Por Juan Carlos Dos Santos

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“Nunca cantó ni bailó en público, pero esa noche si lo hizo por primera vez en su vida. Se lo veía tan feliz consigo mismo”, cuenta el desaparecido ex Primer Ministro de Israel y Premio Nobel de la Paz, Shimon Peres, recordando la noche del 4 de noviembre de 1995, cuando el entonces primer ministro Isaac Rabin fue asesinado en Tel Aviv, exactamente hace un cuarto de siglo.

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El Teniente General Isaac Rabin, fue uno de los líderes más queridos y venerados por el pueblo de Israel. Cargó con tres guerras victoriosas sobre sus hombros pero paradógicamente, lo que le causó la muerte fue la paz. Rabin fue asesinado en la plaza que hoy lleva su nombre, en el centro de Tel Aviv, por un radical ortodoxo que no aceptaba que les fueran entregadas tierras a los palestinos, producto de un acuerdo de paz en 1994.

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Estos acuerdos le valieron a Rabin y a Peres el Premio Nobel de la Paz de 1994, honor que compartirían junto con Yasser Arafat (1929-2004), el líder de laOrganización para la Liberación de Palestina (OLP). Justamente Arafat, esa misma noche envió desde la Franja de Gaza, un sentido mensaje, que por sus términos bien puede ser considerados inédito e histórico.

“Quiero expresar mis condolencias a la familia de Isaac Rabin, al Gobierno de Israel y a su pueblo”, expresó Arafat, aún sin reponerse a la sorpresa de la muerte de primer ministro israelí en ese entonces. Desde la Casa Blanca, Bill Clinton, presidente de los Estados Unidos, entre lágrimas, casi no pudo concluir su mensaje a Rabin, despidiéndose de él con un saludo en hebreo, “Shalom haber” (adiós amigo).

Yigal Amir, un estudiante judío extremista de la Universidad Bar Ilán, identificado con la derecha radical israelí, era un convencido del error que dignificaba entregar territorios a los palestinos a cambio de la paz. Este joven de 25 años, con su acción, le puso fin a un proceso de paz que, hoy 25 años después, sigue sin poder ser recuperada.

Isaac Rabin en el centro, junto a otros oficiales, durante la Guerra de los Seis Días. Foto: Archivo IDF.

¿Qué hizo Rabin para que sea un ícono para los israelíes?

Es que su vida se asemeja a la historia misma de Israel. Isaac Rabin nació en Jerusalén en 1922, el mismo año que la desaparecida Sociedad de las Naciones le encomendó al Imperio Británico, dirigir el Mandato de Palestina. Hijos de inmigrantes rusos, se convirtió en agricultor en la región de Galilea, tras inscribirse en una escuela donde no solo aprendía lecciones de agricultura ni cuidaba del burro, sino también aprendía a utilizar armas.

Poco tiempo después de la muerte de su madre, Rosa Cohen, Rabin se unió al ejercito secreto de los judíos, que tras la independencia en mayo de 1948, sería la base de la Fuerza de Defensa de Israel (Tzahal, el acrónimo en hebreo). Participó en la Segunda Guerra Mundial, realizando sabotajes contra las fuerzas colaboracionistas francesas.

Fue el segundo al mando de las Fuerzas de Defensa de Israel durante la Guerra de Independencia, la primera de varias guerras que libraría el Estado de Israel, al día siguiente de declarar su independencia, el 14 de mayo de 1948. Aunque fue la primera victoria de Israel en contra de sus vecinos árabes, la amenaza contra su supervivencia no acabaría allí.

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Rabin llega al Monte del Templo en Jerusalén, tras la victoria en la Guerra de los Seis Días. Foto: Archivo IDF.

La Guerra de los Seis Días

En 1967, ante la inminencia de un ataque de Egipto, Siria y Jordania contra Israel, Rabin organizó un ataque preventivo y, en solo seis días, diezmó a las fuerzas de sus enemigos. La Guerra de los Seis días fue en gran parte, obra y gracia de un genio militar y político llamado Isaac Rabin.

Tras esa gran victoria militar, Israel recuperó Jerusalén del poder de Jordania, el Sinaí a Egipto y el Golán a Siria. Fue su victoria y eso le abrió las puertas a la diplomacia y luego a política. En 1968 fue designado embajador de Israel en los Estados Unidos. Un investigación sobre su biografía cuenta que tenía presencia casi diaria en la Casa Blanca. Fue la persona quien logró estrechar el vínculo entre Estados Unidos e Israel.

En 1973, cuando estaba por ingresar al Knesset, el parlamento israelí, estalló la Guerra del Yom Kippur, una guerra que Israel casi perdió pero se recuperó a tiempo y tras eso, Rabín inició su ascenso político. Fue el primer nacido en Israel que llegaría al cargo de primer ministro.

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Llegada a Tel Aviv de los pasajeros de Air France secuestrados por terroristas palestinos en 1977. Foto: Archivo IDF.

