Por Juan Carlos Dos Santos
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En la ciudad de Basilea, Suiza, el 29 de diciembre del año 1901, se desarrolló el Quinto Congreso Sionista y la resolución más importante de esta reunión fue la decisión de crear el Fondo Nacional Judío (en hebreo, Keren Kayemeth Leyisrael, KKL y JNF por su sigla en inglés) para comprar y desarrollar tierras en el territorio conocido como Palestina, donde convivían tanto judíos como árabes y estaba controlado por el entonces Imperio Otomano.
Existen organizaciones que se esfuerzan por crear un futuro mejor para las generaciones futuras y una de estas es el KKL-JNF, cuyos estatutos lo obligan a dedicarse exclusivamente a la compra y el reacondicionamiento del suelo para el asentamiento judío. Estas adquisiciones fueron dando forma al territorio en donde hoy se asienta el Estado de Israel.
Más de 240 millones de árboles plantados
Han transcurrido 120 años de aquel momento en Basilea y en todo ese tiempo la experiencia y el conocimiento adquirido por esta organización han hecho que la convierta en líder en las áreas de forestación, con la plantación de más de 240 millones de árboles, gestión hídrica, con el apoyo a la construcción de más de 230 reservorios de agua, desarrollo y seguridad de comunidades, educación, turismo y recreación, sin dejar de lado la investigación y el desarrollo.
La gran gestión ambiental de esta organización hace que Israel sea hoy el único país en el mundo que inicie cada año con mayor cantidad de árboles que el anterior. Entre 1901 y 1980, se plantaron 100 millones de árboles en todo el país y en los últimos 40 años, esa cantidad se incrementó a 140 millones de árboles más, después de una cuidadosa selección de especies adecuadas para aumentar la diversificación.
Plantar para recordar o celebrar
Durante la Guerra del Golfo, en 1991, a pesar de los misiles Scud disparados desde Irak por las fuerzas del dictador Sadan Hussein, se pedía a los viajeros en las carreteras del país que se detuvieran en los sitios KKL-JNF para plantar un árbol. El judaísmo tiene por costumbre celebrar o recordar cada acontecimiento plantando un árbol.
Gracias al trabajo de KKL-JNF, las cicatrices infligidas a los bosques por el clima severo, los incendios y la guerra se están curando lentamente. El trabajo de la organización logró convertir una tierra desolada en un país verde.
Un ejemplo de ello son los bosques de la región de Galilea, que fueron dañados por los ataques con cohetes durante la Segunda Guerra del Líbano en el 2006. Estos bosques han sido rejuvenecidos con la plantación de cientos de miles de nuevos árboles jóvenes que germinaron naturalmente o fueron plantados por manos amorosas.
El KKL-JNF está a la vanguardia de los esfuerzos para renovar los bosques de Carmel, que resultaron seriamente dañados por los incendios forestales de diciembre de 2010.
Rehabilitación de cursos de agua
La organización ha asumido la responsabilidad de rehabilitar los ríos contaminados, así como sus alrededores. Esto incluye eliminación de contaminantes, restauración del paisaje que lo rodea, conservación del suelo, paisajismo y desarrollo de parques, senderos y otra infraestructura para la recreación en la naturaleza. La evidencia de las actividades de KKL-JNF se puede ver en muchos arroyos y ríos como el río Alexander, el río Kishon, el río Harod y el río Besor.
El KKL-JNF ha estado construyendo reservorios durante varios años, que permiten reciclar el 70 por ciento del agua del país para la utilización en la agricultura. El total de reservorios ha llegado a 230. También ha desarrollado, conjuntamente con productores agrícolas y pescadores, grandes estanques para las aves migratorias que hacen una parada en varias zonas de Israel cuando vuelan miles de kilómetros en su viaje entre Europa y el sur de Asia.
Estanques para aves migratorias
Alrededor de 300 mil pelícanos realizan una parada obligatoria en estos estanques llenos de peces, proveídos por los pescadores y los productores agrícolas, que tiempo atrás eran perjudicados por el paso de estas aves. Mediante la gestión de la organización, se construyeron hasta 4 estanques con capacidad para alimentar a cientos de miles de pelícanos una vez al año.
Generaciones de alumnos han recibido educación sionista y ecológica, a través de los programas desarrollados por la organización, promoviendo así a nuevas generaciones de futuros dirigentes, formados para la protección del medio ambiente y sobre todo con conciencia de preservación del agua, el bien más preciado en la región del Oriente Medio.
El KKL-JFN colabora con Israel y otros países en la investigación en el campo agrícola y forestal y también en el desarrollo de energías renovables.
Actualmente, la organización también interviene en la promoción del turismo y la recreación, por medio del desarrollo de áreas de entretenimientos, parques, bosques, senderos para caminatas, vías para el ciclismo, siempre enfocado en la preservación del medio ambiente.
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Zonas verdes comunitarias
La pregunta si qué tipo de mundo deseamos legar a nuestros hijos, son la base sobre la que se sustenta las actividades del KKL-JNF. Por esta razón, la organización crea zonas verdes comunitarias y bosques, en acuerdo con las personas que habitan un lugar específico, además de apoyar programas de educación ambiental.
La búsqueda de países con condiciones climáticas similares para apoyarlo con conocimiento ha llevado al KKL-JNF a promover también la sustentabilidad a nivel global, llevando a miles de jóvenes de diferentes partes del mundo a participar en programas educativos ambientales.
También es parte de su misión el desarrollo de asentamientos en el desierto del Néguev, con todas las condiciones apropiadas y necesarias para una comunidad, tomando en cuenta la alta densidad poblacional de los centros urbanos. Parte de este desarrollo es la rehabilitación de sitios históricos así como la creación de infraestructuras a su alrededor.
Lo que se hizo en 120 años
Hernán Felman, vicepresidente del KKL-JNF, explica que la organización ha generado un enorme cambio medioambiental en la tierra de Israel, durante sus primeros 120 años de vida y luego se pregunta: “¿Se imaginan si todo esto lo hicimos en 120 años, lo que podríamos hacer en el futuro y no solo para el Estado de Israel, sino para la humanidad toda?”.
En el Parque Ñu Guasu, la comunidad judía y una asociación denominada Amigos de Israel se encargan del mantenimiento del llamado Bosque de Israel, donde se han plantado ya más de 15 árboles de diferentes especies, con el apoyo del KKL-JNF de Paraguay.
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