponibilidad de comida para todo el ecosistema regional”, había explicado Meijers. El iceberg no representa una amenaza para las actividades humanas, ya que es tan enorme que los barcos pueden evitarlo fácilmente.
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Sin embargo, a medida que se fragmente, algunas zonas podrían volverse impracticables para los pesqueros “debido a los muchos trozos pequeños de iceberg, que suelen ser más peligrosos” que los grandes, estima el científico. No hay población humana permanente en Georgia del Sur, que Reino Unido administra como un territorio británico de ultramar. Argentina también reclama la isla, al igual que las Malvinas, al oeste.
Icebergs de este tamaño son raros, pero no inéditos. En los últimos cinco años hubo dos de tamaño similar en la misma zona. Sin embargo, las plataformas de hielo perdieron 6 billones de toneladas de masa desde 2000, lo que va de la mano con la aceleración del derretimiento de las capas de hielo vinculado al calentamiento global, según el científico.
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¿Existen mosquitos en la Antártida?
El pequeño mosquito antártico, única especie de insecto conocida originaria del continente helado, se las arregla con las temperaturas gélidas con estrategias de latencia únicas. Un equipo de investigación internacional dirigido por la Universidad Metropolitana de Osaka ha descubierto que el mosquito se adapta a las estaciones durante su ciclo de vida de dos años al experimentar inactividad en su primer año y diapausa obligada en su segundo. La investigación se ha publicado en Scientific Reports.
La inactividad es una forma de latencia en respuesta inmediata a condiciones adversas, y cuando las condiciones mejoran, el organismo se activa nuevamente. La diapausa obligada es un período de letargo inducido naturalmente en un momento fijo del ciclo de vida de un organismo, una forma poco común que se observa en los insectos de las regiones templadas.
“Pudimos establecer un método para criar al mosquito antártico durante un período de seis años para descubrir algunos de sus mecanismos de adaptación ambiental”, explicó en un comunicado el autor principal Mizuki Yoshida, un estudiante de posgrado en el momento de la investigación que ahora es un posdoctorado en la Universidad de Ohio State.
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Desarrollo a medias
El equipo descubrió que las larvas del mosquito antártico generalmente crecen hasta su segundo estadio en el primer invierno y entran en estado de inactividad para poder reanudar rápidamente su desarrollo en cualquier momento en que de repente haga más calor.
A medida que se acerca el segundo invierno, las larvas alcanzan el cuarto estadio final, pero no se transforman en pupas. En cambio, entran en diapausa obligada para que todas emerjan como adultas cuando llega el verano. Como adultas, solo tienen unos pocos días de vida y necesitan encontrar una pareja, por lo que este mecanismo de sincronización es clave para su supervivencia.
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“Hemos determinado que, en el caso del mosquito antártico, la diapausa obligada termina con la llegada de las bajas temperaturas en invierno, de modo que todas las larvas se transforman en pupas al mismo tiempo y emergen como adultas al mismo tiempo”, afirmó el profesor Shin G. Goto, que dirigió la investigación.
“Aunque no se han descrito estrategias de adaptación estacional que impliquen pasar el invierno varias veces utilizando tanto la inactividad como la diapausa obligada en otros organismos, creemos que los insectos que habitan en entornos hostiles como el Ártico y las grandes altitudes podrían estar empleando estrategias similares”.
Fuente: Europa Press.
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Advierten que “un fragmento” de 19 km se desprende del iceberg más grande del mundo
Un “significativo” fragmento, casi tan grande como París, se desprendió del mayor iceberg del mundo en la Antártida, un hecho que ocurre por primera vez y que es rastreado por satélites, informó un grupo de científicos este viernes a la AFP.
El iceberg más grande del mundo es una enorme plataforma de hielo que tiene una longitud de 80 km y una superficie de 3.360 kilómetros cuadrados. El bloque se separó de la Antártida en 1986.
Después de permanecer durante décadas en el lugar, se dirige lentamente desde diciembre hacia las islas británicas Georgias del Sur, más al norte, llevado por poderosas corrientes oceánicas.
Hasta ahora, este coloso de hielo conocido como A23a ha permanecido más bien intacto.
Pero imágenes de este viernes tomadas por un satélite europeo, analizadas por la AFP y confirmadas por dos científicos, muestran que una porción de aproximadamente 19 km de largo y 6 km en su parte más ancha se desprendió.
El fragmento, de casi 79 km2 según las mediciones satelitales, está ahora a la deriva en las aguas heladas.
“Es sin duda alguna la primera parte significativa del iceberg que ha aparecido hasta la fecha”, afirmó a la AFP el oceanógrafo Andrew Meijers, del British Antarctic Survey, que sigue el iceberg de cerca.
Soledad Tiranti, glacióloga que se encuentra en este momento a bordo del rompehielos ARA Almirante Irízar de la Marina argentina, también confirmó a la AFP que un trozo se había “desprendido”.
Según Meijers, los icebergs tienen fracturas profundas y, aunque este espécimen monumental se ha encogido con el tiempo y anteriormente perdió un trozo mucho más pequeño, había “resistido bien”. “Es una señal de que estas grietas comienzan a romperse”, consideró.
En el pasado, otros icebergs gigantes se derrumbaron “relativamente rápido, en el espacio de varias semanas”, una vez que comenzaron a perder grandes trozos.
No obstante, los expertos estiman “difícil” decir si esta fragmentación es la prueba de un cambio mucho mayor en curso.
