Texto: Micaela Cattáneo
Hace un mes, un titular decía: “Billie Eilish podría superar los récords de ventas de Ariana Grande con When we all fall asleep, where do we go?”. Esta hipótesis en torno al lanzamiento del primer álbum de la artista de 17 años —que se volvió viral con su primer sencillo Ocean eyes— es la prueba de la versatilidad que adquiere la música con el devenir de los años ante los ojos de una generación cada vez más demandante.
Billie Eilish, quien nació en el 2001 y proviene de una familia de artistas, comprende cuáles son las reglas de juego detrás de ese epíteto. En su álbum más reciente, lanzado el pasado 29 de marzo, propone conceptos y estéticas alternativas, atmósferas densas y efectos especiales, letras agudas y lenguajes digitales, inteligencia emocional y estados existenciales.
Y es que el panorama premonitorio a favor de Eilish está basado, principalmente, en las millones de reproducciones que obtiene la cantante cada vez que sube los videoclips de sus temas a YouTube, y claramente, en el talento y la creatividad que tiene para formar universos tan excéntricos pero a la vez tan representativos de la realidad.
El horizonte de la industria musical es tan incierto, pero de algo estamos seguros: Billie Eilish sabe perfectamente a dónde va.
Canción necesaria: You should see me in a crown, por su personalidad cinematográfica vista en el teaser de su videoclip, pero identificable desde el play en los auriculares
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Tenis: comienza la Copa Billie Jean King
Hoy miércoles arranca la Billie Jean King Cup, certamen de tenis femenino de selecciones del Grupo Américas II, donde Paraguay tiene como rivales a Venezuela, Bahamas y Costa Rica. Están en juego dos ascensos al Grupo Américas I para el campeón y subcampeón, mientras los dos últimos descenderán al Grupo Américas III. La competencia es sobre superficie dura (outdoors) hasta el próximo sábado 29 de julio en el Centro Nacional De Tenis Parque Del Este, ubicado en Santo Domingo.
El equipo paraguayo está liderado por Lara Escauriza como la más experimentada, quien retorna tras dejar el tenis el año pasado. Capitaneado por Alfredo de Brix, otras integrantes son Leyla Brítez, Tamara Doldán y Paulina Franco.
CAYÓ VALLEJO
En el Challenger ATP 75 de Salinas, Ecuador, Adolfo Daniel Vallejo quedó fuera en primera ronda al caer ante el Japonés Rio Noguchi, segundo sembrado, por 4-6 y 5-7.
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Renovado Paraguay en Billie Jean King Cup
El renovado y juvenil equipo de Paraguay integrado por las gemelas Susan Tamara Doldán y Heydi Paola Doldán, 21 años; además de Leyla Brítez y Paulina Franco (17), hacen su estreno absoluto defendiendo al país, en esta oportunidad en el Billie Jean King Cup, Grupo 1 América, ex Copa Federación.
La competencia arrancó ayer en donde las albirrojas midieron a las locales y se extenderá hasta el sábado 16, en Salinas, Ecuador, sobre pista de cemento. Cada serie incluye la realización de dos partidos de singles y uno de dobles.
El representativo paraguayo tiene como capitán al experimentado Alfredo de Brix. Paraguay integra el Grupo B, junto a Chile, Ecuador y México. En el Grupo A, están Argentina, Brasil, Colombia y Guatemala.
La competición otorga dos ascensos a los Play-offs de noviembre, y al final los dos países de peor campaña perderán la categoría y descenderán al Grupo América II.
ASUNCIÓN BOWL
Los amantes del tenis tienen cita con una propuesta de lujo en las canchas del Club Internacional de Tenis, sede del Asunción Bowl, en sus categorías sub 18, 16, 14 y en forma experimental, sub 12. Más de 270 tenistas juniors de todo el mundo dan viva desde el sábado a la competencia, convirtiendo a Paraguay en el centro del tenis mundial juniors.
SORPRESA
El español Carlos Alcaraz, 11º del mundo y uno de los tenistas más prometedores del circuito, fue eliminado en su debut en el Masters 1000 de Montecarlo, este miércoles ante el estadounidense Sebastian Korda (42º) 7-6 (7/2), 6-7 (5/7), 6-3 en 3 horas y 1 minuto.
En la próxima ronda, Korda (hijo del antiguo N.2 del mundo Petr Korda), que participa por primera vez también en el primer Masters 1000 de la temporada en tierra batida, se medirá en su próximo partido con su compatriota Taylor Fritz (13º) o con el croata Marin Cilic (22º).
