Hoy se recuerda el aniversario de nacimiento del poeta brasileño Vinicius de Moraes, quien fue una figura importantísima en la historia de la música popular del Brasil. Fue uno de los impulsores de la bossa nova junto con Tom Jobim, João Gilberto, Caetano Veloso, Elis Regina, Toquinho y otros. Fue autor de las letras de grandes canciones del género, entre las cuales se encuentra Garota de Ipanema, inspirada en una mujer real.
La musa en cuestión fue Heloísa Eneida Menezes Paes Pinto, quien hoy es modelo, conductora y empresaria, dueña de las tiendas de bikinis Girl from Ipanema. En 1962, cuando Vinicius escribió los versos y Tom Jobim compuso la canción, ella era una jovencita que frecuentaba la playa o hacía recados para sus padres.
Dese el Bar do Veloso de Río de Janeiro, donde ambos músicos se sentaban a tomar whisky, la veían pasar. “Yo era muy tímida entonces, nunca contestaba a sus piropos, solo entraba al bar a comprar cigarrillos para mis padres o pasaba por allí para disfrutar de mis días libres al sol”, explicó en una entrevista a Efe.
Un par de años después del lanzamiento de Garota de Ipanema, Vinicius de Moraes reveló quién había sido la mujer que los inspiró. Y ella no lo podía creer. “Jobim me pidió varias veces que me casara con él. Estaba enamorado de mí, llegó a confundirme, pero terminamos siendo amigos”, declaró Heloísa. Había una diferencia de 18 años de edad entre ambos y, además, ella estaba de novia con otro hombre en ese momento.
En 1965, cuando muchas se autoproclamaban musas de la exitosa canción, Vinicius de Moraes escribió en la revista Manchete que Helô Pinheiro - como se la conoce a ella - era la Garota de Ipanema; la dueña del dulce balanceo, del cuerpo dorado y la mujer más hermosa que había visto.
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“Olha que coisa mais linda”: Astrud y un himno mundial
Inmortalizada en inglés por la voz dulce de Astrud Gilberto, fallecida a los 83 años, “Garota de Ipanema” se convirtió en el mayor clásico de la Bossa Nova y más de sesenta años después ostenta el puesto de la canción brasileña más grabada en la historia. “Olha que coisa mais linda, mais cheia de graça”... los versos que abren una de las canciones más conocidas del mundo fueron compuestos por Vinicius de Moraes y Antonio Carlos Jobim, en 1962.
Clientes asiduos del bar Veloso en el barrio Ipanema de Rio de Janeiro -después rebautizado como Garota de Ipanema-, veían pasar a diario a la joven Heloísa Pinheiro, entonces de 17 años, la chica que los inspiró con su “cuerpo dorado por el sol” y su andar “que es casi un poema”. La primera interpretación en vivo de la canción -cuyo nombre original era “Menina que Passa” (La chica que pasa)- fue durante una presentación de Jobim, Vinicius, João Gilberto & Os Cariocas en el restaurante Au Bon Gourmet de Copacabana, en agosto de 1962.
Dos años después, Jobim, Gilberto y su esposa Astrud grabaron en Nueva York el álbum “Getz/Gilberto”, junto al saxofonista estadounidense Stan Getz, que incluía la mítica versión de Astrud, “The girl from Ipanema”. Con versos cantados en inglés por la voz suave y melancólica de Astrud, sobre un ritmo sincopado de samba mezclado con jazz, la canción se volvió un éxito, vendió cinco millones de copias y cosechó, entre otros premios, un Grammy a la mejor grabación en 1965.
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Astrud decía que debía su popularidad a una propuesta inesperada de Gilberto, en medio de un ensayo con Getz, para que cantara un coro en inglés. “Esta canción te va a hacer famosa”, le predijo Getz en el estudio de grabación. Desde entonces, la canción ha sido grabada 442 veces, superando a cualquier otra música brasileña como la más grabada de todos los tiempos, según la oficina de recaudación de derechos de autor de Brasil (ECAD, por su sigla en portugués).
La pista fue versionada por íconos como Nat King Cole, Ella Fitzgerald, Cher, Plácido Domingo, Amy Winehouse y Frank Sinatra, y se coló en escenas de decenas de películas y series. La brasileña Anitta hizo una relectura del clásico en su canción “Girl From Rio”, que toma prestados una parte de la melodía y el ritmo de bossa nova de “Garota de Ipanema” para hablar de “otra Rio de Janeiro”, la ciudad de las “chicas sexy” de la periferia que “no lucen como modelos, tienen marcas de bronceado y grandes curvas”.
