Su nacimiento el 11 de septiembre de 2001 probablemente salvó la vida a su tío, que trabajaba en el World Trade Center. Para su padre, su llegada al mundo fue como un mensaje de esperanza. Anish Shrivastava no es un joven totalmente igual a los demás.

Shrivastava fue uno de los casi 13.000 niños nacidos en Estados Unidos el mismo día en que Al Qaida estrellaba dos aviones en las torres gemelas de Nueva York matando a unas 3.000 personas. Solo unos pocos pueden decir que su llegada al mundo ayudó a salvar una vida.

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Shrivastava nació a las 10.05 AM de aquel martes de hace 20 años en un hospital de Princeton, Nueva Jersey, bien cerca de Nueva York. La Torre Sur había caído seis minutos antes y la Torre Norte colapsaría poco más de una hora después. En la sala de espera del hospital su padre Ashish y su hermano, Manish, no sacaban los ojos de la televisión.

Manish, tío de Shrivastava, veía horrorizado cómo la torre en la que estaba su oficina se convertía en escombros y cenizas tóxicas. Por impulso, había tomado una decisión de último minuto de cancelar una reunión que tenía allí esa mañana para poder darle la bienvenida a su sobrino al mundo.

“Estamos conectados por el destino. Somos muy cercanos”, dice Shrivastava de su tío. Su madre Jaya cuenta que esperaba que su hijo naciera el 21 o 22 de setiembre. “Estaba allí por alguna razón”, dice Jaya a la AFP. Shrivastava era un niño cuando se enteró de los catastróficos eventos ocurridos el día en que nació.

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Poco antes de que empezara a ir a la escuela, sus padres decidieron contarle, a grandes rasgos, la historia de esa jornada, antes de que la escuchara de otras personas. Para Ashish, era importante contarle a su hijo no solo sobre la tragedia, sino también hablarle de los “aspectos positivos” que generó: los voluntarios, los héroes, los momentos de unidad.

Mientras Shrivastava se prepara para cumplir 20 años, asegura que optó por no marcar su cumpleaños en la fecha real. “Obviamente ese día no celebramos. Normalmente tratamos de esperar unos días para eso”, relata. En cambio, Shrivastava colabora habitualmente como voluntario de la organización sin fines de lucro MyGoodDeed, que ofrece servicios de caridad el 9/11, que incluyen la distribución de alimentos.

“Traté de retribuir a la comunidad... obviamente honrar a los muertos, pero también aprender la lección de que podemos reconstruir algo mejor”, reflexiona. A través de MyGoodDeed, Shrivastava conoció a otros nacidos el 11 de setiembre. Como muchos jóvenes de su edad disfruta de los videojuegos, la música y la lectura. Pero su padre cree que el peso de la fecha de nacimiento hizo que esos jóvenes madurasen más rápido que el resto de su generación.

‘Conectado’ a Nueva York

“Su manera de pensar la vida es algo diferente, y lo veo en una forma muy positiva. Esos muchachos realmente trajeron un rayo de esperanza a esta sociedad”, afirma Ashish. La fecha de nacimiento “impactó en mi mentalidad, sobre cuál es mi rol”, señala el joven.

“Solo aprendiendo lo que aprendí al nacer ese día y cómo eso me formó, me ha dado ese propósito de, algún día, ayudar a la gente de alguna manera”, añade. Shrivastava admite que no necesariamente abrirá un banco de alimentos o algo parecido, pero quiere marcar una diferencia “en una forma real”.

Por ahora está centrado en sus estudios. Aceptado por varias universidades, Shrivastava eligió estudiar a tres horas al norte de Manhattan. Una vez que se gradúe en finanzas, probablemente en 2023, no se ve trabajando en otro lugar que no sea la ciudad del World Trade Center. “Siento que estoy conectado con Nueva York de muchas formas”, concluye.

Fuente: AFP.

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