Por: Javier Barbero
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Es esa capacidad que en poco más de dos segundos nos permite valorar si una persona es de fiar o no. O decidir que es un NO aunque la mente se empeñe en parlotearnos diciéndonos que SI. La intuición es el lenguaje del alma guiada por el sendero de la experiencia inconsciente escondida en nuestro cerebro.
La intuición nos permite ser más receptivos a nuestro mundo interior y para Albert Einstein es “lo único verdaderamente importante”. La inteligencia intuitiva para el especialista Howard Gardner es un atributo sumamente necesario. Como una brújula interna. Un sabio escondido en el corazón -más allá de la razón- desde donde somos guiados.
Cuando seguimos una “corazonada” actuamos de acuerdo a nuestra esencia, valores, emociones y valoraciones obtenidas de acuerdo a nuestras experiencias previas. Daremos un paso con adecuado equilibrio interior.
La inteligencia intuitiva nos permite tomar decisiones más rápidas o, al menos, disponer de ese otro tipo de información “más íntima” para poder contrastarla con un punto de vista más racional o convergente.
Algunos tips para potenciar esta capacidad:
Escuchá tu voz interna. El elemento principal que distingue a alguien intuitivo de alguien que no lo es está en que el primero se detiene a escuchar, en lugar de ignorar, la guía de sus intuiciones y sentimientos físicos.
Permitite estar solo/a. Dejar el chat, la tele o lo que estás haciendo para sentarte un rato sin distractores te permitirá darte cuenta cómo te sentís en relación a alguien o a algo.
Meditá. El autoconocimiento que llega por medio de la meditación, poniendo atención a nuestra experiencia presente sin hacer un juicio de valor, nos ayuda a entender mejor nuestro ser y a actuar de acuerdo a quienes somos.
Escuchá a tu cuerpo. Si alguna vez te han dado náuseas o dolor de panza cuando sabías que algo estaba mal pero no sabías exactamente qué, podés entender que la intuición puede causar sensaciones físicas en el cuerpo.
Siempre tenemos un sentido intuitivo acerca de la gente en nuestra vida. A un nivel profundo, sabemos diferenciar a las personas que se comportan de manera honesta o que tienen una máscara puesta. El problema es que regularmente estamos demasiado ocupados como para escuchar nuestras “corazonadas”.
Hagamos una pausa. El sabio interior, tu sexto sentido, tu Dios interno, la voz de tu padre que partió hace tiempo… Todas esas manifestaciones son parte de esa misma inteligencia poderosa que nos guía y que nos cuida.