Pese al éxito rotundo de su grabación, Astrud no tuvo el mismo retorno financiero que Gilberto o Getz. La cantante no fue incluida en los créditos de la primera versión del álbum y en su momento recibió apenas USD 120 por su participación, lo que el sindicato de músicos estadounidenses pagaba en la época por una noche de trabajo, de acuerdo con el libro “Chega de saudade: a história e as histórias da Bossa Nova”, del periodista Ruy Castro, citado por la prensa brasileña.
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Vida y carrera de Astrud Gilberto
Estas son algunas de las grandes fechas de la vida de la cantante brasileña Astrud Gilberto, fallecida el martes, cuya versión en inglés de “Garota de Ipanema”, le brindó una fama mundial.
- 30 de marzo de 1940: Astrud Weinert nace en Salvador de Bahia (noreste), de madre brasileña y padre alemán. Pasa su juventud en Rio de Janeiro.
- 1959: contrae matrimonio con el cantante y guitarrista Joao Gilberto, de quien adopta su apellido, y cuatro años más tarde, la pareja se instala en Estados Unidos.
- 1965: Pone voz en inglés a la célebre canción “Garota de Ipanema”, de Antonio Carlos Jobim y Vinicius de Moraes. Su versión gana el Grammy a la mejor grabación del año. El álbum, grabado en Nueva York con Joao Gilberto y el saxofonista estadounidense Stan Getz, se lleva el Grammy al mejor disco del año. Astrud dejará su esposo por Getz.
- 1972: tras el éxito de “Fly me to the moon”, se distingue como compositora con su álbum “Astrud Gilberto now”.
- 1977: Lanza “Far Away”, título principal de su álbum “That girl from Ipanema”, con letra de Hal Shaper y cantada en dúo con Chet Baker, su ídolo de adolescente.
- Inicio de los años 1980: giras en Europa, Japón, Canadá y Estados Unidos con su grupo de músicos, especialmente con uno de sus dos hijos, Marcelo Gilberto.
- 1992: Laureada con el “Latin Jazz USA Award” por el conjunto de su carrera.
- 2001: última aparición pública de Astrud Gilberto, convertida en pintora y defensora de los derechos de los animales.
- 2002: En Nueva York, ingresa en el templo de la música latina internacional, el “International Latin Music Hall of Fame”.
- 2008: Astrud Gilberto, que vive entonces en Filadelfia (EEUU), es recompensada con un Grammy Latino por el conjunto de su carrera.
Fuente: AFP.
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Falleció Astrud Gilberto, la reina de la bossa nova
La cantante brasileña Astrud Gilberto, una de las mayores voces de la bossa nova conocida en el mundo por su versión de “Garota de Ipanema”, falleció a los 83 años, informó su familia en redes sociales. “Vengo a traer la triste noticia de que mi abuela se convirtió en una estrella hoy y está al lado de mi abuelo Joao Gilberto”, escribió Sofia Gilberto, nieta de la cantante, la madrugada de este martes.
La cantante nació en Salvador, capital de Bahía, noreste brasileño, en 1940 y estuvo casada con el cantante Joao Gilberto, otro nombre notable del género que falleció en 2019. Alejada de los escenarios desde 2002 y dueña de una discografía de 19 álbumes, Astrud Gilberto convirtió “Garota de Ipanema” -la famosa canción de Tom Jobim y Vinícius de Moraes- en un hit mundial con su versión en inglés junto al saxofonista Stan Getz. Esa versión la convirtió en la primera brasileña nominada a los Grammy, premio que ganó a la mejor canción del año en 1965.
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“Esta canción te va a hacer famosa”
Un premio Grammy a la mejor canción en 1965 reconoció su mítica versión de “Garota de Ipanema”, de Antonio Carlos Jobim y Vinicius de Moraes, que, sobre un ritmo sincopado de samba mezclado con jazz, sigue siendo un éxito mundial. Fue en Nueva York donde Astrud Gilberto grabó “Girl From Ipanema” junto al cantante y guitarrista Joao Gilberto, entonces su marido, y el saxofonista estadounidense Stan Getz, por quien luego se separaría. Astrud decía que debía su popularidad a una propuesta inesperada de Gilberto, en medio de un ensayo con Getz, para que cantara un coro en inglés. “Esta canción te va a hacer famosa”, le predijo Getz en el estudio de grabación.