Rescate en Entebbe

Durante el secuestro del avión de Air France por un comando terrorista palestino, que fue desviado a Entebbe en Uganda, Rabín tomó la decisión de entrar en acción y un comando israelí llegó hasta Uganda y liberó a casi todos los pasajeros, acabando con los terroristas.

En aquella acción militar que incluso fue llevada varias veces al cine, el único militar que murió fue Jonathan Netanyahu, hermano mayor del actual primer ministro de Israel, Benjamín Netanyahu. El mundo aplaudió una vez más al ejército de Israel y reconocieron el valor de Rabin al tomar la decisión.

Retirada del Líbano

Tras un encándalo en 1977, renunció al cargo y desapareció de la escena política. Retornó en 1984 como Ministro de Defensa de una coalición de los dos partidos más importantes de Israel en ese entonces, los Laboristas de izquierda y el Likud, de derecha.

Rabin ordenó la retirada del ejército de Israel del Líbano, poniendo fin a una guerra de casi dos años. “Israel no tiene nada que ganar de manera tangible que justifique el costo en dolor por la guerra, en los financiero, en lo territorial, en lo militar ni en lo político”, justificó en aquella oportunidad.

La Primera Intifada

En 1987, un levantamiento popular palestino conocido como la Primera Intifada (revuelta), hizo que Rabin ordenara reaccionar de manera violenta a las fuerzas de seguridad de Israel pero poco tiempo después se dio cuenta que ese no era el camino para acabar con el levantamiento.

“Todos los problemas deben ser resueltos por la vía politica. Por la vía militar solo podemos conseguir cierta tranquilidad pero no la solución”, dijo en un mensaje público al país. Tras esas declaraciones, se rompió la coalición entre la izquierda y la derecha, y entonces también cayó el gobierno.

Rabin y Arafat estrechan las manos, con el presidente de los Estados Unidos, Bill Clinton en el centro. Foto: Gentileza.

“Basta de sangre y lágrimas”

Tras la Guerra del Golfo en Irak, en 1991, el gobierno de Estados Unidos presionó para llegar de cualquier manera a un acuerdo de paz entre palestinos e israelíes. Solo alguien como Isaac Rabin podría ser capaz de unir la izquierda y a la derecha de Israel en procura de ese objetivo tan largamente buscado.

Rabin fue electo por segunda vez como Primer Ministro en junio de 1992 y encabezó el acuerdo de paz que fue negociado en Oslo, Noruega, y firmado en 1993 en la Casa Blanca, en Washington, con la presencia de Bill Clinton, Yasser Arafat, Shimon Peres y el propio Rabin.

Durante su discurso en la Casa Blanca, tras la firma del acuerdo de paz, se dirigió a Arafat y le dijo: “Nosotros que hemos luchado contra ustedes, los palestinos, les decimos hoy en voz alta y clara,ya basta de sangre y lágrimas, ¡basta!”.

Pacto con Jordania

Como era más secular que religioso, para Rabin la tierra era más estratégica que sagrada, algo que enfureció a los radicales de la extrema derecha israelí. En octubre de 1994 firmó con el Rey Hussein de Jordania, otro acuerdo de paz. Tras ganar el Premio Nobel de la Paz junto a Arafat y Peres, estaba listo para firmar en setiembre de 1995 un tratado para la retirada de las tropas israelíes de la ribera occidental.

En aquella ocasión, Rabin estaba consciente del peligro que representaba su decisión para la seguridad de Israel y expresó en la Casa Blanca que no se debería dejar que la tierra donde fluye la leche y la miel, se convierta en tierra donde fluyan sangre y lágrimas. “No dejemos que eso ocurra”, expresó ante Clinton y Arafat.

Arafat y Rabin conversan en la Casa Blanca, durante las negociaciones para el acuerdo de paz en 1995. Foto: Gentileza.

Golpe al proceso de paz

La paz estaba al parecer bien encaminada, pero en Israel muchos radicales no veían de buena manera un proceso de paz donde se entregaba tierra sagrada a los palestinos. Para el 4 de noviembre de 1995, se organizó una celebración por la paz en una plaza céntrica de Tel Aviv.

En una biografía de Rabín, Shimon Peres cuenta que se conocían desde hacía 50 años y que jamás había aceptado cantar y bailar en público. “Pero esa noche lo hizo, cantó y bailo con miles de personas, canciones de paz y nunca lo había visto tan feliz”, recuerda Peres.

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“Soy un militar que he impulsado guerras y ahora solo deseo impulsar la paz”, fueron las palabras de Rabin antes de dirigirse a su vehículo cuando fue atacado por un fanático que se oponía al proceso de paz. Murió una hora y media más tarde y la trágica noticia impactó al mundo.

Un millón de personas lo despidieron durante su funeral y varios mandatarios extranjeros, entre ellos Hosni Mubarak de Egipto estuvieron presentes en la ceremonio de despedida. En el momento en que Rabin era sepultado en el Monte Herlz, todo el país se puso de pie y permaneció inmóvil por más de dos minutos, mientras sonaban las sirenas.

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