Empezó en radio con 13 años, y luego de una larga y mediática carrera, recibe a los 41 como impulsor de una industria audiovisual y de medios. Aunque en su faceta de productor inquieto no descansa, supo encontrar el balance. Es así que su mejor momento de bienestar personal coincide con su regreso a las mañanas de HEI Radio y Tv, en agosto.

Texto: Jazmín Gómez Fleitas

@jazgomezf

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Fotos: Nath Planás

Producción: Juan Ángel Monzón

Su primer amor fue la radio, y por eso mismo, HEI fue un sueño hecho realidad, uno que fue más allá de lo tradicional al irrumpir en la escena con su propio canal de música e implementar el visual radio, la transmisión en vivo de un programa de radio en la televisión, algo que lo llena de emoción. “Creo que desde HEI todos nos sentimos muy felices por eso, porque fue como marcar el camino, ya que hoy es algo que todos lo están haciendo en el país. Creemos que no tenemos que parar de crecer, sino aggiornarnos a los tiempos”, recuerda.

Con 28 años en los medios, Dani Da Rosa (41) lleva un largo camino recorrido. Su aventura con la radio comenzó de una manera muy curiosa. Recuerda que “algo tenían que hacer con él en su casa”, por eso lo mandaron —a los 13 años— a ver de qué manera podía ser útil en la radio de sus tíos, la 1º de Marzo. Lo que no se imaginaron es que a Dani le gustaría tanto esa experiencia, que años después, preferiría estudiar Ciencias de la Comunicación antes que Derecho.

“Ese tiempo ahí aprendí tanto, hasta el punto de que gracias a eso supe tomar el colectivo. Realmente aprendí a hacer calle desde el punto de vista de la responsabilidad, de saber llegar a tiempo, de la disciplina”, rememora.

Y cuando llegó el momento de ir a la universidad, de comentarle a su papá que no le gustaba Derecho sino Comunicación, él le contestó: “te vas a morir de hambre”. A lo que continúa: “Le habré mirado con tal cara de devastación porque enseguida agregó 'bueno, no importa mi hijo, si sos bueno en lo que hacés y disciplinado, de seguro te va a ir bien'. Eso me quedó como una lección de vida”.

El hilo conductor de toda su historia de radio siempre fue la música. Esa fue su temprana motivación y la que probablemente, hoy lo pone de regreso en la FM. “La radio para mí es el inicio del fin de todo. Al mirar hoy el mundo de la radio veo un infinito de posibilidades a través de los playlists, de curar canciones, y con mi regreso cerca del público —al hacer dupla en la conducción con Andrea Quatrocchi, una amiga que conozco desde Papá del corazón— pienso en una visión íntegra de la radio-tevé y de bifurcar ese contenido acorde a cada plataforma. Me siento muy motivado y espero podamos hacer algo innovador y que les sirva a todos”, describe.

El futuro del trabajo colaborativo

Si algo caracteriza a Dani es su madera de productor. Apenas alcanza un objetivo, va por otro, y eso fue lo que sucedió con HEI, que también tiene una unidad audiovisual: HEI Films.

“Hoy, nosotros miramos al mundo. Desde HEI Films tenemos el sueño de producir series. Y después, con los estudios que estamos terminando de construir, queremos trabajar todo lo que sea servicios: ya sea nacionales como de recibir producciones del mundo, en las que podamos ser coproductores”, destaca.

Dani resalta que algo que aprendió de los audiovisuales de HEI Films es la gran cantidad de puestos de trabajo que se generan en el rubro y lo mucho que falta para dimensionar su impacto: “Algo que tenemos que aprender es que el mundo hoy está siguiendo parámetros y cánones de laburo en equipo, desde el punto de vista colaborativo, y a eso tenemos que apuntar. Tenemos que entender que debemos crecer como país y como industria, que tiene que ver con una decisión pública y privada, de ir todos de la mano para empezar desesperadamente a dar en las universidades nacionales las carreras que el día de mañana son y serán el futuro de nuestro país, y no llenarnos de abogados e ingenieros donde ya no hay más a basto”.

