De la retórica a las acciones suele haber una enorme grieta, especialmente cuando hay políticos involucrados en los grandilocuentes discursos a favor de la justicia. En el caso de Mario Abdo Benítez y sus exministros, acusados estos por la filtración de documentos en el caso Seprelad, nada está más lejos de la realidad, porque no hay coherencia entre lo que se afirma y lo que se hace; los hechos no reflejan la verdad.
La verdad o la intención de buscarla estuvo ausente durante todo un año, desde el 11 de marzo del 2024, cuando la Fiscalía formuló una imputación contra los exministros y exfuncionarios del gobierno anterior involucrados en esta verdadera conspiración, en la que el aparato estatal fue utilizado para persecución política.
BOMBARDEAN CON CHICANAS
Reconocidos abogados del foro, que con legítima atribución representan a sus defendidos, se pasaron bombardeando el proceso presentando innumerables chicanas contra los fiscales, contra la jueza, contra el tribunal de alzada y hasta contra el fiscal general del Estado. Las acciones de estos abogados, que sin ninguna duda actúan con mala fe, solo sirvió para paralizar y entorpecer la acción de la justicia, y buscar mecanismos que traben el mayor tiempo posible el rol de los actores de justicia.
En ningún momento, los abogados Enrique Kronawetter, Carlos Trapani, Cecilia Pérez, Osvaldo Granada, Felino Amarilla y Emilio Fúster se refirieron a la cuestión esencial: los 206 elementos probatorios que el Ministerio Público presentó en la acusación del pasado 11 de marzo del 2025. Al contrario, volvieron a presentar más chicanas, la semana pasada contra la jueza penal de Garantías, Cinthia Lovera, quien –por fin– debía atender los incidentes que hace un año se plantearon ante su despacho. Pero el viernes último, de nuevo estos defensores presentaron nuevas chicanas.
¿SE DILUYE EL DESAFUERO?
Siguiendo esta misma línea dilatoria, otro que tampoco pretende echar luz sobre el proceso fiscal es el expresidente Abdo Benítez, quien el fin de semana aseguró que no acudirá a la convocatoria hecha por la Comisión de Asuntos Constitucionales del Senado para exponer argumentos sobre el desafuero que solicita la justicia (tanto suyo como de su escudero, el diputado Mauricio Espínola). Propaló en mensajes en redes sociales que estaba dispuesto a que le retiren su inmunidad y que solicitaría a la Cámara Alta que así proceda. Sin embargo, ahora dice que no irá a este llamado y exhorta a que tomen “su cabeza” y dejar en paz a sus exfuncionarios, como si eso le restara responsabilidad a Carlos Arregui, Arnaldo Giuzzio, René Fernández, Carmen Pereira, Daniel Alberto Farías, Guillermo Preda Galeano y Francisco Pereira Cohene, en el marco de la investigación por el caso conocido como filtración de información falsa de Seprelad.
Si bien su inasistencia no posee una acción vinculante con el desafuero (los senadores pueden votar cuando lo consideren aunque con una mayoría calificada), si habla a las claras de que el exmandatario busca sembrar dudas e instalar la farsa de que toda la investigación del Ministerio Público estuvo montada, pretendiendo de esta forma sabotear y obstruir la labor de la justicia y alcanzar impunidad.