La confirmación del espionaje por parte del Brasil durante la presidencia de Jair Bol­sonaro al Paraguay entre el 2022 y 2023, tiempo en el que Mario Abdo Bení­tez lideraba nuestro país, se sumó a la lista de even­tos desafortunados para Paraguay, cuyos intereses se vieron perjudicados y amenazados durante toda la gestión de Abdo, mien­tras Brasil arrasaba todo a su paso.

CRONOLOGÍA DEL DESASTRE

En mayo de 2019, a solo 9 meses de la asunción de Abdo Benítez a la Presi­dencia, el país fue sacu­dido con la noticia de que se había firmado un acta entreguista y secreta con el Brasil respecto a Itaipú Binacional, documento en el cual se estipulaba la con­tratación de energía entre la hidroeléctrica y Cen­trais Elétricas Brasileiras SA (Electrobras), que con­templaba sobrecostos para nuestro país en orden a los USD 250 millones.

Los pormenores de este hecho generaron aún más indignación a nivel nacio­nal, puesto que uno de los activos más importantes de nuestro país estaba en manos de un joven abo­gado. Aquí entra en escena José “Joselo” Rodríguez, quien en ese momento solo tenía 27 años y fue nada más y nada menos que un intermediario a favor de la empresa brasileña Leros en la negociación de venta de energía con la Administra­ción Nacional de Electrici­dad (Ande), en el marco de este acuerdo.

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El escándalo siguió esca­lando al punto que se pro­dujo la renuncia del enton­ces presidente de la Ande, Pedro Ferreira. Mario Abdo y su vicepresidente Hugo Velázquez estuvie­ron a puertas de un juicio político.

La administración de Abdo continuó con su agenda bilateral con Brasil, la cual era publicitada como una de las mejores relaciones y esto debido a que el expre­sidente celebraba que su par lo llame “Marito”.

Esta amistad pública entre los presidentes no se tra­dujo en beneficios para el Paraguay, sino todo lo con­trario, nuestro país con­tinuó perdiendo terreno con relación a Itaipú y la tarifa energética descen­dió de USD 22,60 por kilo­vatio-mes a USD 20,75, cifra acordada entre ambos paí­ses en agosto del 2022, luego de que Abdo no pudiera sostener la posición nacio­nal de mantener la tarifa y ceder en cierta medida al objetivo de Bolsonaro que buscaba una importante disminución, intentando empujar a USD 18,90.

Bolsonaro no descansó en su objetivo y de manera unilateral, en diciembre de 2022, fijó la tarifa en USD 12,67, lo que tomó por sor­presa al gobierno de Abdo. En la negociación de 2023, Brasil sumó otra victoria ante nuestro país y esta vez, en consenso con Paraguay se acordó la tarifa en USD 16,71 por kilovatio-mes, lo cual incluso fue celebrada por el gobierno de Marito.

ESPIONAJE

Aun estando lejos del poder, Paraguay continúa sufriendo los estragos de la adminis­tración abdista. Hace unos días salió a la luz el caso de espionaje del Brasil. Durante 9 meses el vecino país estuvo inmiscuido sin que el gobierno anterior des­pierte alertas sobre la vul­neración de los sistemas de seguridad. La propia admi­nistración de Lula da Silva reconoció que su antecesor tuvo acciones de inteligencia contra Paraguay que se desa­rrollaron entre junio de 2022 y marzo de 2023.

A la fecha, se desconoce cómo se materializó este espionaje, qué institucio­nes se quebrantaron, a qué información se accedió. ¿Realmente el Gobierno no se percató de este hecho o prefirió guardar silencio?

Todas estas preguntas toda­vía carecen de respuesta, lo concreto es que la supuesta amistad Abdo-Bolsonaro tuvo efectos dañinos para Paraguay.

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