Desde la muerte este año del jefe del grupo yihadista Boko Haram, Abubakar Shekau, los intentos para que los combatientes entreguen sus armas y se reintegren a la sociedad centran gran parte de la atención de las autoridades nigerianas.

Boko Haram lanzó en el 2009 una rebelión en el noreste del país más poblado de África, que se propagó después a los países vecinos y sembró el terror en los alrededores del lago Chad.

Desde entonces, unas 40.000 personas murieron, principalmente en Nigeria, y 3 millones huyeron de sus hogares, según la ONU. En el 2016, el grupo se escindió entre la facción dirigida por su líder histórico, Shekau, y la rama de Estado Islámico en África Occidental (ISWAP).

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Secta radical

Boko Haram significa “la educación occidental es un pecado” en hausa, la lengua más hablada en el norte de Nigeria. En los años 1990, las plegarias de su fundador Mohamed Yusuf cautivan a numerosos fieles en Maiduguri, capital del estado de Borno (noreste). Pero no es hasta el 2002 que empieza a llamar la atención de las autoridades.

Predicando un islam radical, Yusuf imputa los problemas del país a los valores occidentales, introducidos por el colonizador británico, un discurso que seduce a la desocupada juventud de la región. En el 2009 estallaron enfrentamientos entre seguidores de Boko Haram y la policía en Maiduguri. El ejército mata a cientos de personas y captura a Yusuf, ejecutado sin juicio.

Descenso a la violencia

Hasta entonces mano derecha de Yusuf, Abubakar Shekau toma las riendas del movimiento y lanza una campaña de violencia, conversiones masivas y terror, especialmente en el norte y noreste de Nigeria. El grupo perpetra decenas de ataques contra escuelas, iglesias, mezquitas y símbolos del Estado que dejan miles de muertos, especialmente en el norte y el noreste de Nigeria.

Entre sus crímenes más notorios se encuentra el secuestro de 276 estudiantes de un colegio femenino de Chibok en el 2014, una acción que conmocionó a la opinión pública mundial. En agosto de 2014, Boko Haram proclama un “califato” en las zonas bajo su control, especialmente en el noreste de Nigeria, que es casi inaccesible.

Lealtad al EI

En marzo del 2015, el grupo jura lealtad al EI y se convierte en ISWAP. A partir de ese mismo año, los ejércitos de la región (Nigeria, Chad, Camerún y Níger) lanzan una ofensiva para expulsar a los yihadistas de los terrenos que habían conquistado. Esto no frena los atentados suicidas, los ataques contra pueblos y los secuestros masivos.

En agosto del 2016, el EI nombra un nuevo líder del ISWAP, desautorizando a Shekau, que crea una escisión y relanza la facción histórica de Boko Haram. La dirección del EI desaprueba el uso de niños o mujeres como suicidas y las razias contra civiles mayoritariamente musulmanes, y prioriza como objetivos las posiciones militares o el personal humanitario de organizaciones internacionales.

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Muerte de Shekau

En junio del 2021, ISWAP afirmó que Shekau se suicidó para evitar ser capturado al verse rodeado por combatientes de la facción rival tras combates en su feudo en el bosque de Sambisa. Boko Haram confirmó posteriormente su muerte.

Fuentes de seguridad estiman que los dirigentes de ISWAP han conseguido consolidar su control en bastiones de Boko Haram en el noreste a pesar de la resistencia de algunos combatientes fieles a Shekau.

Fuente: AFP.

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