El pasado 1 de enero, el presidente ucraniano, Volodimir Zelenski, difícilmente pensaba que se convertiría en el personaje del 2022. Entonces, se enfrentaba al malestar de su población y la invasión rusa era solo una advertencia de los servicios de inteligencia estadounidenses.

La aureola de novedad de este actor y cómico que dio el salto a la política en 2019 se había desvanecido y su popularidad era baja a causa de los problemas económicos y sociales de Ucrania. El conflicto con los separatistas prorrusos del Donbás continuaba enquistado, a pesar de que Zelenski había centrado su campaña presidencial de 2019 en la promesa de resolverlo de manera pacífica.

Sus rivales eran conscientes de su debilidad y en la población planeaban las dudas de si era la persona adecuada para llevar las riendas del país. “Pero todo cambió el 24 de febrero”, asegura el politólogo ucraniano Volodimir Fesenko, en declaraciones a la AFP. A primera hora de la mañana de ese fatídico jueves, el presidente ruso, Vladimir Putin, anunció el comienzo de la intervención del ejército ruso en Ucrania.

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“Estamos todos aquí”

La invasión rusa representó un momento histórico en un espacio postsoviético marcado por las tensiones entre Rusia y sus vecinos, tres décadas después del hundimiento de la URSS. También fue un momento clave en la trayectoria de Zelenski, que pasó de ser un presidente en apuros al líder de la resistencia militar de Ucrania.

El primer día de la invasión, “hubo rumores de que Zelenski huiría, ya que daba la sensación de que era un presidente débil, que no sería capaz de resistir a la presión militar ni de encarnar a un líder en tiempos de guerra”, recuerda Fesenko. Pero el presidente ucraniano no huyó y lo mostró en un video en las primeras horas del conflicto: “Estamos todos aquí, defendiendo nuestra independencia y nuestro país”, dijo mirando directamente a la cámara.

Desde el inicio de la invasión, que provocó miles de víctimas y millones de refugiados, Zelenski pronunció todas las noches un discurso televisado, hasta 286 veces. El mandatario suele pedir en sus intervenciones un mayor esfuerzo a Estados Unidos y los países europeos en el envío de ayuda militar a Ucrania y la adopción de más sanciones económicas contra Rusia.

Cuando estalló el conflicto bélico, Zelenski se mostró en la capital ucraniana, lejos de los rumores de que huiría del país. Foto: Archivo.

“Servidor del Pueblo”

“Antes de la guerra, muchos trataban a Ucrania como un Estado fallido y a Zelenski como un dirigente débil, que no era del todo competente”, explica Fesenko. “La guerra cambió radicalmente en sentido positivo la actitud de la gente respecto a Zelenski. Pero él también cambió”, añade este politólogo.

Zelenski nació en el seno de una familia judía en la localidad meridional de Kryvyy Rih, en uno de los territorios de habla rusa del sur de Ucrania. En 2015, un año después del inicio de las tensiones en Ucrania con la revuelta de Maidán y la anexión rusa de Crimea, Zelenski se hizo famoso gracias a su papel protagonista en la serie “Servidor del Pueblo”.

Representaba en esa comedia a un profesor de historia más bien ingenuo que lograba ser elegido presidente tras una discusión con un compañero sobre la corrupción que se había hecho viral. Unos años después, Zelenski decidió presentarse a las presidenciales de la primavera de 2019, que ganó con ventaja (73% de los votos en la segunda vuelta) gracias a su imagen “de hombre ordinario que quería sacudir el sistema”.

La popularidad del presidente ucraniano hizo que se las televisiones busquen los derechos de "Servidor del pueblo", creada en 2015. Foto: Archivo.

El verdadero desafío

Su bagaje como actor le sirvió para desenvolverse con habilidad a lo largo de la batalla comunicativa durante los nueve meses de conflicto. “No utiliza un lenguaje diplomático ni políticamente correcto. Pide sin rodeos lo que Ucrania necesita para sobrevivir a la guerra”, explica a la AFP Sergiy Leshchenko, un experiodista y político ucraniano.

Por ejemplo, después de que acusaran al ejército ruso en septiembre de bombardear a civiles en la localidad de Zaporiyia, el presidente ucraniano tachó a los soldados enemigos de “escoria sanguinaria” y a Rusia, de “Estado terrorista”.

Otro momento icónico fue cuando visitó la localidad de Bucha, en la periferia de Kiev, donde hallaron a civiles muertos con disparos en la cabeza y con las manos atadas a la espalda, pocos días después de que las tropas rusas se retiraran de la ciudad. Tras ese episodio, el mandatario endureció su posición respecto a unas posibles negociaciones de paz con Rusia y aseguró que estas no serían posibles mientras Putin siguiera como presidente.

No obstante, Zelenski también protagonizó algunos momentos polémicos, como el 15 de noviembre, cuando un misil cayó en un pueblo polaco cercano a la frontera con Ucrania y provocó dos muertos. El presidente ucraniano atribuyó ese incidente al ejército ruso, pero Polonia y la OTAN afirmaron que “probablemente” era un misil de la defensa antiaérea ucraniana.

Su firme posición contra Rusia le valió elogios por parte de la población ucraniana, pero alentó la incertidumbre respecto a una guerra para la que no se atisba un final. “Debe mantener el ánimo de la resistencia de la sociedad ucraniana, pero al mismo tiempo fortalecer el apoyo de los países occidentales”, explica Fesenko. “El cansancio por la guerra es un verdadero desafío” para Zelenski, añade.

Fuente: AFP.

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