Unos cuatro violines Stradivarius emergieron hoy miércoles en la hipótesis de la Fiscalía para develar el violento y cruel crimen del arqueólogo alemán Bernard Raymond von Bredow y su hija, ocurrido en su residencia en el pueblo de Patiño Cue, distrito de Itauguá, el 22 de octubre pasado. Tres sospechosos fueron imputados.
“Era una personalidad científica muy importante que se estableció aquí, y también se dedicaba a la lutería, a reparar instrumentos, trabajaba muy bien”, dijo el maestro Luis Szarán, director de varios proyectos musicales y educativos, entrevistado por diversos medios para ahondar sobre el prestigio y el valor de los Stradivarius.
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El destacado músico paraguayo mencionó que llegó a conocer a von Bredow en una ocasión que lo presentaron; y que a través de colaboradores de la Orquesta Sinfónica de la Ciudad de Asunción (OSCA) le enviaban instrumentos para reparar, ya que era conocido por dedicarse a la lutería y por asistir a diversos instrumentistas locales.
En ese sentido, se conocía también que von Bredow tenía una filosofía de trabajar sin nada de metal, utilizando herramientas construidas con huesos, y que su trabajo era muy apreciado por la delicadeza que requería la reparación de los instrumentos.
El “primer” Stradivarius en Paraguay
Stradivarius es un prestigioso apellido italiano asociado a la máxima calidad de violines construidos hace 250 años, principalmente por Antonio Stradivari (1644-1737), de quien se estima que sobreviven en el mundo cerca de 500 violines, valuados cada uno entre 2 a 4 millones de dólares.
En junio de 2011, el violín Stradivarius apodado “Lady Blunt” estableció un récord mundial de precio para un instrumento musical de 15,9 millones de dólares. En 2014, una viola Stradivarius se tasó en 45 millones de dólares, pero en la subasta no encontró comprador.
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Hace 15 años, el primer caso mediatizado de un violín Stradivarius en Paraguay vino en manos de un solista francés, que mediante una fundación accedió a un instrumento que perteneció al escritor y aviador francés Antoine de Saint-Exupéry (1900-1944), autor de “El principito”, lo que le daba aún más valor: estaba valuado en 4 millones de dólares.
El músico francés se presentó en Asunción con la Orquesta Sinfónica de la Ciudad de Asunción (OSCA), concedió una entrevista a una revista local y, “por seguridad”, pidió que se publicara al irse del país. El maestro Szarán comentó a C9N que varios Stradivarius pasaron así por territorio paraguayo y que otras tantas personas afirmaron poseer un cotizado ejemplar.
Madera estacionada durante 50 años
“Aquí en Paraguay no hay mercado para esto”, señaló Szarán, y explicó que los instrumentos Stradivarius “se volvieron muy famosos por la potencia de su sonido, por la belleza de su terminación, por el barniz; la potencia y la dulzura que pudiera llegar lejos, sin que el sonido saliera lastimado”. Esta situación ha generado un comercio legal y un mercado negro, “como sucede con los cuadros antiguos”.
“Estos instrumentos no vienen con un código de barra de la época”, advierte el músico paraguayo. Por esta razón, se realizan estudios científicos y hay una docena de expertos habilitados en toda Europa para dar certificación sobre la autenticidad de los instrumentos, e incluso de su potencial valor si fuere una réplica.
Szarán refirió que conoció a uno de estos especialistas en Italia y que era muy requerido por poseedores de instrumentos antiguos que especulaban con el valor histórico de su posesión, aunque una simple revisión podía costar unos 20 mil euros. Además, explicó que la familia italiana tenía que estacionar la madera entre 50 y 60 años, lo que implicaba que la generación siguiente construía estos instrumentos, lo que supone otro plus de valor en el tiempo.
Los principales mercados de instrumentos antiguos se desarrollan en Estados Unidos y Europa, además de un importante coleccionista de Taiwán, que luego pone sus instrumentos a disposición de concertistas. Szarán acota también que en el caso de los violines su valor se incrementa con el paso de los años, al contrario de lo que sucede con otros instrumentos, como los pianos.
