En el año 2012, el fotógrafo suizo Fabián Oefner se propuso algo: capturar imágenes de las burbujas de jabón momentos antes de que estas revienten en miles de moléculas de agua. Tenía la intriga de saber cómo se verían las fotos de las burbujas que tanto vio desde que era un niño. Y el resultado de su experimento fue fenomenal.
Oefner apostó por un complejo sistema de iluminación para resaltar la gama de colores y así reflejar una burbuja. “Las estructuras son fotografiadas como esculturas. Es necesario un flash y mucha paciencia. Me tomó casi 200 imágenes capturar el momento final”, explicó ese año.
El fotógrafo suizo retrató la secuencia de la burbuja, desde el momento en que es disparada hasta que explota y desprende miles de moléculas de agua. “Con esta serie de imágenes, intento capturar la belleza de estas esculturas de corta vida, que son 99% aire y no poseen color alguno”, comentó.
El motor de este experimento fue su propia infancia. “Muchos de nosotros recordamos que jugábamos con pompas de jabón en la niñez; nos fascinaban sus colores y por lo tanto nos decepcionaba mucho cuando de repente desaparecían”, relató.
Él logró que ese instante, de alguna forma, quede inmortalizado.