Hoy se conmemora la festividad de la beata María Felicia de Jesús Sacramentado, más conocida como “Chiquitunga”. Ella murió a los 34 años, un 28 de abril de 1959. La devoción hacia ella nace mucho antes de su muerte, porque siempre fue una niña y joven muy carismática y dada al servicio de los que necesitan.
Más que nunca, hoy el pueblo paraguayo la tiene presente en sus oraciones y peticiones a Dios, ya que hace poco fue noticia que, por su intercesión, el único sobreviviente de un terrible accidente aéreo logró salir con vida del hospital, donde superó los peores pronósticos. ¿Un milagro de Chiquitunga?
Se trata del joven altoparaguayense José Zaván, de 19 años, quien el pasado 9 de febrero vino hacia Asunción en una avioneta de la Fuerza Aérea, que sufrió un accidente poco antes del aterrizaje, donde murieron siete personas. El joven fue el único que vivió para contar los detalles esta tragedia y su testimonio de fe. Según el obispo de Fuerte Olimpo, Gabriel Narciso Escobar Ayala, esta gracia es de Chiquitunga y será estudiado como milagro para que la beata paraguaya llegue a la santidad.
“Cuando me enteré de que había un solo sobreviviente en el accidente aéreo y que éste era nuestro joven líder de aquí de la parroquia-Catedral María Auxiliadora de Fuerte Olimpo, me encomendé a María Felicia de Jesús Sacramentado y le llamé a su mamá Blanca Vaccari para decirle: ‘Blanca, encomendate a Chiquitunga, a nuestra beata paraguaya’, y ella me dijo sí”, relató el obispo Escobar en comunicación con La Nación.
“Necesito ese milagro”
Blanca Vaccari, madre del joven sobreviviente, puso en manos de Dios la vida de su hijo en el momento en que se encontraba en delicado estado en la unidad de terapia intensiva (UTI) a raíz de los traumatismos y lesiones graves que sufrió en el accidente y pidió la intercesión de Chiquitunga ante el Santísimo para que José vuelva a casa con salud, y así ocurrió el pasado 17 de abril, cuando recibió su alta médica y regresó a su casa, luego de ese trágico 9 de febrero.
“Mirá Chiquitunga: vos necesitas de mí y yo necesito de vos. Yo necesito ese milagro que mi hijo se salve y vos necesitas un milagro para llegar a los altares”, fue la visión de fe de Blanca Vaccari, una madre que suplicó a Dios e hizo un pacto con Chiquitunga por la vida de su hijo. Así también, por las lesiones graves en el cerebro que sufrió José, Blanca pidió a Chiquitunga, que mantiene su cerebro incorrupto, reconstruya el daño del cerebro de su hijo.
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Todas las parroquias del Alto Paraguay
El joven salesiano fue ingresado al hospital de Trauma en febrero pasado en el área de cuidados intensivos, de allí salió el 20 de marzo, estuvo en sala común en observación y finalmente el 17 de abril abandona el nosocomio, tras días de que su madre doblara rodillas y uniera sus palmas en constante oración por la vida de su hijo, que según el obispo altoparaguayense, es un milagro.
“Estoy seguro que esta gracia es obra de la intercesión y la presencia de María Felicia de Jesús Sacramentado, ‘Chiquitunga’. Yo le había enviado la oración a Blanca para que se encomiende y también, como obispo de esta jurisdicción, había escrito una carta a todas las parroquias del Alto Paraguay para encomendarnos a la beata Chiquitunga”, señaló el obispo.
La fe católica cree y confía que Dios actúa a través de estas personas -como Chiquitunga- que han entregado sus vidas y consagrado al Señor. Por lo que cualquier petición o pedido de auxilio solicitan la intercesión ante Dios para que sean escuchados.
José Zaván puede convertir a Chiquitunga en Santa
Según el obispo, los propios médicos han dicho que fue una gracia de Dios o un milagro de que José Zaván se haya salvado de esa tragedia. A esto se suma la rápida acción de dos miembros de las Fuerzas Aéreas que retiraron a Zaván del lugar del siniestro.
“El testimonio de José podría ser estudiado como un milagro de Chiquitunga, ya estamos viendo eso. Yo había conversado con el presidente de la Conferencia Episcopal, el monseñor Adalberto Martínez, para poder hablar justamente con el encargado de aquí, en Paraguay, que es el provincial de los Carmelitas, que ha llevado el proceso de la beatificación, y ver si podríamos testimoniar y trabajar para que esta gracia o milagro, que es para nosotros, sea analizado y hacer la investigación. Dios quiera que realmente sea una gracia para que María Felicia sea nuestra primera santa paraguaya”, dijo Escobar.
Para José y Blanca, Chiquitunga siempre estuvo presente en sus vidas, ambos participaron de la ceremonia de beatificación en junio de 2018. El joven siempre hizo conocer el nombre y de la vida de la beata paraguaya.
“Desde un primer momento supe que Chiquitunga estaba conmigo en esos momentos difíciles, me hizo sentir su presencia y la vida de José Daniel es una gracia de ella, porque siempre estuvo el riesgo de perder la vida en esa sala de hospital por la gravedad del accidente y los traumatismos, pero él sobrevivió y es un milagro”, indicó Blanca Vaccari.
Dotes de santidad
La hermana Maura Melgarejo, religiosa del convento de las Carmelitas Descalzas de Asunción, es quien mejor conoce a María Felicia de Jesús Sacramentado a través de sus pensamientos y escritos, porque tuvo a su cargo transcribir todos los escritos de la beata y aseguró que “Chiquitunga está viva entre nosotros”.
María Felicia de Jesús Sacramentado, apodada como Chiquitunga por sus seres queridos, nació en el seno de la familia Guggiari Echeverría el 12 de enero de 1925, y siempre mostró dotes de santidad donde quiera que iba; en una ocasión cuando era niña regaló su abrigo a otra niña que se encontraba pasando frío, sin nada para cubrirse.
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Fue muy querida, tanto en su Villarrica natal como en Asunción, donde llegó con sus padres cuando ya era una jovencita. Allí empezó liderando la Acción Católica, donde se entregó al apostolado, visitó los bañados y hospitales de Asunción.
“Ella no se va a quedar en el altar tiesa, sino que va con la gente, porque la gente así le siente, en medio de ellos. La figura estará en el altar, pero ella está viva caminando entre nosotros cada día”, sostuvo la religiosa, al indicar que los devotos la sienten en pequeñas cosas, por ejemplo, cuando ven o huelen un jazmín.
Festividad
Chiquitunga conoció el amor humano, al que renunció porque su amor verdadero era Cristo Eucaristía e ingresó al Convento Carmelitas Descalzas donde adquirió el nombre de María Felicia de Jesús Sacramentado.
“¡Jesús te amo!, ¡Qué dulce encuentro!, ¡Virgen María!”, fueron las palabras de María Felicia de Jesús Sacramentado, cuando se despidió del mundo y murió el 28 de abril de 1959, a las 4:10 de la mañana, a los 34 años, a consecuencia de una hepatitis infecciosa. Por eso, se celebra su festividad cada 28 de abril y en su oratorio llegan miles de devotos, pidiendo su intercesión o agradeciendo alguna gracia.