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Paraguay, con el equipo confirmado
Se realizó ayer la presentación oficial del representativo de la Asociación Paraguaya de Tenis (APT), que representará al país en la Copa Billie Jean King del Grupo 1 de las Américas, a celebrarse en Salinas, Ecuador, con ocho seleccionados nacionales.
El equipo paraguayo conformado por las tenistas Susan Doldán, Heidy Doldán, Leyla Brítez y Paulina Franco Martinessi, con Alfredo De Brix como capitán, integra el grupo B del torneo junto con los seleccionados de México, Chile y Ecuador. En tanto que en el grupo A están los representativos de Argentina, Brasil, Colombia y Guatemala.
Los partidos de la zona correspondientes al Grupo I de las Américas tendrán lugar del 13 al 15 de abril y las finales serán el 16 del mismo mes, en canchas del Salinas Contry Club, de la ciudad ecuatoriana de Salinas. La delegación paraguaya viaja a Salinas, Ecuador, el próximo domingo 10 de abril.
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Tiempos de featuring
Se juntan dos artistas, graban una canción y las radios explotan. Hoy, el negocio de la música parece moverse a través de los featuring o colaboraciones. ¿Una cuestión artística o pura estrategia comercial?
Texto: Micaela Cattáneo
No fue una tarde cualquiera de 1981. Los Queen se habían juntado en su famoso estudio de grabación (Mountain Studios) en Montreux, Suiza. Como de costumbre, craneaban una nueva canción. En medio de la improvisación, uno de los ingenieros de sonido, David Richards, los interrumpió para contarles que David Bowie estaba por la ciudad y que lo había llamado para que pasara por ahí.
Así, casi como una fotografía espontánea, se creó una de las colaboraciones más importantes de la música: Under Pressure. En principio, Bowie grabaría los coros de una canción de la banda (Cool Cat). Pero ni él ni Mercury habían quedado contentos con el resultado. Y ese mismo día, después de unos cuantos rifs y copas encima, se animaron a improvisar sobre la base musical que había hecho el baterista, Roger Taylor, para Feel Like.
No fue la única vez que dos grandes del rock fusionaron sus talentos en una canción. Mercury lo hizo también con Michael Jackson en State of Shock, pero la canción quedó inconclusa y el “Rey del pop” decidió grabarla finalmente con Mick Jagger, de los Rolling Stones. Jackson no se quedó atrás con el asunto de las colaboraciones, y sacó Say, say, say junto al más romántico de los Beatles, Paul McCartney.
Su compañero de ruta, John Lennon, también se dio sus gustos, y acompañó a Chuck Berry en una versión del clásico Johnny B. Good, y a Elton John en su concierto en el Madison Square Garden, en 1974, porque apostó que su tema Whatever gets you thru the night no tendría éxito. Elton no pensaba lo mismo. Y el 28 de noviembre de ese año, el Beatle cumplió su promesa y subió al escenario neoyorkino, donde esta canción y otras, como Lucy in the Sky With Diamonds y I Saw Her Standing There, sonaron más vivas que nunca.
En muchos casos, las colaboraciones de esa época eran reversiones de temas que no paraban de sonar en la radio, pero refrescadas por las voces de otros artistas de la escena. También, una suerte de homenaje o testimonio de admiración entre grandes referentes del rock, como lo que ocurrió con Elton John y Axl Rose en el concierto tributo a Freddie Mercury en 1992, donde cantaron uno de los Bohemian Rapsody más fibrosos que escuché en mi vida.
“Personalmente, prefiero quedarme con el legado artístico que significó la posibilidad de conjunción entre músicos de diferentes o similares características, o estilos, que supuestamente su propio ego no les hubiese permitido juntarse. En ese sentido, creo que hubo colaboraciones fabulosas. Pero también es claro que legaron esa especie de 'experimento comercial de marketing' que ahora es explotado de manera, en muchos casos, hinchapelotas”, reflexiona el melómano Eulo García.
“Las colaboraciones son algo común en el pop y el rock desde hace décadas, más concretamente desde los 70. En el jazz ocurre desde mucho antes. Creo que hoy, gracias a Internet, son más fáciles de realizar y más visibles, también”, agrega el ex comentarista de metal, rock y jazz, Rodrigo Carvallo Croskey.
Cuando la fusión funciona
El año pasado, para celebrar sus 10 años en streaming, Spotify reveló un ránking de las canciones más escuchadas en la plataforma. De las 10 seleccionadas, tres eran colaboraciones, entre las que se encontraba el rémix de Despacito, cantada por Luis Fonsi, Daddy Yankee y Justin Bieber.
