Por Jorge García Riart (miembro del Centro de Investigaciones de Historia Social del Paraguay y del Centro de Estudios Antropológicos de la Universidad Católica)
Mañana se cumplen 140 años de un acto jurídico considerado de relevancia para la historia de un pueblo anclado en la orilla sur del río Tebicuary. El 6 de setiembre de 1880, el entonces presidente de la República, Bernardino Caballero, promulgó la ley de urbanización del antiguo Paso de Santa María y, por ello, es conocido como el fundador de Villa Florida, nombre que sustituyó a la anterior denominación.
En esta nota, se presentan nuevos datos documentales que reescriben una nueva crónica sintética de este emblemático paraje del Paraguay profundo.
Tyvycuary
Las primeras noticias de la hoy llamada Villa Florida provienen del siglo XVI en coincidencia con la conquista colonial en el entonces conocido Paraje del Tebicuary, territorio ocupado por indígenas a lo largo del río que dio su nombre.
En abundantes fojas del Archivo Nacional de Asunción correspondientes a esta época, encontramos referencias al nombre Tivicuari siempre con relación a enfrentamientos con los indígenas (véase como ejemplos: ANA, SH, vol. 11 y ANA, NE, vol. 305).
En los escritos notamos el esfuerzo del redactor por graficar la entonación del guaraní adhiriendo el acento circunflejo (^) a la letra i como por ejemplo Tîbîquarî. La grafía alterna en algunos casos con b y en otros casos con v.
De cualquier modo, las fuentes indican una definición muy distinta a la connotación actual de la palabra. Seguramente, la dificultad en la pronunciación del fonema gutural /y/ condujo a los españoles a apuntar ciertas palabras con la grafía i (latina) y el consabido cambio de fonema.
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Arapysandú
Algunos autores dicen que el Paso de Santa María –nombre anterior a Villa Florida– salta al interés general cuando los jesuitas Marcial de Lorenzana y Francisco de San Martín hicieron su traspaso, en 1609, para fundar la misión de San Ignacio.
Se cuenta también que el entonces cacique Arapysandú llegó hasta el Paso para, desde ahí, trasladarse a Asunción a pedir al Rector del Colegio Jesuítico la necesaria presencia de los clérigos al sur de la Provincia del Paraguay.
Si es por eso, el franciscano Luis Bolaños ya se había adelantado en las tierras hoy conocidas como Misiones, cruzando en varias ocasiones el emblemático río Tebicuary mucho antes que los jesuitas.
No hay documentación primaria que certifique la travesía de Arapysandú y es nada probable que el entonces Paso ya se llamara “de Santa María”, porque la misión de ese nombre no estaba aún constituida.
Paso del Tibiquary
Si un nombre cabe al emblemático lugar de nuestro interés es Paso del Tibiquary (con la grafía que traen los documentos coloniales). Pero en un río tan extenso lógicamente se reúnen otros pasos con similar nombre.
Pudimos compilar una relación de otros puntos de cruce que aún perduran en la memoria colectiva: Puerto de Roa, Paso Bareiro, Paso Achar, Paso Montiel, Paso Doña Lorenza, los cuales concuerdan con nombres de antiguos terratenientes.
Recorriendo el río Tibicuary hacia su desembocadura en el Paraguay, “cada estancia tiene su paso y los de esta especie se llaman falsos, por no ser caminos reales”, escribió Juan Francisco Aguirre en su Diario y observaciones en 1796.
Precisamente, por la encrucijada del río con el Camino Real que venía de Asunción, por ser este afluente el “mayor” y por constituir el traspase de considerable profundidad y extensión también se conoció como Paso Grande del Tibicuary.
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Paso Grande de Santa María
Algunos autores locales intentan conectar el establecimiento del Paso de Santa María con la fundación del Pueblo de Nuestra Señora de Fe, en 1632, que como dijimos hasta la primera mitad del siglo XVII no existía.
La reducción original de Santa María (de Taré) fue fundada en 1647 en las actuales tierras de Caaguazú desde donde, forzada por el asecho de bandeirantes, se trasladó en 1659 a su lugar actual (véanse Cartas Anuas jesuíticas de aquellos años).
A pesar de la nueva ubicación de Santa María, el nombre del Paso no se relacionó con la misión jesuítica sino con el río. Por ejemplo, Fray Pedro de Parra escribió en su Diario y derrotero de sus viajes que, en 1759, comió en Tebicuary y de vuelta pasó por Cavañas, cuya casa permanece en pie como museo.
Los rastros de las primeras menciones del Paso de Santa María como tal aparecen extraordinariamente después de la extradición de los jesuitas en 1767. Entonces, se le agregó la grafía “grande” por ser el cruce del Tebicuary Guazú.
Herencia y usucapión
Tras la expulsión de los jesuitas, se amplió la frontera física de la Corona Española al sur de la Provincia del Paraguay y con ello también la frontera jurídica que impuso derechos y obligaciones en territorios antes débilmente controlados.
Las antiguas haciendas jesuíticas (chacras, estancias, ranchos) fueron utilizadas como recompensas para hombres que prestaron protección o auxilio a la Colonia. Muy pronto, el uso de la tierra como prebenda se convirtió en un problema para la seguridad política.
Se produjeron conflictos por superposición de derechos de arrendamiento entre militares de alto comisionamiento, incluso rivalidades intrafamiliares, beneficiarios de aquellos contratos de arrendamientos repartidos ligeramente.
La influencia de las familias Bareyro, Caballero, Cavañas, Fleytas, Franco, Yegros, Molas y Montiel, entre otras, originarias del Paraguay colonial es muy notoria entre finales del siglo XVIII e inicios del siglo XIX en el Partido de Tebicuary.
