El saudita detenido en Francia, sospechoso de ser un miembro del comando implicado en el asesinato del periodista Jamal Khashoggi en 2018, no es la persona buscada por Turquía y fue puesto en libertad, anunció el miércoles el fiscal general de París.
El hombre, que fue detenido a raíz de una orden de arresto internacional de las autoridades judiciales turcas, no corresponde al sospechoso “tras verificaciones en profundidad sobre la identidad de esta persona”, dijo Rémy Heitz en un comunicado, agregando que fue “puesto en libertad”. “Es un homónimo casi perfecto”, dijo a la AFP una fuente cercana al caso.
El hombre, que presentó un pasaporte con el nombre de Khalid Alotaibi, fue detenido por la policía fronteriza del aeropuerto Roissy Charles-de-Gaulle cuando se disponía a tomar un vuelo con destino Riad y se activó la notificación roja de Interpol en los controles, según había indicado una fuente próxima al caso.
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Fue puesto en detención judicial en el marco de la orden de arresto internacional emitida por Turquía. Las autoridades francesas ordenaron las verificaciones consiguientes, pero la embajada de Arabia Saudita en París aseguró el martes por la noche que “el ciudadano en cuestión no tenía ningún vínculo” con el asesinato de Jamal Khashoggi y exigió su “liberación inmediata”.
Una fuente de los servicios de seguridad sauditas afirmó que “el verdadero Khalid Alotaibi y todos los otros acusados en este caso estaban encarcelados en el reino” saudita. “Hay cientos de sauditas con este nombre”, señaló.
Crítico con el poder saudita, Jamal Khashoggi se exilió en Estados Unidos en 2017, temiendo un arresto tras haber criticado al príncipe heredero saudita Mohamed bin Salmán, conocido como MBS; y colaboraba con el diario Washington Post. Fue asesinado el 2 de octubre de 2018 en el consulado saudita en Estambul por un equipo de agentes procedentes de Arabia Saudita. Tenía 59 años. Su cuerpo, desmembrado, nunca fue hallado.
“Descuartizado”
El 2 de octubre de 2018, Jamal Khashoggi entra al consulado saudita de Estambul, según una imagen de la cámara de vigilancia publicada por el Washington Post, medio con el que colabora. De acuerdo con su novia, había ido para efectuar gestiones administrativas sobre su boda. El 5 de octubre, el príncipe heredero afirma que Khashoggi entró, efectivamente, en el consulado y que salió poco tiempo después.
Una fuente cercana al gobierno turco afirma al día siguiente, sin embargo, que “el periodista ha sido asesinado en el consulado por un equipo llegado especialmente a Estambul que se fue el mismo día”. Riad lo desmiente. El Washington Post afirma el día 7 que el cuerpo “probablemente ha sido descuartizado y metido en cajas de madera antes de ser enviado por avión fuera del país”. Según el New York Times, uno de los sospechosos de haber participado en el asesinato pertenece al entorno de MBS y otros tres, a los servicios de seguridad vinculados con el príncipe heredero.
Varias versiones
El 20 de octubre, Riad admite que el periodista fue asesinado en el consulado durante una “pelea de puñetazos”. El rey Salmán pide al príncipe heredero que reestructure los servicios de inteligencia y cuatro responsables son despedidos. Khashoggi ha sido víctima de un “crimen”, declara al día siguiente el ministro saudita de Relaciones Exteriores, Adel al Jubeir, mencionando una “operación no autorizada”, de la que MBS “no estaba informado”.
El día 23, el presidente turco, Recep Tayyip Erdogan, califica el acto de “asesinato político”, “planificado” y ejecutado por un equipo de “15 agentes”. Al día siguiente, MBS reacciona públicamente por primera vez: “Es un incidente despreciable y totalmente injustificable”.
El 2 de noviembre, Erdogan acusa a “los niveles más altos del gobierno saudita” de haber encargado el asesinato, excluyendo al rey. Su consejero afirma que el cuerpo ha sido descuartizado para poder ser “disuelto”.
MBS, “responsable”
El 20, Donald Trump descarta que el príncipe pueda haber estado al corriente. La CIA “no ha encontrado nada absolutamente cierto”, señala. Pero el 4 de diciembre senadores republicanos afirman, tras haber sido informados de las conclusiones de la CIA, no tener “ninguna duda” de que el príncipe ha ordenado el asesinato.
El 13 del mismo mes el Senado estadounidense adopta una resolución que considera a MBS “responsable”. El 19 de junio de 2019, Agnès Callamard, relatora especial de Naciones Unidas sobre ejecuciones sumarias, afirma tener pruebas suficientes para justificar la apertura de una investigación internacional sobre las responsabilidades de altos dirigentes sauditas en ese crimen, incluido el príncipe heredero. Se trata de un informe “sin fundamento”, según Riad.
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“Parodia de justicia”
El 7 de septiembre de 2020, un tribunal saudita anula, en un veredicto final, las cinco penas capitales dictadas a finales de 2019 por el asesinato y condena a ocho acusados no identificados a penas de entre siete y 20 años de cárcel. Agnès Callamard califica la decisión de “parodia de justicia” y afirma que los “veredictos no tienen ninguna legitimidad jurídica o moral”.
Por su parte, la justicia turca empezó a juzgar en julio de 2020, en ausencia, a una veintena de sauditas, dos de los cuales allegados del príncipe heredero: el exconsejero Saud al Qahtani y el exnúmero 2 de los servicios de inteligencia, el general Ahmed al Asiri, identificados como los comanditarios.
MBS, acusado de haber “validado” el asesinato
El 26 de febrero de 2021, Estados Unidos publica un informe de los servicios de inteligencia en el que se acusa al príncipe heredero de haber “validado” una operación para “capturar o matar” a Khashoggi. Washington sanciona a algunos de sus allegados, pero no castiga al dirigente. Riad “rechaza totalmente las conclusiones falsas y prejuiciosas” del informe.
El 7 de diciembre, un hombre, sospechoso de pertenecer al comando, es arrestado en el aeropuerto parisino de Roissy Charles de Gaulle, en Francia, tres días después de la visita del presidente francés, Emmanuel Macron, a Arabia Saudita.
Fuente: AFP.