Hace exactamente unos dos años se daba a conocer sobre el talento del paraguayo César Luciano Sanabria, quien se convirtió en el primer arquitecto del populoso barrio Villa 31 en Argentina, de esta forma marcaba historia tanto para Paraguay como en el vecino país. Recientemente lanzó su primer libro denominado “La 31, una historia de resistencia”, donde relata sobre su vida en su querido barrio y cuenta con varios proyectos para mejorar su querida villa.

El arquitecto César Sanabria, de 38 años, es un compatriota que cuando tenía dos años tuvo que viajar con toda su familia hasta Argentina en busca de una mejor condición de vida, pero desde pequeño tuvo que pasar por un montón de situaciones para llegar a lo que es hoy, un profesional humilde, talentoso y con ganas de ayudar. “Me recibí como arquitecto en la Universidad de Buenos Aires (UBA) y actualmente soy docente universitario. También soy estudiante de periodismo”, dijo muy orgulloso en entrevista con La Nación – Nación Media.

Explicó que llegó a Buenos Aires junto su madre Ramona Sanabria, quien al ver que muchos compatriotas viajaban para dar un mejor futuro a sus hijos, decidió emprender viaje. “Es así que mi mamá siendo madre soltera me crió junto a mis hermanos, sola. A mi padre nunca lo conocí y no se hizo cargo de mí. Somos una familia muy humilde”, relató. Agregó que su madre vivía con sus padres de la agricultura en Caacupé y que una vez que arribaron al vecino país fueron criados en base al trabajo.

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César Sanabria calificó a su madre como una verdadera mujer paraguaya, luchadora y trabajadora. Foto: Gentileza.

Una mujer trabajadora

“Venir del campo fue lo que impulsó a mi madre y a mi tía Angélica (actualmente reside en Asunción), a la cultura del trabajo, a siempre trabajar y cumplir sus metas. Mi mamá nunca supo leer y escribir, y hasta ahora trabaja, tiene 63 años y varios años trabajó en negro como empleada doméstica, pero estoy haciendo todo lo posible para que pueda jubilarse”, resaltó.

Aseguró que como toda mujer paraguaya ella sigue adelante con su trabajo y pese a tener la edad para jubilarse, doña Ramona no piensa dejar de trabajar. “Trabaja hasta ahora, como es la raza guaraní siempre queremos trabajar a pesar de la edad. Mi familia siempre fue trabajadora y el primer lugar donde nos asentamos fue en Palermo, donde mi mamá conoció a mi padrastro a quien siempre lo vi como mi papá”, indicó.

Sanabria resaltó que su padrastro era paraguayo y que por varios años fue encargado de un edificio en la citada ciudad donde vivieron con él. Apuntó que este hombre también se dedicaba a la construcción y durante esos años de trabajo juntó una suma de dinero para comprarse una casa propia en la ciudad de Retiro en la Villa 31, donde sigue residiendo con toda su familia. “Ahí fuimos a asentarnos como familia en la famosa Villa 31 de Argentina”, manifestó.

Contó que ese día se inició una nueva oportunidad para la familia y que con el apoyo de sus tías llegaron a este barrio donde aprendió mucho. “Mi padre siempre se dedicó a la construcción y vivíamos en una casa muy modesta construida con chapas, madera y cartones. Ya cuando crecí empecé a acompañar a mi padre en sus changuitas en la construcción y fueron mis primeras aproximaciones hacia mi vocación”, dijo.

El compatriota afirmó que nunca abandonará su querida Villa 31. Foto: Gentileza.

Abrazó la arquitectura

Resaltó que en su adolescencia lamentablemente perdió a su padre y tuvo que hacerse cargo de su familia. “Junto a mi madre tuve que hacerme cargo de la economía familiar, en ese entonces había nacido mi hermana menor y tuve que salir a buscar trabajo. Fui a trabajar en construcción como ayudante y siempre tuve curiosidad hacia este trabajo. Cuando terminé la secundaria me inscribí en el CBC y empecé a estudiar mientras trabajaba en construcción”, manifestó.

La secundaria lo realizó en el bachiller y no en la tecnicatura en arquitectura, por lo que le costó mucho poder ingresar a la carrera, pero con mucho esfuerzo lo logró, según indicó. “Fue muy sacrificado, aprobé materia por materia y ahora soy felizmente profesional. Soy docente en una de las mejores universidades del mundo y siempre trato de incentivar a los chicos del barrio hacia el estudio. Trato de conseguirles becas mediante entidades privadas y que tengan la misma oportunidad que yo. La educación es el camino”, afirmó.

Hay que destacar que hasta la fecha, el arquitecto César Sanabria reside en el barrio Villa 31 donde sigue ayudando a sus vecinos y especialmente a los jóvenes de la villa, una zona que siempre es rechazada por la sociedad. “Yo me voy a quedar a vivir en mi querida villa mientras Dios me dé salud y vida. Y con un pequeño aporte que es mínimo lograr la transformación urbana y social de mi barrio”, afirmó.

