Por Jazmín Gómez Fleitas
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Está compuesta de dos historias en paralelo que se van entretejiendo y acercando cada vez más hasta que, inevitable pero perfectamente, convergen. Por un lado tenemos a Marie-Laure, una adolescente francesa que vive en París con su padre; el cerrajero del Museo de Historia Natural. Ella está ciega y su padre se las ingenió con mucha creatividad para que ella pudiera conocer su entorno haciendo uso de todas sus habilidades. Sin embargo, más adelante descubrirá cuán importante era el trabajo de su padre allí.
Por la otra parte, tenemos a Werner en Alemania, un adolescente huérfano deslumbrado con las radios que se deja alimentar por la ciencia y la mecánica en complicidad con su hermana Jutta. Sus ganas de aprender, además de su inteligencia, no pasarán desapercibidas a las Juventudes Hitlerianas.
A medida que avanzamos con las páginas descubrimos el corazón mismo de sus protagonistas, sentimos lo que viven y somos testigos tácitos de cómo sus vidas se acercan lentamente cuando todo empieza a cambiar a su alrededor.
Anthony Doerr ya había escrito una recopilación de cuentos cortos antes y una memoria acerca de la paternidad, pero La luz que no puedes ver le tomó 10 años terminar. Muchos factores entraron en juego, uno de los cuales fue la amplia investigación que tuvo que realizar acerca de, por ejemplo, las radios que utilizaban los nazis. Estos, así como otros detalles tan bien explicados y sutiles en la narración, hacen que uno de verdad disfrute descubrir aun más, de una época ya conocida por lo controvertida y despiadada.
Viví este libro de principio a final, y como la esencia mismas de las historias radica en que todos nos detenemos en detalles totalmente distintos; solo me queda asegurarles que La luz que no puedes ver es una de esas lecturas que no los dejará iguales o insatisfechos.
«Novela imaginativa e intrincada, inspirada por los horrores de la Segunda Guerra Mundial y escrita en capítulos elegantes y cortos que exploran la naturaleza humana y el poder contradictorio de la tecnología»
Jurado del Pulitzer