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Conflictos patrimoniales
La disputa por el Paso del Tebicuary tuvo ribetes personales y familiares, por un lado, económicos y políticos, por otro lado. El conflicto sobre su arrendamiento arrancó con la erradicación de los jesuitas.
“Con la marcha de los jesuitas se acabó la división entre el Paraguay colonial y el Paraguay misional”, explican F. Vázquez y H. Oddone en un trabajo incluido en Otras historias de la Independencia compilado por B. Meliâ.
La resolución de conflictos fue contradictoria. Para graficar, el propio Dr. Francia, en 1814, primero, resolvió el arrendamiento del Paso a favor de Francisco Xavier Bareyro, heredero de terratenientes de Quyquyhó; luego ordenó que José Franco no fuera removido.
Como este litigio patrimonial en torno al Paso, se repitieron otros, entre concesiones y cambios. Algunos de estos casos judiciales están disponibles en la Sección Civil y Judicial del Archivo Nacional de Asunción.
De Paso a Posta
Con el transcurrir de los años, algunas instituciones de corte colonial -como un puesto de recaudación de alcabala- se reconvirtieron en función de los intereses de los nuevos gobiernos. En 1796, se creó una oficina postal.
Esta postal de correo estuvo a cargo en los primeros años de Francisco Fleytas, de su esposa e hijos, bien conectados con la élite encomendera. Por ello, hasta el fin de la Guerra Grande el lugar aparece en los mapas como Paso Fleytas.
En la época de Carlos Antonio López, el Paso de Santa María fue elevado a categoría de puerto de carga y descarga y se levantaron galpones para socorrer los productos de los comerciantes que transitaban por el río.
Así, en los primeros años del siglo XIX, se estableció una población más o menos permanente en el Paso de Santa María, aprovechando los beneficios del flujo de personas, ganado, bienes y mercaderías.
Cuando el Gral. Manuel Belgrano llegó al lugar, a principios de 1811, no encontró a ningún funcionario en su posición ya que se habían refugiado en estancias del alrededor. El militar confiscó el Paso y desplegó desde ahí una proclama de eliminación de impuestos.
Para componer la población del Paso, tras la Independencia, la Junta Gubernativa ordenó, en 1812, se levante una casa y corrales sobre la base de un plano al tiempo que encargó el traslado de indígenas de Santa Rosa hasta el lugar (ANA, SH, vol. 218, n. 1, f. 108).
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Guerra Grande
En 1866, Francisco Solano López, durante la Guerra Grande, ordenó la despoblación total del sur del río Tebicuary aunque dejó algunos oficiales para atender y vigilar la costa del Tebicuary (ANA, SH, vol. 413, n. 1).
También suscribió una circular general de enrolamiento de los habitantes situados en la margen izquierda del río Tebicuary debido al “muy corto número de vecinos trasladados”. Dispuso que se reclutara “todo ciudadano útil” (ANA, SH, vol. 350, n.3).
Suponemos que estos llamados afectaron al maestro de posta del Paso de Santa María y a otros funcionarios militares apostados en el lugar. No tenemos datos exactos, sólo presunciones por extensión de lo que pasó en Santa María o en San Miguel.
El Mariscal fue muerto el 1 de marzo de 1870, en Cerro Corá. A tres días de este hecho, Cirilo Antonio Rivarola, en representación del nuevo gobierno, ordenó montar guardia de tres a cuatro hombres en el río Tebicuary para asegurar el tránsito de personas.
Categoría de villa, no fundación
En julio de 1879, el Senado y la Cámara de Diputados autorizaron “hacer los gastos que demande la delineación de un pueblo en el paso de Santa María, el que se denominará Villa Florida, sobre la orilla izquierda del rio Tebicuary” (véase Registro Oficial 1879).
Al año siguiente, el 24 de agosto de 1880, se sancionó la Ley de elevación a categoría de villa el antiguo Paso. Pero, el presidente Cándido Bareiro murió antes de promulgarlo. En su reemplazo, finalmente Bernardino Caballero firmó el 6 de septiembre.
Gomes Freire Esteves escribió que bajo el gobierno del citado excombatiente de la Guerra Grande se autorizó por ley la fundación del pueblo de Villa Florida, aunque en realidad fue la consumación de configurar sus límites territoriales.
Gustavo Riart dijo en una disertación (documento inédito) sobre la historia de Villa Florida que, apenas realizada la urbanización del pueblo, dos eminentes personajes del oficialismo gubernamental se hicieron adjudicar una 75 hectáreas fiscales.
Una propuesta de periodización
Para clarificar el derrotero nominal que siguió el Paso del Tebicuary hasta su elevación a la categoría de villa, proponemos una periodización de su historia -o de la prehistoria de Villa Florida como quieren ver unos- compuesta de cuatro etapas.
La primera etapa tiene que ver con la ocupación militar del paraje del Tebicuary, del río y su influencia, con el objeto de resguardar la Provincia del Paraguay y a los colonos españoles de ataques de indígenas “infieles”, desde 1680 a 1779 aproximadamente.
En segundo lugar, tras la expulsión de los jesuitas, se consolidó el control del paso fluvial en ambas bandas del rio Tebicuary Guazú bajo dominio colonial. La etapa del franqueo comercial arranca desde 1786 hasta 1880.
La tercera fase se corresponde con la instauración de la Posta del Paso de Santa María como puesto clave de la carrera postal hacia el sur que partía de Asunción y corría hasta Itapúa, desde 1796 hasta 1880 aproximadamente.
La cuarta etapa es la configuración del pueblo en un cuadrilátero, con calles y manzanas uniformes, lo cual implicó ajustar los límites de los pobladores consuetudinarios de raíz colonial y dar paso a nuevos pobladores.
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