“El tema de los violines es como la historia de la plata yvyguy. Varias familias se dedicaban a la construcción de violines hasta que después se fue encontrando el modelo exacto”, dijo Szarán a Monumental. “Con el paso de los siglos fue creciendo y creciendo el valor del instrumento”.
Un violonchelista entre los sospechosos
En cuanto al caso policial, el músico no puede afirmar si sean o no violines Stradivarius los que se señalan como motivo del robo y asesinato en Itauguá. Manifestó que hay personas que pueden hacer una primera aproximada identificación, pero que la Fiscalía tendrá que recurrir a especialistas en Buenos Aires para determinar el auténtico valor de los objetos musicales.
Por otra parte, Szarán se expresó consternado por el crimen, y también por el hecho de uno de los tres imputados que supuestamente está implicado en el crimen, ya que lo llegó a conocer por la amistad en común con una musicóloga y que llegó a ser invitado de la OSCA como violochelista, y que integraba la orquesta de una universidad privada.
El músico indicado es el alemán Yves Asriel Spartacus Steinmetz, de 60 años, quien este martes último fue detenido entre los tres allanamientos que realizó la Fiscalía, y que incautó varias armas y municiones, entre las pruebas para el caso. También fueron detenidos Volker Grannass, de 58 años, y Stephen Jorg Messing Darchinger, de 51, también alemanes. Los tres están imputados.
Una disputa y dos supuestos amigos
“Uno de ellos fue el que encontró los cadáveres de las víctimas y otro era supuestamente amigo de la víctima y el tercero era un amigo con el cual ya tenía inconvenientes”, dijo Sandra Ledesma, agente fiscal del caso, a 780 AM, al explicar cómo fueron atando cabos para llegar hasta estos tres sospechosos.
Ledesma refirió que la víctima tenía una disputa desde 2018 con uno de los imputados por unos documentos que aparentemente establecían la autenticidad de los supuestos violines Stradivarius; y que el día del crimen lo habrían torturado para conseguirlos. Además, hay una caja fuerte, de un metro por un metro y medio de dimensión, aún sin poder abrirse.
“Ayer incautamos cuatro violines, llamativamente, la misma cantidad de violines que Bernard Raymond von Bredow años atrás había dejado en guarda a Ives Asriel Spartacus Steinmetz y que supuestamente fueron incinerados en el incendio que ocurrió en la casa de Steinmetz. Ocurrió el incendio, pero no se puede determinar si fue provocado o no”, dijo el comisario principal, Hugo Grance, jefe del Departamento de Homicidios de la Policía Nacional, a Ñanduti.
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No obstante, en otro relato, Grance comentó que “los indicios que encontramos dicen que esos violines fueron dejados en custodia de Grannas mientras su propietario hizo un breve viaje a Alemania. Supuestamente, cuando regresó, Bredow fue informado de que los instrumentos fueron destruidos durante un incendio”.
“En el domicilio de la persona que era amigo de la víctima encontramos conversaciones, correos donde él daba información sobre contenedores, dónde se hallaban los violines incluso mapas de cómo encontrarlos”, contó la fiscal a Universo 970 AM. “La hipótesis que manejamos es que las personas que cometieron el crimen conocían a las víctimas. Ellos no pueden demostrar ninguna coartada de que no hayan estado en la escena del crimen”.
“De película”
Los cuerpos de Bernard Raymond von Bredow, de 62 años, y de su hija adolescente, Loreena Lydia von Bredow, de 14, fueron hallados en su residencia de Patiño Cue, a 30 kilómetros de la capital. von Bredow fue encontrado tendido en una mesa con un disparo en la nuca y signos de haber sido torturado. Su hija fue hallada en la bañera con un balazo en el vientre.