Así también, resaltó que en la Villa 31 hay muchos profesionales y que tal vez el sea el primer arquitecto, pero que dentro del barrio hay muchas personas que lucharon y luchan por cumplir sus sueños de ser profesionales para ayudar a su gente. “Acá tenemos doctores, enfermeras, abogados y muchos más profesionales para lograr una trasformación. Yo siempre estoy para orientar a los chicos y que no dejen de estudiar, especialmente la secundaria, porque en zonas pobres hay mucha deserción escolar”, lamentó.

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El compatriota impulsó los premios "Padre Carlos Mujica", que fue declarado de interés nacional en Argentina. Foto: Gentileza.

Proyectos

Entre sus proyectos, el compatriota contó que tiene un plan para la construcción de un hospital de alta complejidad dentro de la villa, ya que existe una población muy importante en la zona y que necesita de asistencia. “Somos más de 70.000 personas que vivimos en la precariedad y el acceso a la salud es bastante deficiente, por lo que presenté el proyecto a las autoridades para mejorar el sistema sanitario y espero que se cumpla”, señaló.

Otros de los proyectos que tiene en mente es tener un espacio terciario y universitario dentro del barrio, que sea dependiente de la UBA, como una carrera técnica para ayudar a los jóvenes que terminan la secundaria. “El plan es el de tener una escuela técnica en el barrio, que sea una extensión que ya hay en el sur de la ciudad. Sería bueno tener uno de eso planes en la villa también”, expresó.

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César Sanabria impulsa varios proyectos para mejorar su barrio. Foto: Gentileza.

Un libro, charlas y asociación

Entre sus logros tras convertirse en arquitecto destacó su último libro al que denominó “La 31, una historia de resistencia”, en la que relata toda su vida como residente de este barrio conocido como Villa 31 que, sin embargo, desde el 2018 por ley pasó a llamarse “Padre Carlos Mujica”. El lanzamiento fue durante la Feria Nacional del libro en Argentina 2022. “Es un libro donde cuento la génesis del barrio y la mía, sobre los proyectos que hice”, aseguró.

Así también, habló sobre la primera Charla TED que se realizó durante la pandemia bajo el lema “Visibilizar voces de la villa”, donde se reunieron varios oradores de distintas villas para ser las voces de su gente. “Fue todo un éxito y logró su cometido. Fue la primera que se realizó en un barrio humilde”, resaltó Sanabria.

En el 2018, el compatriota recibió la invitación del papa Francisco para visitar la Santa Sede para hablar sobre las proyecciones con los niños y niñas del barrio. “Hablamos sobre el proyecto que tenemos con los chicos de la Asociación Principitos del Retiro, que forma parte del barrio y donde inculcamos los valores hacia el estudio y la lucha para salir adelante”, apuntó.

Habló sobre el crecimiento de los premios Padre Carlos Mujica que instauró desde hace varios años en su barrio y que fue declarado como interés nacional. “Los empecé a entregar en una canchita del barrio hace siete años, que busca reconocer a personas que se destaquen en el ámbito social y hoy en día tengo la oportunidad que se haya declarado de interés nacional del palacio de la democracia en este caso del Congreso de la Nación y los entrego ahora ahí”, celebró.

El paraguayo lanzó su libro denominado "La 31, una historia de resistencia". Foto: Gentileza.

Un lazo con paraguayos

El connacional manifestó que en la villa residen muchos paraguayos con los que comparte todo el tiempo y que siempre mantienen tradiciones que les fueron inculcadas por sus padres. “Acá hay muchísimos compatriotas, siempre me cruzo con ellos, jugamos a la pelota y tomamos tereré. Hay una gran población de paraguayos con los que tengo contacto frecuente”, remarcó.

Afirmó que hace varios años que no visita a sus familiares en Paraguay por cuestiones laborales, pero que siempre se mantiene en contacto especialmente con sus tías, abuelos y hermanos que tiene en Caacupé como en Asunción. “Tengo planes de hacer un viaje y visitarlos, pero siempre mantenemos el contacto”, puntualizó.

Por último, Sanabria hizo una mención muy especial para su amigo y maestro Juan Domingo Romero, presidente de la Asociación Principitos de Retiro, donde aprendió varios de los valores que hoy imparte a los chicos. “Me uní a esta asociación cuando era adolescente. Él (Juan Domingo Romero) me enseñó muchos de los valores que yo sé hoy en día. Le agradezco que me haya sumado a su sueño de poder hacer felices a los chicos de mi comunidad”, concluyó.

El connacional también es docente de la UBA y estudia periodismo. Foto: Gentileza.

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