El Consejo Islámico de la Fatwa (CFI) anunció la semana pasada que había decidido que la organización terrorista Hamás fuera acusada con el cargo de “violar las leyes del sagrado Corán” cuando algunos gazatíes dieron testimonio de su vida la franja en una serie documental. La fatwa es un pronunciamiento legal en el Islam, emitido por un especialista en ley religiosa sobre una cuestión específica.

En un movimiento muy llamativo el CFI anunció que Hamás es responsable de su corrupción orgánica y de los actos de terror que infligen a los civiles palestinos de Gaza. También recalcó en su comunicado que prohibe “rezar, unirse, financiar, apoyar o luchar por Hamás” y agregó que el movimiento islamista terrorista que gobierna Gaza a la fuerza se adhiere a la ideología de los Hermanos Musulmanes, que el Consejo considera que “difama al islam y actúa en oposición a la corriente mayoritaria de unidad de la teología y jurisprudencia islámica”.

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Esta decisión sin precedentes fue publicada por el CFI, un cuerpo no gubernamental de clérigos sunitas, chiitas y sufíes que tienen su base en la ciudad iraquí de Najaf.

“Es responsabilidad de los Seminarios Islámicos adoptar una postura clara y firme ante las acciones inhumanas de Hamás”, decía el comunicado del influyente cuerpo de religiosos. “El Consejo Islámico de la Fatwa ha revisado una extensa documentación sobre el comportamiento de Hamás hacia los palestinos en Gaza, incluidos sus testimonios publicados recientemente”.

El comunicado del CFI hacía referencia a la serie documental “Susurrados en Gaza”, una creación del Centro de Comunicaciones para la Paz, con sede en EEUU, que utilizó tecnología de animación y alteración de la voz para proteger la identidad de los testimonios recogidos en la Franja de Gaza y ofrecer una visión infrecuente y sin filtro de la vida en el enclave palestino asolado por la pobreza y asediado, principalmente, por sus gobernantes: Hamás.

Según el Consejo, la decisión de emitir el fallo legal, la fatwa islámica, se produjo después de la publicación de esos testimonios. “En la tradición islámica, una fatwa es precedida por una petición de un musulmán creyente llamada ‘istifta’”, explica Joseph Braude, presidente de la organización Centro de Comunicaciones para la Paz. “Susurrado en Gaza, visto cinco millones de veces en las semanas siguientes a su estreno, desencadenó una protesta civil en todo el mundo musulmán y generó innumerables solicitudes de un fallo legal islámico sobre si Hamás está en condiciones de gobernar”.

Hace unas semanas, un miembro del comité investigador del Consejo de la Fatwa entró en contacto con el Centro de Comunicaciones para la Paz para interesarse por la autenticidad de los testimonios. “Le respondimos, como hicimos con varios de nuestros socios en los medios de comunicación, convocando una proyección privada con el material original”, detalló.

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Al ser preguntado en rueda de prensa por qué ahora se emite está fatwa, que si bien no es vinculante, se considera muy influyente en el mundo musulmán, el portavoz del organismo, el jeque Muhammad Ali al-Maqdisi, contestó: “Hemos visto cómo está sometida Gaza bajo el gobierno de Hamás. Hemos visto también las atrocidades que, desde nuestro punto de vista, se han perpetrado contra los palestinos -fieles y civiles desarmados-, que no tienen ni fuerza ni recursos. Creemos que es nuestra obligación como musulmanes ayudar a los oprimidos”.

Pero no se quedó ahí, también dijo: “Agregaría que esta no es solo la posición del Consejo de Fatwa, sino también la posición del Consejo de Académicos Superiores de Arabia Saudita y el Consejo de Fatwa de los Emiratos Árabes Unidos”.

Se le preguntó al portavoz si la fatwa sería aceptada en el mundo árabe o si sería conflictiva. “Primero, con respecto a nosotros como cuerpo legal islámico, trabajamos sobre la base de nuestro mandato islámico”, respondió. “Segundo, anticipamos que la sociedad [musulmana] apoyará a los oprimidos en Gaza y adoptará esta posición también”.

Hamás es designada como organización terrorista por EEUU, la Unión Europea e Israel, entre otros países (incluido Paraguay). Mantiene un control férreo sobre Gaza desde que se apoderó violentamente del territorio en 2007 después de que Israel se retirara unilateralmente en 2005. El grupo, que recibe financiación y entrenamiento de Irán, impone un estricto código islámico a sus más de 2 millones de residentes mientras continúa luchando contra Israel, lanzando cohetes y artefactos incendiarios hacia territorio israelí.

Colaboración de Fuente Latina.

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