Por Juan Carlos dos Santos
juancarlos.dossantos@gruponacion.com.py
Entre los pabellones más visitados en la Exposición Universal Dubái 2020, en Emiratos Árabes Unidos (EAU), se encuentra el de la potencia asiática del sol naciente, Japón, que junto con India y EEUU comparten el podio de contar con las más largas filas de visitantes, quienes aguardan horas de manera paciente el turno para iniciar el recorrido por el atractivo sitio dedicado a la historia y a la cultura nipona.
La primera vez que intenté realizar el recorrido, los miembros del staff japonés advertían a los visitantes que se podría permanecer en la fila por al menos dos horas, lo que me llevó a tomar la decisión de regresar al día siguiente. Para mi desgracia, la fila había aumentado de manera considerable y la espera se extendía a más de tres horas.
Ya cerca del final de la cobertura, el día 5 de enero pasado, algunos integrantes del pabellón de Japón contrajeron COVID-19 y los encargados decidieron cerrar parte del mismo para habilitar de manera exclusiva a visitantes con reservas o medios de prensa, pero solamente dos salas de las cuatro con que contaba la edificación. Similar situación vivieron países como Rusia, Corea del Sur o Uruguay, que afectados por brotes de coronavirus cerraron por algunos días parcial o completamente sus pabellones.
Mezcla de origami con diseños árabes
El exterior del pabellón de Japón, combinación de diseños de la cultura árabe del Medio Oriente con el tradicional origami japonés, arte milenario que consiste en el plegado de papel sin usar tijeras ni pegamento para obtener figuras de formas variadas, es uno de los más llamativos del evento más grande e importantes del mundo, el primero de este tipo que se realiza en el Medio Oriente y para el cual el emirato de Dubái invirtió cerca de 7 mil millones de dólares, con la firme intención de convertirlo en el de mayor trascendencia de la historia.
A pesar del recortado recorrido por razones comprensibles, los japoneses fueron capaces de lograr que los visitantes se sientan inmersos en la atractiva, milenaria y misteriosa cultura y costumbres orientales, con un recorrido narrado que va ubicando en las diferentes etapas de la historia japonesa, desde sus albores hasta un presente que los mantiene en la cúspide de la tecnología y el desarrollo humano y político.
Aprendiendo en la niebla
Una gran sala en penumbras rodeada de niebla permite a los casi 30 visitantes observar a través de una pantalla con imágenes intencionalmente difusas y una narración inquietante las diversas etapas del desarrollo de una nación floreciente, actor fundamental en la geopolítica de la región Asia-Pacífico y gran muro a las ambiciones expansionistas de la actual China continental.
Las cuatro estaciones del año bien definidas se muestran en una enorme pantalla, que más tarde invita al visitante a ingresar a cada una de ellas para continuar el recorrido, siempre acompañado por la narración en inglés, pero ya en el contexto de la estación elegida, aunque luego se va rotando hasta completar las cuatro.
Lea además: Exposición Universal en Dubái: “El mejor secreto de Sudamérica, es Paraguay”
Geishas, samuráis y Mazinger Z
Un recorrido que lleva a la era de los samuráis, sus costumbres y forma de vida hasta las técnicas de creación y diseño de personajes animados tan famosos y que marcaron la niñez y juventud de varias generaciones mantienen en un estado de sopor a los visitantes, que solo atinan a cambiar la mirada cuando en las otras salas contiguas la pantalla reproduce algo que les resulta más llamativo.
Así se puede pasar de observar un baile de geishas o luchadores de sumo en plena faena de combate a descubrir los trazos que, desde el papel, dieron vida a personajes de series animadas de la televisión como Mazinger Z, el Gato Cósmico, Astroboy o Dragon Ball.
Le puede interesar: Expo Dubái danza la “Galopera” y grita ¡Viva el bravo Paraguay!
El arte de lo corriente
Tras el alucinante como hipnotizante recorrido por las “cuatro estaciones”, el recorrido pasa a la segunda y última sala habilitada, lastimosamente. En ella se muestra el increíble trabajo artístico que enseña de manera sencilla, pero espectacular, lo que es Japón, pero hecho con materiales absolutamente corrientes y que forman parte de nuestro día a día en casi todas las culturas de la humanidad.
Un planeta Tierra orbitado por pequeños satélites, hechos con un material que asemeja a un helado en cucurucho o viajes espaciales diseñados sobre pedazos de quesos llaman la atención de los visitantes que descubren los materiales con que los artistas nipones crearon estas maravillosas obras de arte.
Todas están protegidas dentro de pequeños domos de cristal y colocados en una sala con techo y paredes que representan a la noche, repletas de pequeños reflejos de luces de colores y paisajes urbanos modernos, poniéndose a tono con toda la Exposición Universal en Dubái, que es una explosión de luces y colores por todas partes.
Espera justificada
Aun sin poder recorrerlo en su totalidad, el pabellón de Japón deleitó a sus visitantes en esa ocasión y con solo ese breve recorrido comprendimos y le dimos la razón a las cientos de personas que pacientemente formaban fila por varias horas los días anteriores, esperando el momento de ingresar al maravilloso recinto japonés.
La Exposición Universal 2020 Dubái culminará el próximo 31 de marzo del presente año y se espera que más de 25 millones de personas lo visiten en el lapso de seis meses que dura la muestra mundial más importante realizada hasta ahora.