“La forma en que estas cosas se desmoronan no es realmente una ciencia exacta (...) realmente es difícil decir si se va a romper en mil pedazos o si va a seguir intacto”, explicó Meijers.
Según él, es poco probable que la trayectoria de A23 hacia Georgias del Sur, una zona de alimentación crucial para las especies de focas y pingüinos, cambie debido a la pérdida de este fragmento.
Pero una fragmentación adicional reduciría “la amenaza para la fauna”, ya que los animales podrían maniobrar más fácilmente en el océano entre bloques de hielo más pequeños para encontrar comida, añadió el oceanógrafo.
Fuente: AFP
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El iceberg más grande del mundo podría estrellarse contra isla británica
- Por Nick Perry.
Rastreado por satélites, el iceberg más grande del mundo, con una longitud de 80 kilómetros, va a la deriva desde la Antártida hacia una isla remota donde podría, en el peor de los casos, chocar y bloquear a los leones marinos y pingüinos que se reproducen allí. Esta inmensa placa de hielo, 30 veces más grande que París, se aleja desde hace años de la Antártida y se dirige hacia la isla británica de Georgia del Sur, un importante refugio de reproducción de fauna salvaje.
A diferencia de lo ocurrido con anteriores icebergs gigantes, esta vez no parece que el coloso de hielo se vaya a fragmentar en trozos más pequeños en su deriva, explicó a la AFP Andrew Meijers, oceanógrafo de British Antarctic Survey. Según el experto, es difícil prever con exactitud la trayectoria, pero las corrientes dominantes hacen pensar que el iceberg llegará a los límites de la placa continental alrededor de Georgia del Sur en unas dos o cuatro semanas. Los escenarios a partir de entonces son inciertos.
El iceberg podría evitar la placa continental y ser arrastrado hacia las aguas profundas del Atlántico Sur, más allá de esta isla británica de ultramar situada a unos 1.400 km al este de las islas Malvinas. Pero también podría chocar con el fondo marino, quedar bloqueado durante meses o romperse en múltiples fragmentos que se convertirían en obstáculos para los leones marinos y los pingüinos.
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“Eso sería bastante dramático, pero no sin precedentes”, dice el experto. “Ya ha habido icebergs que se han encallado en ese lugar en el pasado, causando una mortalidad importante entre los polluelos de pingüinos y las crías de león marino”. Sin embargo, el chileno Raúl Cordero, de la Universidad de Santiago, considera que “lo más probable es que no choque directamente con la isla”.
“Las chances de que choque no son tan altas, pedazos, quizás, pero el iceberg como conjunto sería sorprendente”, asegura este experto del programa chileno de investigación antártica. Según él las posibilidades son de “menos del 50%” porque la isla suele desviar el agua y las corrientes oceánicas que, a su vez, podrían arrastrar al iceberg.
Tampoco se muestra preocupada Soledad Tiranti, una glacióloga especializada en la seguridad náutica que actualmente está embarcada en el rompehielos argentino “ARA Almirante Irízar”, en plena campaña antártica en el verano austral. “Son bloques de hielo que tienen gran profundidad y por lo general ya antes de acercarse a una isla o continente quedan varados por el solo hecho de que cercano a la isla ya hay menos profundidad en el suelo marino”, dijo a la AFP.
“Inmenso acantilado blanco”
Con una extensión de 3.500 kilómetros cuadrados, este iceberg bautizado A23a es el más antiguo del mundo. Se separó de la plataforma glacial antártica en 1986, pero luego quedó bloqueado en el suelo marino durante más de 30 años, hasta liberarse en 2020. Empezó entonces su lenta deriva hacia el norte y pasó varios meses de 2024 en el mismo lugar, dando vueltas sobre sí mismo.
Andrew Meijers, que observa el A23a desde finales de 2023, lo describe como “un inmenso acantilado blanco, de unos 40 a 50 metros de altura, que se extiende hasta dónde llega la vista”. “Es como un muro blanco gigantesco que recuerda a ‘Juego de Tronos’, tienes la impresión de que no tiene fin”, agrega.
Su movimiento lo impulsa la corriente oceánica más potente del mundo, la corriente circumpolar antártica, a una velocidad de 20 centímetros por segundo, según British Antarctic Survey. El iceberg sigue “más o menos una línea recta” hacia Georgia del Sur, dice Meijers.
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Obstáculo para los animales
El temor del investigador es que, durante el verano austral, en la costa meridional de Georgia del Sur, los pingüinos y los leones marinos parten en expedición en las aguas frías para conseguir comida suficiente para sus crías. “Si el iceberg se queda varado allí, los animales podrían verse obligados a rodearlo. Eso les haría gastar mucha más energía, lo que significa menos recursos para las crías y un aumento de la mortalidad”, afirma.
Además, la población de pingüinos y leones marinos de la isla ya atraviesa una “mala temporada” debido a la gripe aviar. Cuando termine fundiéndose, este gigante de hielo podría generar icebergs más pequeños, pero todavía peligrosos para los pescadores.
Pero también aportará nutrientes al agua, favoreciendo el fitoplancton, una fuente esencial de comida para ballenas y otras especies marinas. Aunque la formación de icebergs es un fenómeno natural, Meijers estima que la acelerada pérdida de hielo en la Antártida se debe probablemente al cambio climático fomentado por la actividad humana.
Fuente: AFP.