“Parece una historia de película”, remarcó Ledesma al declararse sorprendida por las derivaciones del caso en una nota de AFP. “Para cometer el ilícito y asesinar tan brutalmente es porque tenían que ser personas que conocían a las víctimas. Encontramos mucha evidencia”, explicó la representante del Ministerio Público.
Además de arqueólogo, von Bredow también reparaba instrumentos musicales y era considerado en Europa como una de las pocas personas capaces de restaurar objetos antiguos sin que perdieran su valor. Ledesma dijo no poder precisar aún cuántos de esos instrumentos tenía en su poder el lutier asesinado, pero aseguró que el móvil del crimen “fue la búsqueda de certificados de autenticidad” que podía tener “en su casa y que los ladrones necesitaban para venderlos”.
Decomisados 4 violines
El jefe policial Grance reveló a la AFP que en el allanamiento a la residencia de Volker Grannas “fueron decomisados 4 violines antiguos presumiblemente de la víctima”, además de 12 armas largas, 4 armas cortas (revólveres y pistolas) “de calibre similar a la utilizada en el hecho”.
Los instrumentos musicales tienen el aspecto de ser muy antiguos, presumiblemente las reliquias que se encontraban en la casa del lutier, precisó. Del domicilio de Stephen Jorg Messing Darchinger, que cuenta además con documentación chilena, se requisó un arma de fuego calibre 38, similar a la utilizada en el crimen, entre otras varias evidencias.
“Creemos que el día en el que se le mató (a Bredow) los asesinos estaban buscando los certificados de autenticidad. Ya tenían los violines, pero faltaban los certificados”, explicó el investigador. La representante del Ministerio Público remitió los informes del caso a Interpol para conocer el prontuario internacional de los sospechosos.
El mamut de Siegsdorf
Nacido el 23 de marzo de 1959, Bernard Raymond von Bredow ganó cierta fama en Alemania, por un descubrimiento que realizó cuando solo tenía 16 años de edad. El 11 de octubre de 1975, Bernard y un amigo, Robert Omelanowsky, descubrieron un gran esqueleto de mamut incompleto en el lecho de un arroyo cerca de su ciudad natal, Siegsdorf, al sureste de Alemania. Posteriormente, los restos del prehistórico animal, de unos 45 mil años, fue bautizado como Óscar.
Sin embargo, este hallazgo arqueológico permaneció oculto por algunos años. Las excavaciones continuaron hasta 1975. Dos años después, Bredow se graduó de la escuela secundaria y viajó por el mundo, incluyendo Nueva Zelanda, donde terminó sus estudios de geofísica. En 1985 regresó a Alemania y reveló por primera vez sobre al mamut de Siegsdorf.
Continuaron los trabajos de excavación financiados por el municipio local (incluyendo el desvío del arroyo para descubrir un área de 600 metros cuadrados), con los cuales este arqueólogo experimental también encontró los restos de un león cavernario de la Edad de Hielo, animal heráldico de Baviera, así como huesos de lobos, ciervos gigantes, uros y rinocerontes lanudos.
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En 1991, Bredow fundó el Mammutheum (http://www.mammutheum.de/) en su residencia privada; mientras que la comunidad se inauguró, en 1995, el Museo de Mamut e Historia Natural de Siegsdorf, que también expone aportes de Bredow y, desde entonces, más de un millón de personas han visitado el esqueleto de mamut más grande y mejor conservado de Europa, según refiere el portal de la institución.
A partir de 1990, Bredow viajó a Siberia varias veces y trabajó con colegas del Instituto Paleontológico de la Academia de Ciencias de Moscú. Durante esa década, participó en una exposición en Gales y colaboró en trabajos arqueológicos en Arizona y Alaska (EEUU), así como en Canadá.
El cineasta Ulrich Weissbach realizó un documental sobre Bredow y la historia de su hallazgo, titulado “Die Mammuts”, que fue transmitido por televisión en 1993. Entre 2016 y 2017, Bredow se estableció en Paraguay, junto a su hija.