¿Qué pasaría si cinco personas solitarias, perdidas y, aparentemente, sin nada en común se encuentran una noche en un bar?
Por: Micaela Cattáneo
Fotos: Gentileza
En el 2010, el título de esta obra llenaba las salas del Beckett Teatro de Buenos Aires. Su autor, el director, guionista, dramaturgo y actor argentino, Guillermo Hermida, trasladaba su historia a las tablas, donde cinco personajes que se reúnen en un bar, una noche, están ocupados en descubrir y evitar una verdad.
Cuarta Pared -un grupo de actores paraguayos de autogestión- lo acerca a la cartelera nacional a partir de una propuesta del director Jorge Báez. En el 2014, Jorge les había acercado el texto de la obra, pero recién este año pudieron concretar la puesta. De todas formas, el grupo ya conocía el trabajo de Hermida gracias a Como si afuera hubiese nada, estrenada ese mismo año por el grupo paraguayo Vakapipopo, en la cual Báez había participado como actor.
“A todos los que vimos nos había tocado en diferentes niveles”, recuerda Jazmín Ruiz Díaz. En el reparto la acompañan: Jorge Ratti como Cristóbal, Diro Romero como Pedro y Mario González Martí como Seba. “Pero debido al número de actrices en Cuarta Pared, esta vez el director decidió doblar los personajes femeninos: Fátima Flores Pompa y Jazmín Ruiz Díaz hacen de Emma; Mariel Balbuena y Claudia Laterza de Maxi (cada una en diferentes funciones y con propuestas del personajes bien diferentes)”, detallan los actores.
La Verdad Fugaz se estrenó ayer en el Café del Teatro Municipal y continuará hoy a las 20:00; los sábados 9 y 16 a las 21:00 y los domingos 10 y 17, a las 20:00. La puesta en escena que expone los diferentes abordajes de “la verdad” como tema central, en este adelanto contado por sus propios protagonistas.
Además de la propuesta que recibieron por parte de Jorge Báez, ¿el lenguaje accesible y contemporáneo que persiguen tuvo que ver también en la elección del texto?
Totalmente. Como grupo nos caracterizamos por una constante búsqueda de un lenguaje contemporáneo y urbano, por definirlo de algún modo. Y el trabajo de Hermida calzó perfecto. Sus obras se basan mucho en los diálogos y tocan temas recurrentes: relaciones, soledad, amor, rupturas, y en este caso específico, la verdad.
Esa verdad que aborda la obra, ¿está relacionada específicamente a las emociones, a los vínculos de amor?
A través de estos cinco personajes, vamos viendo diferentes perspectivas en torno a ella. Tiene que ver con la verdad en las relaciones de pareja, pero también con la verdad hacia uno mismo, hacia nuestras búsquedas personales y nuestras negaciones, pero también con la necesidad de negarla si eso hace falta para construir nuestra propia felicidad. Ojo, no es una obra con moraleja, la idea es que el público saque sus propias conclusiones, y se divierta en el proceso.
Entonces, ¿la obra podría ser un vehículo para reflexionar sobre esa “búsqueda del amor” que constantemente el ser humano se plantea?
Más que una búsqueda, se podría decir que muchos de los personajes están huyendo del amor y sus consecuencias y, a la vez, preguntándose sobre la veracidad de este y otros temas. Pero más allá de eso no se puede reducir La Verdad… a una comedia romántica porque sería limitarla. ¿Qué tienen para contarse estos cinco personajes? ¿De qué huyen? ¿Cuándo dicen la verdad y cuándo mienten? ¡Y cuánto miedo tienen de estar solos!
La estética del póster emite mucho misterio. ¿Podrían contar algo de sus personajes?
No queremos contar demasiado sobre los personajes porque creemos que es más entretenido que el público los descubra en escena y vaya conociendo “las verdades” que irán revelando sobre ellos mismos en el transcurso de la obra. Lo que sí queremos contar es que en esta ocasión, nos acompaña un particular cuerpo de baile integrado por Adriana Milessi, Ana Brítez y Katherin Thomas. Y destacar la participación de Nathalia Gaona, actriz del grupo, quien en esta puesta se estrena en el rol de asistente de dirección.
¿Cómo se dio la elección de Ratti para el elenco?
Nos gusta tener actores invitados en nuestras puestas porque nos ayudan a salir de nuestra zona de confort como grupo (somos 15 actores estables) y porque aportan su propia energía diferenciada. En ese sentido, la elección de Ratti no pudo ser más acertada. Es la primera vez que trabajamos con él pero se integró de una. Sabíamos que teníamos que traer a un actor de fuera del grupo para el papel de Cristóbal y pensamos muchísimo en quién tendría el perfil más indicado. En algún momento surgió Ratti entre las opciones y todos coincidimos en que era la persona adecuada.
¿Cómo fue la preparación del vestuario? ¿Es ahí donde se hace tangible lo de “un grupo de actores de autogestión”?
No sólo en el vestuario sino en todo el proceso de producción. Desde que nos juntamos para la primera obra en 2012, lo primero que nos interesó fue definir nuestra identidad de grupo y desde entonces, es un proceso contante de plantearse y replantearse diferentes preguntas. Como muchos de nosotros también trabajamos en áreas relacionadas a la moda, las artes visuales y la publicidad, la mirada y el cuidado estético pasaron también a formar parte de esa identidad.
En esta obra, trabajamos con Andrea Rolón Kanonnikoff como vestuarista. Ella es una joven artista que trabaja de cerca en la moda y su aporte fue crucial para el particular universo estético de La Verdad Fugaz. En esta oportunidad, Viuda Ramírez y L’Uomo apostaron por el grupo.
La dinámica de la obra es diferente ya por el hecho de montarse en un bar. ¿Qué lugar ocupará el público en la obra?
La idea es que el público sea testigo cercano de lo que pasan estos personajes en el bar. Por eso, elegimos el Café del Teatro Municipal. La intención es que sea una experiencia de teatro un poco más intimista, que el público esté cómodo y hasta pueda pedirse una cerveza antes de empezar la función.