A los 24 años, con su mirada sabia y tierna, la guapa morena conquistó de inmediato al público, pero, para vencer su miedo al escenario, tuvo que tomar clases de interpretación en la escuela Stella Adler de Nueva York. El concierto de los tres amigos en el Carnegie Hall de Nueva York en octubre de 1964 los llevó a la cima. Nacida el 30 de marzo de 1940 en Bahia (noreste brasileño), de madre brasileña y padre alemán, Astrud Weinert creció en Rio de Janeiro y a los 19 años se casó con Joao Gilberto, cuyo álbum “Chega de Saudade” acababa de seducir a los brasileños, en un nuevo ritmo de bossa nova.
Con sello propio
Después de “Garota de Ipanema”, la que suele llamarse la “reina de la bossa nova” continuó su carrera en Estados Unidos, donde permaneció tras su divorcio de Gilberto. También tuvo una breve relación con Stan Getz. “Fly Me To The Moon” (1972) fue el nuevo gran éxito de Astrud, quien se convirtió en compositora con los álbumes “Astrud Gilberto Now” y “That Girl From Ipanema”, donde con letra de Hal Shaper, también interpretó “Far Away” a dúo con Chet Baker, el ídolo de su adolescencia.
Su timidez vencida le permitió realizar giras por Estados Unidos, Canadá, Japón, Europa, con su grupo de músicos, entre ellos Marcelo Gilberto, uno de sus dos hijos. Con él y su hermano Gregory Lasorsa creó Producciones Gregmar, sello del que destaca un disco tributo a Antonio Carlos Jobim.
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El año 2001 fue el de la última aparición en escena de la artista que, tras un “Latin Jazz USA Award”, se ganó un lugar en Nueva York en el Salón de la Fama de la Música Latinoamericana. En 2008, un Grammy Latino la premió por toda su carrera. Lejos de los flashes, Astrud Gilberto vivía en Filadelfia, donde se dedicaba a pintar y luchar por la defensa de los derechos de los animales. Fue autora del ensayo “Animals, They Need Our Help!!!”.
“Descansa en paz, musa eterna. Ahora vas a cantar con los pájaros y ángeles a tu alrededor”, reaccionó en Instagram desde Nueva York la cantante Bebel Gilberto, hija de Joao Gilberto con su segunda esposa, Miucha. Su muerte tuvo sin embargo poca repercusión en Brasil, donde la canción original en portugués, “Garota de Ipanema”, es la que siguen escuchando los brasileños 61 años después de su lanzamiento.
Fuente: AFP.
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“Joaju Purahéi rehe”, en el Tom Jobim
La Embajada del Brasil en Asunción, a través del Instituto Guimarães Rosa y la Orquesta Filarmónica Ipu Paraguay, anuncia para este miércoles 17 de mayo, a las 20:00, el concierto denominado “Joaju Purahéi Rehe”, que tendrá lugar en el Teatro Tom Jobim (Eligio Ayala y Perú). La entrada será libre y gratuita, apta para todo público.
El recital estará dedicado a compositores brasileños como Alexandre Schubert, Arthur Barbosa, Alberto Nepomuceno, Oscar Lorenzo Fernândez y Henrique Alves de Mesquita. Tendrá como solistas a: Gerardo Ortiz (Violoncello), Yejin Park (violoncello), Shirley Pereira Abreu (violín), Carlos Miguel Riveros (violín) y la Soprano Macarena del Pilar González.
La Orquesta Filarmónica Ipu Paraguay, estará bajo la dirección del Mtro. Germán Recalde, tiene como misión contribuir en la garantía de los derechos culturales, y garantizar el desarrollo y la promoción de sus miembros en el campo de la profesión musical.
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Sylvia Thereza, desde el Tom Jobim al Teatro Municipal y un duende
Toni Roberto, tonirobertogodoy@gmail.com
Este domingo, a semanas de cumplir cuatro años ininterrumpidos escribiendo en estas páginas, Toni nos cuenta sobre su fugaz paso por el concierto de la pianista brasileña Sylvia Thereza hace unas semanas en el Teatro Municipal y recuerda el concierto del año pasado, rememorando a grandes concertistas que pasaron por la vieja casa de Anselmita, convertida en teatro en los años 60.
Hace aproximadamente un año había venido a Asunción al teatro Tom Jobim de la Embajada del Brasil –antiguamente teatro de la Misión Cultural Brasileña, ubicado en la antigua casa de Anselmita Heyn– la concertista carioca doña Sylvia Thereza. En aquella ocasión, luego de un maravilloso concierto pianístico en el que ofreció un magnífico repertorio, al final de la noche nos cuenta que le hablaron de una pieza que había compuesto un embajador brasileño en la década del 50, una guarania denominada “Saudade”, y que ella la había estudiado y que nos ofrecería su interpretación.
