Muchos creían que Bob Dylan se hacía llamar Bob Dylan en homenaje al poeta Dylan Thomas. En una carta vieja que escribió a su amigo y bluesman Tony Glover, la cual fue publicada por la revista Rolling Stone antes de que sea subastada el próximo 19 de noviembre, el cantante confesó la verdadera razón por la cual pasó de ser Robert Allen Zimmerman (su nombre real) a llamarse Bob Dylan.
El cambió empezó con su apellido Zimmerman. En realidad lo había omitido y se hacía llamar Robert Allen. Sin embargo, cuando se topó con el saxofonista David Allyn tuvo la tentación de presentarse como Robert Allyn. “Sospeché que en realidad se apellidaba Allen y que lo habría cambiado por Allyn porque resultaba más exótico e inescrutable. Yo haría lo mismo”, le reveló por escrito a su amigo Glover.
¿Cuándo decide cambiarse a Dylan? Lejos de rendir homenaje al poeta Dylan Thomas, como todos daban por sentado, el cantante estadounidense explicó que esa transformación sucedió porque había discriminación contra los judíos. “Mucha gente tiene la impresión de que los judíos son simplemente banqueros, comerciantes y vendedores de relojes. Mucha gente piensa que los judíos tienen rabo, o se van a comer a tus hijas y ese tipo de cosas. Mucha gente piensa así, y hay que enseñarles las cosas de manera diferente”, argumentó.
En otro momento, el artista ya había explicado que su nombre artístico no tenía nada que ver con el poeta Thomas. “No he leído demasiado de Dylan Thomas”, declaró hace años en una entrevista. “No es que me viniera la inspiración leyendo una de sus poesías y me dijera “¡Ajá!” y me cambiara el apellido por Dylan. Si yo creyera que es tan grande, hubiera cantado sus poemas, y por la misma razón me hubiera podido cambiar el nombre por Thomas”.
Sin embargo, el nombre del poeta lo ayudó a descubrir algo en la fonética de Allyn y Dylan, ya que al pronunciarlas rápidamente sonaban parecidas. “No acababa de decidirme. La letra D tenía más fuerza. Sin embargo, el nombre Robert Dylan no era tan atractivo a la vista ni al oído como Robert Allyn”, comentó.
Ese análisis no pasó desapercibido en su cerebro y días después, cuando llegó a la ciudad de Saint Paul (Minesota) y le preguntaron quién era, él contestó espontáneamente: “Bob Dylan”. “No habría funcionado si hubiera cambiado el nombre a Bob Levy o Bob Johnston o Bob Donut. Quiero decir, no habría funcionado. Tenía que haber algo especial para llevarlo a esa dimensión adicional”, confesó.