La dieta keto, una solución

Dani hace hincapié en que ahora le sobran las energías para afrontar todos los desafíos que se plantea. “Estoy muy contento de poder volver a hacer lo que a mí me gusta, también con un cambio bien importante de sentirme bien conmigo mismo, estar de vuelta bien de salud, de haber entendido que nunca más debo dejarme estar en lo físico porque afecta la salud también”, confiesa.

Pero ¿cómo pudo pasar ese cambio? ¿eso de darse cuenta por él mismo? “Mi familia estaba muy preocupada por mí. Mi papá vivió hasta los 53 años no más y como que mis hermanas y mi mamá vieron que estaba siguiendo un camino similar”, relata.

Y es que Dani se dejó estar durante dos o tres años. Ya no le importaba el bullying que le hacían. “No me importaba que me griten 'gordo' en la calle o llegar a un supermercado y que una señora me toque la panza y me diga que estaba 'muy gordo'. Porque lo que sucede es que al estar en la tele uno pasa a formar parte del día a día de la gente y es imposible que yo no entienda que para una señora que me ve ahí todos los días, no me sienta como parte de su familia. Pero yo declaré so'o. Me hice una barrera y hasta creo que tuve la intención inconsciente de suicidarme mediáticamente y que se me vea más como un productor, no más”.

Y ahí fue cuando volvió en sí. Cuando le hizo click que él tenía que estar bien físicamente no por la estética, sino por la salud. No por la gente o los programas en la tele, sino por él mismo, por sus hijas, por su hijo, por su señora, por su familia. “Por toda la gente que me quiere”, indica.

Su gurú de la dieta keto fue la golfista Julieta Granada. Tienen una amistad de años, primero a través del deporte y luego porque su mamá es prima segunda de la suya, lo cual los hace primos, de alguna manera. Sus madres retomaron el contacto no hace mucho, lo cual también ayudó a estrechar la relación.

Llegó a la keto gracias a ella y en la dieta encontró un estilo de vida que lo ayuda a comer en balance. “Fue un cambio de vida. De ver cómo estaba y darme cuenta de la situación. Entiendo que somos lo que comemos y que hay muchas cosas que no deberíamos comer. Siempre decía que era una persona dispersa, pero desde que dejé la harina hasta eso cambió también y es genial”, explica entre risas.

Ya escuchó que lo llaman “evangelista de la keto” pero él defiende la postura que descubrió: el cuerpo puede ser flex, y en vez de usar sólo el combustible de la glucosa (o los hidratos de carbono), también puede usar el de la cetona, que proviene de las grasas buenas.

“Este estilo para mí es genial porque no tengo una restricción calórica desesperante. Sí hay alimentos que están dentro de las grasas buenas, pero tampoco se vive en este estilo, tiene sus etapas: de mantenimiento, de bajar de peso, de su cetosis. Es ideal para el gordito porque puedo comer una ingesta calórica normal en donde las grasas buenas son buenas para el cuerpo y te sacian, no te dan hambre, y donde dejar mucha azúcar y muchos carbohidratos te evitan los picos de insulina que te incitan a estar necesitando más y más. Y donde como rico. En Paraguay sobre todo con las actividades sociales, un rico asado, sé que comer y cuándo no”, detalla.

Dani bajó 34 kilos en cuatro meses. Cuando ya estaba tímidamente consultando por una cirugía, se dio cuenta de que solo requería de determinación y una estructura. Inició la keto en solitario pero luego lo ayudó la nutricionista Laura Otazú (que vivió y se especializó en cetosis en Canadá) con el concepto, las mediciones, etc. Leyó muchos libros al respecto y ahora ya acompaña su rutina con sus caminatas matutinas, a la vez que comenzó con pesas.

“Entiendo que la búsqueda de estar bien del ser humano, es parte de nuestra búsqueda diaria. No quiero que nadie se moleste, pero entiendo que es tan importante como encontrar una sanación espiritual. Cumplí 41 años el 17 de julio y cuando me preguntan si cambia todo a los 40, les digo que sí cambia, sobre todo en el hombre, pero también puedo decir que hoy me siento mejor que a los 25 años. Y yo no sabía. Así que se puede. Esa transformación se puede lograr. Esa solución —la que mejor le haga a uno— está ahí, hay que encontrarla no más”.

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