Luego de un silencio y con una sala llena expectante, la excelsa brasileña empieza a ejecutar aquella magnífica guarania, una versión casi celestial. En ese momento cerré los ojos y recordé a toda esa legión de maestros que me cobijó en aquella vieja casa a principios de los años 80, cuando era un adolescente.
Incontables conciertos, desde las eximias pianistas de la época como Susanita Elizeche de Codas, Nelly Jiménez, Balbina Salcedo Milleres, Kuki Jiménez Gaona o el legendario y enigmático “Barón del Piano” Pierre Jancovic, pasando por la mundialmente afamada María Creuza, Zimbo Trío o Macunaíma, integrado por Aldo Solalinde, Julio Acosta Quevedo, Miguel Stanichevsky, José Pesole, Carlos Solano, Rosana Acevedo, Diana Lima y Maricel Olavarrieta, entre otros, se han realizado en aquella legendaria casa.
SYLVIA THEREZA Y DIEGO SÁNCHEZ HAASE
Su segunda venida hace pocos días fue el motor para recordar aquella memorable noche del año pasado, esta vez en el Teatro Municipal de Asunción. El tiempo cruel hizo que pueda quedarme solamente para la pieza principal, el “Concierto para piano y orquesta número 4 opus 58″ de Beethoven, que duró aproximadamente media hora, lo suficiente para hacer volar el espíritu ante tanta poesía musical.
Antes de empezar la pieza, el maestro Diego Sánchez Haase hace reverencia al gran piano Steinway en ocasión de cumplir 10 años en el Paraguay. Luego dio una completa pero sencilla explicación contando detalles de la música del genial compositor, diciendo palabras más palabras menos: “Ahora llega el plato fuerte de la noche. Para mí el concierto número 4 para piano es el más bello que se creó en la historia de la música, tal vez porque fue el primero que escuché con mi papá a los 7 u 8 años. Tiene muchos rasgos innovadores. Beethoven con ese espíritu libre que le caracterizaba desafiaba constantemente las convenciones. Es el primero de la historia de la música que empieza con un solo de piano, porque lo normal era que inicie la orquesta exponiendo el tema principal”.
Sigue diciendo: “Pero en este caso arranca el piano solo, con una frase increíblemente solemne y desafiante, porque el pianista entra en frío a tocar unos acordes maravillosos y después cuando empieza la orquesta, sorprende, porque entra en una tonalidad muy lejana; el concierto está en sol mayor y la orquesta entra en si mayor, pero la armonía va retrocediendo de a poco de una manera magistral como lo hacía el gran maestro, hasta llegar al sol mayor, la tonalidad principal donde sí la orquesta expone los temas principales del concierto. Pero para mí la joya del concierto es el segundo movimiento, es muy extraño, tiene una construcción muy particular, es la tensión entre el piano y la orquesta, es Morfeo que vence al mal”.
Mientras sigue explicando, su cadencia guaireña me lleva a recordar la infancia en mis vacaciones en Villarrica y las historias de muchos de sus gloriosos habitantes como Ramón I. Cardozo, Manuel Ortiz Guerrero, Helio Vera o a los no muy conocidos como Aniceto Vera Ibarrola y Gumersindo Ayala Aquino, creadores de la popular “Villarrica”. En lo más familiar recuerdo la rica sopa paraguaya de tía Celina de Andino, las investigaciones de tío Mito Bogado Bertolo sobre sus ancestros italianos en esa ciudad, a Leopoldo Ramos Giménez o la calidez de las numerosas hermanas Alvariza, siempre expectantes de la llegada de algún sobrino desde Asunción.
EL FANTASMA, LA CARIOCA Y EL ILUSTRE GUAIREÑO
Al final, unos instantes antes de que termine la pieza, en un momento determinado, cuando por un momento baja la tensión entre el piano y la orquesta, escucho un fuerte ruido detrás del palco que compartía con Dani Nasta y Marina Petrovic. Les pregunto ¿escucharon algo? Dani me dice un decidido “no” y Marina me responde: “Tal vez fue un fantasma selectivo”. En ese momento le recuerdo al eterno encargado del Municipal, don Chiquitín Lambaré, que me contaba sus charlas con los duendes del teatro. Quizá sea uno de ellos acompañados de tan legendario funcionario, escuchando, los dos, esa maravillosa pieza del genio alemán interpretada por esta prodigiosa dama carioca.
Yo me retiro sin escuchar las piezas siguientes, pero contento de deleitarme con treinta minutos del plato fuerte de la noche de manera doble por la explicación de esta inmortal obra de la mano de este ilustre guaireño.