Sobre este hit del verano de 2017 se cuentan muchas cosas: que en su etapa beta sonaba a una cumbia colombiana, que la impronta de Daddy Yankee fue un golazo en la producción, que fue la canción más escuchada del mundo y que ganó un récord Guinness por eso; que la versión con el cantante canadiense Justin Bieber triplicó su éxito y que uno de sus covers más emotivos (entre los tantos que tiene) es el de la surcoreana JeA.
Despacito es un claro ejemplo de lo que decía Oscar Sayavedra, ex director artístico y de márketing de los sellos EMI y BMG, en una entrevista para el diario El Mercurio (Chile): “El boom comenzó en Puerto Rico con las colaboraciones entre reguetoneros. Pero no es un fenómeno nuevo, sino uno progresivo que viene de la época del jazz y se hizo popular con el hip hop. Luego se expandió al reggae y de este pasó al reguetón”.
¿Un asunto artístico o una cuestión meramente comercial? El análisis es diverso. Para el sello discográfico Simple Music, los featuring son estrategias de marketing; respuestas ante los nuevos conceptos de “lo masivo”. “La tecnología eliminó los formatos antiguos. Lo físico casi no existe (cedé). Son tiempos más radicales, y eso obliga a buscar nuevas estrategias para perdurar en el tiempo y posicionar un tema, sobre todo con la cantidad de talentos que surgen por segundo. El acceso a los contenidos es mayor y efectivo, por eso la estrategia debe ser buena”, responde el gerente general de la firma, Óscar Troche.
Por su parte, Eulo García siente que esa abundancia actual de featurings es más una necesidad de la industria por sobre otros intereses artísticos musicales. “Sabemos que esta ha sufrido cambios radicales en los últimos 20 años, y pareciera ser que cada vez es más difícil mantenerse en los charts mediante la sola calidad musical o interpretativa de los artistas. Por eso, hay una búsqueda permanente de 'novedades' que, como se dice, sacudan la banca”, comenta.
Pamela Ruiz Díaz, del sello discográfico Planea Música, señala que en la industria, cuanto más novedoso y completo es el artista, mejor. “Un feat. ayuda a ampliar nuevos oyentes; a llegar a donde jamás se pensó. El público es exigente, quiere contenido todo el tiempo, y esto obliga al músico a estar en constante movimiento, creando, compartiendo, teniendo shows, etc.”, señala.
Puntos a favor
Los featuring son más frecuentes en la música urbana, en muchos casos como disparadores de artistas emergentes. Sin embargo, con el último disco de Madonna, Madame X, se puede comprobar que hasta los artistas de más trayectoria, a veces, necesitan un empujón. “Madonna está consagrada en la música, pero es de otra generación. Creo que las colaboraciones son ese salto al presente, casi casual, hacia nuevos fans”, destaca Pamela.
Sólo piénsenlo: ¿hubiese tenido la misma repercusión su disco sin los feat. con Maluma, Anitta, Swae Lee y Quavo? O qué me dicen del último lanzamiento de Ed Sheeran, No. 6 Collaborations Project, un álbum que habla por sí solo: featurings de pies a cabeza. Aunque de manera menos orgánica que en otras décadas, la tecnología sumó para que esto del feat. explote. “Hizo que grabar una canción sea más fácil, pese a que los artistas involucrados se encuentren en lugares diferentes del mundo”, explica Julio Troche, músico y productor de 4Kcho Records.
Rodrigo Carvallo concuerda en que lo digital favoreció para aumentar la producción de temas. “Hoy, se envían las pistas grabadas a un estudio y allí se mezcla todo. En cuanto al consumo, también. Porque nos pone al alcance del dedo del mouse o de la pantalla, una cantidad de música antes inimaginable. Por lo tanto, las colaboraciones se convirtieron en una forma de destacar en el variopinto menú musical, de por sí muy competitivo”, sostiene.
A quien siempre lo “acusan” de “hombre featuring” es a Pitbull. Y es que no le ha ido nada mal con esto, ya que sus mayores éxitos han sido colaboraciones (como On the floor con Jennifer López). “En gran parte sí es una cuestión de marketing, pero seguirá siendo la canción la que determine el éxito. Una buena canción pesa siempre más que quiénes la puedan interpretar”, opina la comunicadora de Planea Música.
Eulo defiende “la necesidad artística de complementarse” como la principal motivación para la creación de un feat. “En primer lugar, para intentar acercarse cada vez más a lo que un músico se imagina acerca de cómo debe sonar una canción; en segundo lugar, para que funcione verdaderamente, no tanto en el sentido comercial, sino laboral (contratos, conciertos, etc.). Y para que esto suceda, no basta solamente con que los músicos sean virtuosos, sino que exista una conexión sensorial que permita que la música funcione”, concluye.