Te presentamos algunos de los pueblos más atractivos de Francia, los que ostentan el título de ser los más bellos del país y que tienen como denominador común el estilo romántico de sus casas, castillos y calles. Desubrí las joyas escondidas de estos destinos, que de seguro enamoran a cualquiera que las visita.
Por: Nora Vega
LOCRONAN
Un pueblo peatonal que invita amablemente a conocer la zona caminando. Elegantes casas con refinados tragaluces esculpidos rodean la plaza. Todo aquí está hecho en granito, culminado con tejados negros, como una obra de arte que permite disfrutar de un pintoresco viaje en el tiempo. Tiene menos de 1000 habitantes y un interesante patrimonio arquitectónico muy bien conservado.
No perderse: la montaña de Locronan culmina a 289 metros, una altura suficiente para gozar de panorámicas increíbles de la bahía de Douarnenez y la península de Crozon. A sus pies, Sainte-Anne-la-Palud extiende sus dunas.
BELCASTEL
En este pueblo te esperan escenas con gran encanto y selladas por sus casas de piedra. Presidido por un castillo, cuya primera construcción se remonta al siglo XI, podrás cruzar un puente de piedra del año 1480 y que lo construyeron los mismos arquitectos del Puente de Avignon.
No perderse: una visita al Castillo de Belcastel, es indiscutible. Uno de los castillos más hermosos del Aveyron.
CORDES SUR CIEL
Situado en el departamento de Tarn, Cordes sur Ciel es un pueblo muy turístico. Por sus estrechas calles podrás ver numerosas casas góticas de gran atractivo, ya que conserva el ambiente medieval de casas de piedras y también entramadas. El comercio de la tela, seda y cuero han impulsado económicamente, atrayendo a los comerciantes, cuyas residencias lujosas son todavía visibles en el centro de este poético lugar.
No perderse: subir las empinadas cuestas empedradas de este hermoso pueblo. ¡No vas a poder dejar de sacar fotos!
MONTJOI
También situado en el departamento de Tarn y Garona, este es un lugar que vale la pena detenerse a contemplar. Montjoi se remonta al siglo XIII, y en la actualidad, mantiene su configuración amurallada. Una vez que entres por su puerta principal de estilo gótico, vas a poder pasear por sus dos calles paralelas, con suelo empedrado y casas de piedra. Muy romántico.
No perderse: un paseo por el sendero que rodea la muralla.
EGUISHEIM
Otro pueblo que obliga a hacer un alto es Eguisheim, que también figura siempre en las listas de los pueblos más bellos de Francia. Este pueblo del Alto Rin, en Alsacia, es como un cuento de Navidad, con sus casas entramadas, sus torres y sus fuentes. Es también considerado la cuna del vino de Alsacia. Aquí, los primeros viñedos fueron plantados por los romanos en el siglo IV y desde entonces, generaciones de viticultores han unido experiencia y sabiduría para obtener unos vinos de fama mundial.
No perderse: en una colina arbolada a 5 kilómetros del pueblo se encuentran los restos de los tres castillos de Eguisheim, de los cuales solo quedan tres torres. Desde allí, la vista sobre el valle, el pueblo y los viñedos es simplemente magnífica.
MOSSET
Está clara la impronta cultural, artística e histórica que invade a la región del Languedoc-Rosellón, y Mosset no es la excepción. La mejor opción es comenzar el recorrido en la Oficina de Turismo. Al lado, una torre de estilo medieval llamada “La Tour des Parfums” (la Torre de los Perfumes), que está preparada siempre con nuevas experiencias y algunas sorpresas. No te vas a arrepentir de conocer este lugar.
No perderse: su iglesia, un lugar curioso y que actualmente otorga una identidad especial a Mosset.
SAINT CIRQ LAPOPIE
Uno de los pueblos más bonitos es el de Saint-Cirq Lapopie, declarado monumento histórico gracias a su arquitectura medieval, que aún se puede admirar en las fachadas de piedra o de madera de los siglos XIII a XVI. También se destaca como destino predilecto de intelectuales, entre ellos el famoso André Bretón, líder del movimiento surrealista.
No perderse: cualquiera de sus 13 monumentos históricos.
BARFLEUR
Este pequeño puerto de pesca es uno de los más pintorescos de la provincia de la Manche. Aquí se degustan los famosos “Mejillones de Barfleur”, pescados en alta mar. Este pueblo costero de Normandía es uno de los más lindos y se destaca por los barcos que se mecen en las aguas del canal. Casas de granito, pequeños restaurantes en el puerto y una iglesia atípica, completan el escenario de postal.
No perderse: todo aquel viajero que ponga un pie en esta tierra debe visitar su iglesia y probar sus famosos mejillones.
ROCHEFORT-EN-TERRE
La preservación de su patrimonio, su autenticidad y calidad arquitectónica, hace que este pueblo también esté catalogado como “Petit cité de caractere”, una catalogación que sirve para promover turísticamente a los pequeños municipios rurales con encanto e historia en Francia. Sus casas de granito del siglo XVI y XVII con miles de flores de colores que adornan sus ventanas, la convierten en un pueblo con encanto único.
No perderse: una visita al castillo de Rochefort-en-Terre, el lugar de encuentro de los artistas.
ESTAING
Esta pequeña ciudad se encuentra acurrucada al pie del castillo que la domina y que durante siglos le proporcionó protección. En el camino de Santiago, en el corazón del valle del río Lot, justo antes de llegar a Entraygues-sur-Truyère, Estaing presenta algunos edificios notables como castillos, iglesias y un puente gótico. Además, se puede apreciar la rica arquitectura de este pueblo medieval.
No perderse: el puente gótico que cruza el río Lot está clasificado Patrimonio Mundial de la UNESCO como parte del Camino de Santiago.
COLLOGNES LA ROUGE
Tiene como seña de identidad sus casas de piedra roja y para coronar este paisaje tan característico, los tejados son todos negros. Curiosear en sus tiendas de artesanía es una actividad recomendada, para luego tomar un rico café o comer en unos de sus restaurantes tradicionales. Como curiosidad, en este pueblo francés nació la idea de la denominación de “Les Plus Beaux Villages de France” (Los pueblos más bonitos de Francia).
No perderse: realizar un paseo en globo aerostático para disfrutar de los bellos paisajes.
LOURMARIN
En pleno corazón de la Provenza se encuentra otro pueblo bello de Francia. Su estilo provenzal atrapa a todo aquel que la visita, ya que tiene el paisaje que uno siempre se imagina: un pueblito pequeño, con aire bohemio, con una esencia mediterránea pura, repleto de cafés y galerías de arte por cada esquina, con tiendas encantadoras. A la zona le pone el broche final el típico olor a lavanda. ¡Una verdadera postal!
No perderse: conocer el Chateau de Lourmarin que en verano se convierte en una residencia para artistas (pintores, escultores y músicos) y responde al apodo de La Petite Villa Médicis de Provence.